Capítulo 53

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Finnick comienza a tejer un tapiz tan rico de detalles, de los que no puedes dudar de su autenticidad.

Relatos de extraños apetitos sexuales, traiciones, avaricia insondable, y sangrientos juegos de poder. Secretos borrachos susurrados sobre una almohada húmeda a altas horas de la noche.

Finnick fue alguien comprado y vendido un esclavo de distrito. Uno muy guapo, ciertamente, pero, en la realidad, inocuo.

Pero algunos secretos son demasiado deliciosos como para no compartirlos.

Yo no conozco a las personas que Finnick nombra,  pero sé, a partir de
escuchar la cháchara de mi equipo preparatorio, la atención que el tropiezo de juicio más pequeño puede atraer.

Si un mal corte de cabello puede llevar a horas de chisme, ¿Qué conseguirán las acusaciones de incesto, puñales en la espalda, chantaje, y demás delitos?

Pero, aún mientras las ondas de shock y recriminación caen sobre el Capitolio las personas allí esperarán, como yo lo hago ahora, por saber el secreto del Presidente

—Y ahora, es el turno de nuestro buen Presidente Coriolanus Snow —dice
Finnick— Un hombre tan joven cuando subió al poder Y tan listo como para mantenerlo. ¿Cómo, uno podría llegar a preguntarse, lo hizo? Una palabra eso es todo lo que realmente necesitas saber Veneno

Finnick se remonta a la ascensión política de Snow, de la cual yo no sé nada, y recorre su camino hasta el presente, indicando caso tras caso de muertes misteriosas de los adversarios de Snow o, aún peor, de aquellos aliados que tenían el potencial para convertirse en amenazas.

— Snow bebiendo de la copa envenenada él mismo para desviar las sospechas. Pero los antídotos no siempre funcionan. Dicen que es por eso que lleva las rosas que apestan a perfume Dicen que es para cubrir el
olor de la sangre de las llagas en su boca que nunca curarán. Dicen, dicen, dicen... Snow tiene una lista, y nadie sabe quién será el siguiente Veneno.

Cuando Finnick termina, simplemente mantienen las cámaras rodando, hasta que finalmente tiene que ser el quien dice “corten”

El equipo se apresura dentro para editar el material, y Plutarch lleva a Finnick a un lado para hablar, probablemente para saber si tiene más historias.

Me quedo junto a Haymitch en los escombros, preguntándome si el destino de Finnick habría llegado a ser el mío algún día. ¿Por qué no? Snow podría haber conseguido un precio realmente bueno por la chica en llamas

—¿Es eso lo que te sucedió a ti? —le pregunto a Haymitch

—No mi madre y mi hermano menor. Mi chica todos estaban muertos dos
semanas después de que fui coronado vencedor por el truco que hice con el campo de fuerza —contesta— Snow no tenía a nadie para utilizar en mi contra después de eso

—Me sorprende que simplemente no te hubiera matado —digo

—Oh, no yo fui el ejemplo el ejemplo a tener en cuenta por los pequeños  Finnicks y Johannas y Cashmeres. De lo que podría sucederle a un vencedor que causaba problemas —dice Haymitch— Pero él sabía que no tenía nada con qué amenazarme

—Hasta que llegamos Peeta y yo —digo suavemente.

Ni siquiera consigo un encogimiento de hombros en respuesta

Con nuestro trabajo terminado, no nos queda nada por hacer a Finnick y a mí más que esperar. Tratamos de llenar los eternos minutos en Defensa Especial

Atando nudos. Empujando nuestro almuerzo alrededor en nuestros platos

Volando cosas en el campo de tiro. Ante el peligro de descubrimiento, ninguna comunicación viene del equipo de salvamento. A las 15:00, la hora designada, nos paramos tensos y silenciosos en el fondo de un cuarto lleno de pantallas y computadoras, y observamos a Beetee y a su equipo intentando dominar las transmisiones.

Tributos Del Capitolio [Petta Mellark Y Tú ]Where stories live. Discover now