Capítulo 19 - Cita doble.

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Ciertamente, Jiang Yanli también tenía unos cuantos objetivos en aquel viaje a embarcadero del loto, y el principal de ellos parecía ser un terco y orgulloso muchacho del que se había enamorado.

Cuando era pequeña, siempre rechistaba entre dientes lo bobas que le parecían las protagonistas de las series o novelas cuando iban por el niño más antipático de todo el mundo, el que las ignora, el que no las trata con cariño, el que anda amargado y mágicamente siempre tiene un montón de dinero en sus numerosos bolsillos, dueño de compañía, heredero de una fortuna, príncipe encantado, líder de la mafia rusa, china, italiana u otro cuento similar.

Ni siquiera podías dejar de lado a los típicos vampiros que irónicamente también eran los chicos malos y millonarios de la mayoría de las historias donde eran protagonistas.

Sí, ese tipo de niños malos parecían ser la rendición en todo tipo de interacción romántica que Jiang Yanli pudiera ver cuando aún era pequeña.

Y en aquel entonces, con los brazos cruzados y una decisión digna de un conquistador de continentes, Jiang Yanli decidió nunca enamorarse de aquel tipo de aborrecibles chicos y sus coloridos billetes.

Para su yo de aquel entonces, quizás Lan Xichen podría ser el príncipe de sus ensueños. Dedicado, amable, dulce y tierno, Jiang Yanli estaba segura que si se acercaba lo suficiente al presidente estudiantil seguramente olía a flores silvestres o alguna fragancia dulce y agradable.

¡Era el perfecto ensueño de toda chica que no sea una masoquista yendo tras el chico malo!

Y sin embargo allí estaba, sin una mísera moneda y demasiado enamorada por los pequeños detalles de uno de esos chicos amargados y mágicamente adinerados.

¿Acaso era un cliché malo y ella la victima? ¿En qué tipo de historia mal redactada y absurda fue a parar para desfallecer por Jin Zixuan?

Lo único que sabe es que sus sentimientos no parecen cambiar y lo único que puede hacer es al menos saber que si no funcionaba aquel cariño que tenía por Jin Zixuan, ella lo había intentado.

Y con ello, no tendría arrepentimientos.             

Pero aparte de este pequeño anhelo que su yo pequeño le podría reprochar, los demás eran gustos bastante terrenales que toda joven de su edad podría anhelar. Entre ellos estaba aventurarse a todo tipo de atracciones en aquella excursión, probar comidas nuevas, enfermarse del estómago y recordar las palabras de su amable padre mientras se maravillaba con todo aquel hermoso paisaje como él lo habría querido.

Pero ahora, un pequeño deseo más se escabulló a la lista mental de Jiang Yanli sin que ella fuera plenamente consciente.

Indudablemente, el pasado podría traer nostalgia y tristeza otoñal, pero también podría traer alegría y renacimiento como una hermosa primavera. Por eso Jiang Yanli meditó mientras caminaba junto a Qin Su por los pasajes del pueblo si debía o no hacer algo para desenterrar aquel pasado.

Un pasado que podría llegar a ser un viejo tesoro bajo tierra.

Cuando empiezas a cavar, solo ves tierra, piedras y hasta uno que otro bicho aterrador con más patas de las que puedes alcanzar a contar antes de que te ataque y vuele por los cielos, pero cuando por fin el eco de la pala diera contra el cofre, más de una hermosa memoria podría ser traída de vuelta tras toda esa tierra y polvo.

Porque no todo era tierra y polvo, no todo podía ser dolor y recuerdos tristes, ¿Verdad?

Si hubo tanta tristeza, significaba que antes de eso existió una enorme felicidad.

Y allí estaba la interrogante de Jiang Yanli.

¿Debería hablarles a sus hermanos de su reciente descubrimiento? ¿Sobre quiénes eran realmente los hermanos Lan? O más bien, ¿Qué fueron para ellos? ¿O simplemente debería dejar que ellos mismos desenterraran aquel tesoro?

Traductor de hermanosWhere stories live. Discover now