Epílogo

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6 años después

Un día nuevo había llegado, Ainhoa estaba saliendo de darse una ducha hoy era su cumpleaños efectivamente cumplía veintiséis años, se acercó a la mesita pequeña cogiendo la carta le rodeaba un lazo rosa, se sentó en la cama mientras que la abría.

Para la mujer de mi vida:

Hoy es un día muy especial para ti, cumples veintiséis años y que mejor que celebrarlo conmigo y los demás, quería decirte que me siento muy orgulloso de ti, eres una mujer fuerte me lo has ido demostrando cada día y que lo que siempre te propones lo consigues, un año más a tu lado después de todo lo que pasemos en un pasado, espero seguir a tu lado todos los años que nos queden preciosa, no te puedo querer más, tu fuiste la que de un Lucifer frio sin sentimientos y despiadado sacaras a él Alejandro que llevaba años encerrado sin poder salir, te metiste tanto en mí que no puedo ser más feliz a tu lado, te espero abajo con un gran desayuno, hoy se viene un día cargado de sorpresas porque te mereces eso y mucho más.

Te amo

Lucifer.

Sonrió apartando las lágrimas que se la habían escapado al leer esas palabras, Lucifer no era de demostrar el amor por una carta, por eso acariciaba la carta con mucho cuidado sabía que se había esforzado mucho para poder escribirla algo así.

La guardo con delicadeza poniendo de nuevo el lazo, cogió la crema empezando a echársela por las piernas, no tenía prisa hoy era un día tranquilo ya que lo había cogido libre, también iban a poder descansar sus alumnos, porque fin estaba haciendo lo que tanto quería enseñar a la gente la belleza del baile.

Mientras que ella dedicaba cada segundo a preparase y ponerse guapa para el día, un Lucifer vestido con sus trajes bajaba las escaleras despacio con una gran sonrisa buscando la melena de la rubia que tan loco le tenía.

-¿Dónde te escondiste? - dijo al aire mirando todo a su alrededor intentando buscarla.

-Encuéntrame – una voz pequeña y dulce se escuchó por el salón, sin pensárselo mucho Lucifer fue directo al comedor con cuidado de no hacer ruido y que la pequeña le escuchase.

Cuando ya estaba en el salón, camino hacia los sillones se quedó un segundo parado y rápido miro detrás de los sillones, pero hay no había nadie.

Su vista viajo rápido a las cortinas que tapaban la luz que entraba por las ventanas, unas zapatillas pequeñas rositas se dejaban ver, sonrió de lado al a verla encontrado, con pasos pequeños se dirigió hacia donde estaba escondida, cogió con delicadeza las cortinas al apartarla de un golpe la pequeña pego un grito empezando a correr fuera del comedor, Lucifer corrió detrás de ella dejándola que corriese un poco más hasta que la atrapo alzándola al aire mientras que la pequeña gritaba y reía sin parar.

-¡Te pille! - dijo Lucifer riéndose dándole vueltas.

La bajo pero su pequeña tortura no había acabado comenzando a hacerla cosquillas sin parar, la pequeña niña lloraba a causa de las cosquillas.

-¡PAPA! ¡PARA! - Lucifer puso una rodilla en el suelo para seguir haciéndola cosquillas, su corazón se ablandaba cada vez que la pequeña le llamaba papa.

-¿Quién es la niña más guapa de este mundo? - le pregunto Lucifer sin dejarla apenas coger aire.

La niña tardo unos segundos en responder, así que empezó a aumentar sus cosquillas causando que se retorciera en el suelo de la risa.

-¡YO! ¡YO! - grito todo lo fuerte que pudo ella, cogiendo aire cuando su padre paro de hacerla cosquillas.

Lucifer miro los ojos azules de su hija, era un retrato del amor de su vida, prácticamente era un clon de una mini Ainhoa.

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