Capítulo 27

1.2K 97 17
                                    

Recuerdo vagamente romper aquella ventana de cristal anoche.

Me restriego de pies a cabeza, aunque me detengo una vez para volver a vomitar en la misma ducha. No es más que bilis y el sumidero se la traiga con las perfumadas burbujas.

Por fin limpia, me pongo la bata y vuelvo a la cama sin hacer caso del
pelo chorreando. Me meto debajo de las mantas, segura de que así es como se siente alguien cuando lo envenenan.

Las pisadas en las escaleras hacen que note de nuevo el pánico de anoche no estoy lista para ver a mi
familia.

Tengo que parecer tranquila y segura, igual que cuando nos despedimos el día de la última cosecha. Tengo que ser fuerte. Consigo sentarme en la cama, me aparto el pelo mojado de las sienes y me preparo para el encuentro.

Aparecen en la puerta con té, tostadas y caras de preocupación. Abro la boca para hacer algún chiste, pero, de repente, rompo a llorar

Buen intento

Mi madre se sienta en la cama y mis hermanas se tumban a mi lado, para
abrazarme entre las dos e intentar tranquilizarme hasta que me agoto de tanto llorar.

Después mi hermana busca una toalla, me seca el pelo y lo desenreda, mientras mi madre me convence para tomar té y una tostada.

— No puedes ponerte mal le podría hacer daño

Y en ese momento me doy cuenta de mi vientre solo un poco abultado, mi hermana no es buena aun en enfermería pero se que mi madre lo sabe

— Tienes un poco mas de lo que dijo tu hermana... Una o dos semanas más aun no es seguro pero esta bien

Me ponen un pijama calentita, me echan más mantas encima y yo me
vuelvo a dormir

Por la luz sé que es última hora de la tarde cuando me despierto. Hay un vaso de agua en la mesita de noche y me lo bebo a toda velocidad.

A pesar de que el estómago y la cabeza todavía no se han recuperado, me siento mucho mejor que ayer, así que me levanto, me visto y me cepillo el pelo.

Antes de bajar me detengo en lo alto de las escaleras, algo avergonzada por la forma en que he reaccionado ante las noticias del Vasallaje de los Veinticinco mi errática huida, la borrachera con Haymitchy el llanto eso sin olvidar que mi madre sabía del embarazo.

Dadas las circunstancias, supongo que me merezco un día de indulgencia, aunque me alegro de que no estuviesen las cámaras para verlo

Abajo, mi madre, Katniss y Prim me abrazan otra vez, pero no están demasiado emotivas. Sé que se controlan para facilitarme las cosas. Miro a Prim y me resulta difícil creer que es la misma niña frágil que dejé atrás el día de la cosecha

Además, ha crecido bastante; ya casi somos de la misma altura, aunque no es eso lo que la hace parecer tan mayor

Mi madre me sirve un tazón de caldo y le pido otro para llevárselo a Haymitch.

Después me voy a su casa. Él acaba de levantarse y lo acepta sin hacer comentarios nos quedamos sentados, casi plácidamente, sorbiendo el caldo y contemplando la puesta de sol por la ventana de su salón.

Oigo a alguien caminar por la planta de arriba y supongo que es Hazelle, pero, pocos minutos después, aparece Peeta y tira una caja de cartón llena de botellas vacías de licor en la mesa.

—Ya está hecho —dice

Haymitch tiene que utilizar toda su energía para concentrarse en las
botellas, así que hablo yo

Tributos Del Capitolio [Petta Mellark Y Tú ]Where stories live. Discover now