Capítulo 14

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Al final terminé quedándome a dormir con Nick. No quería dejarlo así de vulnerable, pues es la primera vez que lo veo así y me da miedo no saber qué es capaz de hacer.

Hoy es el día en que su padre dijo venir a buscarlo. Estoy tan preocupado que siento náuseas; su padre da muchísimo miedo, y es obvio que cumplirá con su promesa de venir hoy.

—¿En qué estás pensando? —preguntó Nick, mirándome fijamente a los ojos. Nos encontrábamos aún acostados en su cama.

Me gustaría decir que fue romántica nuestra primera vez durmiendo juntos, pero lamentablemente no fue así: Nick se pasó toda la noche con pesadillas, despertándose realmente angustiado y abrazándome fuertemente. Siempre creí que si pasaría algo así sería a la inversa, es decir, él cuidándome a mí.

Aún después de todo, no iba a quejarme. Nick es quien me necesita ahora, y quiero brindarle todo el apoyo que pueda.

—Lo siento, estaba distraído —sonreí tomando su mano. Él me miró un segundo y luego me besó tiernamente, sonriendo al separar nuestros labios—. Iré a hacer el desayuno, no tardes en levantarte —sonreí ligeramente y me levanté de la cama. Ya estaba vestido porque anoche no tuve tiempo ni de sacarme el sweater, así que simplemente me dirigí a la cocina para preparar el desayuno.

Cuando llegué a la cocina, Edward ya se encontraba ahí; me sonrió ligeramente y me dirigí a ayudarlo con el desayuno. Ninguno de los dos sabía qué decir, pues probablemente lo único que ambos teníamos en mente era lo que pasó anoche.

Edward llegó a eso de las 3 de la mañana, pues fue a reemplazar a Nick en el trabajo; se notaba que estaba algo cansado, pues tenía ojeras y bostezaba cada 5 minutos.

Nick entró a la sala secando su cabello, pues había preferido darse un baño después de todo el estrés vivido ayer, o eso imagino. Se sentó junto a la mesa y Edward y yo nos unimos, llevando tres tazas de café y pan tostado con dulce de frambuesa.

Entonces, Nick rompió el silencio.

—Sé que ninguno quiere hablar de... bueno, ya saben —dijo pesadamente—, pero tengo que pensar en algo. Conociendo a mi padre, realmente vendrá voy a buscarme y... yo no quiero volver a esa casa —suspiró al terminar de hablar. Noté como sus manos temblaban ligeramente.

—Hablé con mis padres —respondió Edward—, pero sabes que no se hablan hace años con los tuyos... Aún así, mi padre está dispuesto a enfrentar al tuyo si hoy se aparece por aquí —puntualizó, tomando un sorbo de su taza de café.

¿Enfrentarlo? ¿A ese hombre lleno de ira? Me da escalofríos pensarlo. No conozco al papá de Edward, pero me parece una locura que deban llegar a un enfrentamiento.

Tal vez... Nick podría quedarse en casa hasta que las cosas se calmen. No me molestaría, y dudo que a mi familia le moleste, pero sabiendo lo cabeza dura que es Nick tal vez se niegue rotundamente.

—Sé que no debería meterme, pero realmente me importa —hablé por fin—, por casualidad, ¿te fuiste de tu casa porque tu padre es violento? —me atreví a preguntar. Nick frunció un poco el ceño, tomándose su tiempo para responder.

Tal vez hice una pregunta obvia, pero necesito que me lo diga. Quiero saber mucho más de él, y lamento que tenga que saberlo de esta forma.

—En parte, sí —dijo Nick por fin—. Si sólo fuese eso tal vez podría soportarlo, pero la cosa no termina ahí. Mi padre es violento, homofóbico, misógino y... es un abusador —puntualizó, dispuesto a terminar la conversación ahí.

¿Abusador? ¿Eso quiere decir que abusó de Nick? No, imposible... es decir, le dijo marica. Entonces... ¿Abusó de una mujer? De sólo pensarlo me desagrada.
—Por si estás pensándolo, a mí jamás me hizo algo así... —se apuró Nick, probablemente al ver mi rostro—. El problema es que una vez llevé a una chica a casa... Mejor dicho, a mi mejor amiga —el sólo hecho de escuchar eso ya me daba a entender cómo sigue la historia—. Si no está preso es porque le pagó un montón de dinero a la familia de ella, y como a su familia no le importa su integridad o la gravedad del asunto, no lo denunciaron. Aún así, yo jamás me perdonaré por llevarla, y jamás lo perdonaré a él por hacerle eso —masculló apretando los dientes. Su miedo había desaparecido; ahora sólo había odio y rencor en su mirada.

Polos opuestosWhere stories live. Discover now