Capítulo 45

3.2K 255 19
                                    

Dispare a los tíos que vinieron hacia mí, rápido llegaron más refuerzos de los míos.

Busque por todos lados a Rodrigo intuía que estaba aquí, tenía que ir en busca de Ainhoa al almacén abandonado, no me gustaba que estuviera mucho rato sola, me coloco en un coche protegiéndome mientras que metía otro cargador con más balas para después disparar a más hombres, no sabía cómo había conseguido tan rápido Rodrigo a más hombres, pero esta vez él no iba a ganar la batalla.

-Lucifer – me llamo uno de mis hombres, me agache cuando unos disparos se escucharon cerca mía.

-Rodrigo ha ido al almacén abandonado o eso creo – le cogí de su camiseta tirando de él.

-¡QUE COJONES ESTAS DICIENDO! - casi grite, él no podía ir allí, estaba Ainhoa y podría estar en peligro.

-No se señor es lo que me comunicaron – le sujete más fuerte acercándolo hacia mí.

-Mas te vale enterarte bien porque como le pase algo a Ainhoa te secare ese corazón que late dentro de ti – le solté cuando escuche detrás de mí un arma le dispare en la cabeza.

-¡OS QUIERO CERCA DEL ALMACEN Y CON LO QUE ESCUCHEIS ME DECIS! - grite dirección a mis hombres.

Me cargué a más hombres que bajaron de un coche, volví a caminar dirección a los almacenes siguiendo disparando vi como mis hombres empezaban a dispersarse por la zona.

Pensar en que Ainhoa podría estar escondida y temblando del miedo, se me paraba el corazón por unos segundos, sabía que ella no estaba acostumbrada a ver cuerpos caer al suelo muertos, como lo que tuvo que presenciar hacia un rato, pero era por protegerla.

[...]

-Esto por lo que hizo Lucifer a mi hermano quiero que sienta el mismo dolor que siento yo ahora mismo – mire al otro lado había un hierro a poca distancia de nosotros, como pude estire mi brazo para cogerlo, apenas mis dedos tocaron el frío hierro cuando sentí un fuerte golpe en mi cabeza cuando me levanto Rodrigo para pegarme contra el suelo, un dolor muy fuerte empecé a sentir en mi cabeza intentaba coger aire, pero me era imposible por el agarre.

-Rodri... - apenas pude terminar de pronunciar su nombre cuando me grito.

-No tienes derecho a hablar – todo me daba vueltas estaba luchando todo lo posible para no cerrar los ojos, intente volver a hablar pero no podía tosí como pude, volví a estirar mi brazo todo lo que pude mis dedos tocaron de nuevo el frio hierro utilice las ultimas fuerzas que sentí consiguiendo agarrar el palo de metal, cuando lo tuve más cerca me di cuenta que él estaba tan ciego de la rabia mirándome que no se dio cuenta, levante el palo y con fuerza le golpee en la cabeza consiguiendo quitármelo de encima.

Conseguí poder respirar de nuevo tosí fuerte sintiendo mi garganta rasposa y seca, apoye mis brazos sobre el suelo, escuche gruñidos de Rodrigo le mire viendo que tenía sus manos en su cabeza que estaban manchadas de su sangre, cuando note que podía levantarme Rodrigo hizo el amago de levantarse para volver a agarrarme cogí de nuevo el hierro pegándole de lado, escuche su cuerpo caerse, me levante del todo tambaleándome grite fuerte al volver a golpearlo, un grito se escuchó también de, el pero ahora era yo la que había cogido las fuerzas necesarias para defenderme sentí rabia, le volví a golpear su cuerpo, intento quitármelo pero le pegue una patada fuerte en su espalda haciendo que se arquease por el dolor apretó su mandíbula soltando un quejido de dolor comencé a caminar corriendo para salir del almacén lo que fuese para alejarme de él, un disparo se escuchó al aire quedándome rígida pero sin soltar el hierro.

-Te mueves un paso más y te vuelo la cabeza – se tambaleo tapándose con una mano la gran brecha que tenía en la cabeza estaba perdiendo mucha sangre, no le creía porque lo hubiera hecho a la primera corrí pero volvío a disparar dándome esta vez en mi pierna, me caí soltando un grito fuerte al sentir como impactaba sobre mí, lagrimas salieron de mis ojos dificultándome la visión, sentí sus pasos lentos intente levantarme pero no podía me lleve la mano a donde me había disparado rápido mi mano se llenó de mi sangre.

-Querida Ainhoa perdiste en este juego morirás tu – me grito como loco metió uno de sus dedos en la herida solté otro grito mientras que sentía como removía su dedo en la herida, sentía mi cuerpo temblar con ganas de rendirme.

Me tiro al suelo dándome la vuelta para quedar frente a él estaba arrodillado intentaba hablar, pero se le dificultaba quejándose por su cabeza.

Volvió a meter otro dedo lagrimas no paraban de salir solté otro grito aún más fuerte si hubiese casas cerca ya me hubieran escuchado.

Los ojos se me cerraron, mi cuerpo no reaccionaba note el aliento de Rodrigo sobre mi cuello como si me estuviera oliendo, solloce sin dejar de agarrar el hierro, cuando no sentí el aliento de Rodrigo tan cerca de mí, cogí fuerzas consiguiendo abrir los ojos estaba agachado apoyando una mano en el suelo, parecía débil y aturdido me separe despacio de, el arrastrándome como pude con mi pierna buena le pegue una patada y cayó al suelo intento defenderse pero no tenía fuerzas sin más le di otro golpe con el hierro en su cabeza aparte mi cara cuando sangre me salpico.

Llore fuerte como si fuera una niña de dos años a la que habían quitado su caramelo, mi cuerpo me ardía me tire al suelo mirando el cielo, un mareo me vino que me dieron ganas de potar escuche disparos y gritos cerca de mí, pero cuando intente levantarme y coger fuerzas solo pude ver negro.

Un Lucifer apareció con una camiseta blanca abierta que dejaba expuesto su pecho y sus tatuajes, me mostro una de sus mejores sonrisas, se acercó a mi cogiéndome de la cintura pegándome más a él.

-Aun recién despierta estas, preciosa – acaricio mi mejilla.

-¿Dónde estamos? - le pregunte mirando alrededor pero solo estábamos él y yo.

-En el paraíso - escuche una cascada cerca de nosotros.

-Lucifer... - no me dejo terminar cuando poso sus labios sobre los míos.

-Si tú me dejas me iré contigo, aunque sea en el otro mundo – jadeo, volviendo a la realidad abriendo los ojos un poco dándome cuenta que había tenido como un sueño raro.

Unas pisadas cerca de mí, se escucharon, cerré los ojos si eran hombres de Rodrigo tenían que pensarse que estaba muerta, Rodrigo a mi lado no se movía, abrí un ojo ningún ruido se escuchaba de nuevo.

Me intente alzar mi mano se dirigió rápido a mi pierna que no paraba de sangrar, como pude me arrastre, Rodrigo se quejó mi cuerpo se tensó, pero al ver que no movió ni un musculo seguí arrastrándome, no estaba muerto todavía, pero parecía que no iba a tardar en estarlo.

Vi una silueta acercándose para después como las plantas se hundían al venir corriendo.

Era Lucifer...

-Lucifer... - dije raspándome la garganta.

Prostituta Por ObligaciónWhere stories live. Discover now