Summary: Con la salida de prision Adrien y su banda a la vuelta de la esquina, la prisión se comienza a descontrolar y las peleas de bandas se hacen cada vez más frecuentes por ver quien liderara ahora y Marinette en medio de todo esto no sabe si de...
Momentos después pudo escuchar más jadeos mezclados con sollozos. Marinette estaba llorando. El sonido crecía más y más. Nino se levantó de la cama, cuidadosamente, sin querer despertar a Alya de su bien merecido sueño. Caminó hasta la reja y gentilmente llamó.
—¿Minibug?
«Tal vez la realidad recién la había golpeado. »
Marinette siguió llorando.
—¿Marinette, me escuchas? —Nino trató nuevamente. —Todo está bien, Mari. —Nino miró por el pasillo por si había algún movimiento, pero no ubicó a ningún guardia que pudiera ayudarlo. Después de estar de pie llamando a la ojiazul, sin calmarla en lo mínimo o teniendo éxito al recibir una respuesta, Nino, decepcionado, regresó a su cama.
—¿Qué sucede? —Alya preguntó medio dormida mientras Nino se echaba a su lado, rodeándola.
—Creo que Minibug salió del shock. Pero no puedo verla. —Contestó miserablemente y Alya giró, colocando su cabeza en su pecho. Alya se sentía tan cálida en su abrazo, haciendo que Nino colocara un beso en sus cabellos.
—¿Mmm y eso por qué? —preguntó.
—Por nada. —Dijo el moreno, apretando su abrazo. —Solo estoy feliz de que no estés herida. No estaba seguro de si Alya lo había escuchado ya que estaba dormida nuevamente. —Desearía que mi hermano y Minibug hubieran tenido la misma suerte.
Mirando por la ventana de la celda, Nino vio varios trozos de papel o tela, quizá de las sábanas, encendidas con fuego y dejadas caer en la oscura noche, quemándose antes de tocar el piso. Eran liberadas desde varias partes de la prisión, alumbrando como si fueran estrellas alrededor de ellos o como si el cielo derramara gotas de fuego.
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Chloé dirigió la mirada a los objetos que se quemaban mientras eran lanzados desde su lado de la prisión. La líder del ala Este entró y cerró la puerta.
—Dios, Adrien... —susurró, con la mirada fija en la cama, de la pequeña habitación, en donde estaba la persona que atesoraba. —Idiota, ¿qué hiciste esta vez?
Había temido esto.
Viendo lo buena que era Marinette para meterse en problemas en un día normal, la ojiazul había estado por necesitar ayuda hoy y como siempre, Adrien tenía que pagar las consecuencias. Una mano recorrió el inmóvil brazo derecho, el cual parecía ligeramente hinchado, más lo que el suyo estaba.
Chloé se había peleado con los seniors..., o mejor dicho con varios seniors y con uno de Le Ciel, quien se había unido a la fiesta en el último minuto para 'salvar a su adorado líder'.
Pero al menos esa pelea le había dado un buen motivo para ir a la enfermería para que la 'revisaran'. Así había podido escabullirse y ver a su mejor amigo.