Capítulo 23

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- Me mando el señor – saco la ropa deportiva.

- Gracias – le digo dejándole un beso en la mejilla el se queda rígido.

- Me tengo que ir – se despide rápido y desaparece de mi vista.

Decido ir a mi habitación lavarme los dientes y cambiarme por algo más cómodo para estar por casa.

Hoy hace un poco más de frío así que elijo unos pantalones vaqueros largos y un jersey fino me pongo las playeras y salgo en busca de Lucifer necesito hablar con el sobre el tema de mis amigas.

Cuando llegó doy dos toques a la puerta con mis nudillos espero un par de segundos no escucho ninguna respuesta vuelvo a llamar más fuerte cuando pasa más segundos y no escucho su voz pienso que no está en su despacho decido irme cuando me doy la vuelta se escucha la puerta abrirse de malas maneras.

- Que no escuchas que estoy ocupado – un Lucifer gruñón con ojeras me mira.

- Lo siento no quiero molestar – me disculpó.

- Pensaba que era otra persona, pasa – se hace a un lado dejándome espacio para pasar adentro.

Su escritorio esta lleno de papeles y carpetas revueltas, si esta demasiado ocupado no se si es buena idea hablar sobre el tema ahora además de que se le nota cansado.

- Dime, ¿De que quieres hablar? – me siento en la silla quedando frente a él.

- Bueno vine para hablar sobre mis amigas del club, las prometí que las iba a sacar de allí y así haré – me mira y asiente.

- De este tema lo hablaremos después de la fiesta empresarial te doy mi palabra que la sacaremos de allí, se que el jefe es violento y lo que menos quiero es que alguna mujer termine peor – sus palabras son serias y seguras agradezco que me entienda.

- Estoy de acuerdo – iba a levantarme pero vuelve a hablar.

- Vendrán unas maquilladoras después de comer a prepararte – se apoya en la mesa tirando de su pelo.

- ¿Estas bien? Te noto cansado – espera eso ¿salió de mi boca? Si eso salió de mi boca.

- No es nada solo que no dormí bien – aunque este así no le quita lo bueno que esta.

- ¿A que hora es eso de la fiesta? – le preguntó.

- Por la noche a las once será aquí mismo vendrá gente importante – sonrió.

- Y más te vale comportarte bien – me dice al ver mi sonrisa, sigo enfadada con el todavía eso no se me olvido ya pensaré que hacer para devolvérsela porque eso si no me quedare con los brazos cruzados.

- Ayer te fuiste muy enfadada ¿no? – vale eso no me lo esperaba frunzo mi ceño y le miro mal.

- ¿Quieres repetir? – me provoca alzando las cejas.

Me levanto rápido y me dirijo a la puerta antes de cerrarla susurro ¡estúpido! Al cerrar la puerta escucho su risa y se que me escucho lo que dije.

Cuando entró a la habitación cojo la ropa deportiva me desvisto para después ponérmela tengo mucha energía que quemar y para que mentir estoy cabreada y espero que hacer ejercicio se me pase.

Al entrar al gimnasio que hay me pongo en la máquina de correr tocó los botones y empiezo a moverme, después de unos minutos ya estoy sudando decido poner música para animar más el ambiente, así me tiro bastante tiempo después cuando término cojo una cuerda y me pongo a saltar después de quince minutos hago flexiones me cuesta respirar por lo agitada que estoy me acercó a la pequeña nevera que hay y elijo una botella de agua sin abrir me siento en el suelo y bebo despacio después de unos minutos de relax ya respiro mejor y doy por zanjada la sesión de ejercicio.
Al salir me encuentro con Amelia se dirige a mi casi sin respiración.

- Te e Estado buscando por todo la casa – me agarra con su brazo intentando recuperarse.

- Aquí me tienes – traga y vuelve a hablar.

- El médico va a venir a revisarte como dijo – me viene genial porque le voy a pedir las pastillas de la píldora.

- Vale me voy a duchar entonces antes de que llegue – no la dejo continuar me dirijo rápido a la ducha ya que estoy sudada.

Me di una ducha rápida cuando ya estaba preparada el médico ya había llegado y estaba subiendo las escaleras cuando entró en la habitación se le dibujo una sonrisa en la cara y muy amable me saludo.

- Hola Ainoha, ¿Cómo te encuentras? – se sienta en la silla que es del escritorio cuando esta a mi lado.

- Mucho mejor doctor ya no me duele el cuerpo – asiente.

- Déjame ver tus heridas – me revisa me levanto un poco la camisa para que pudiera ver mis costillas, al tener pantalón corto que lo hice para no tener que quitármelo me revisó los moratones que poco a poco estaban desapareciendo.

- La verdad que están muy bien se han curado rápido te han ayudado los calmantes y te veo mucho mejor.

- Si doctor la nariz tampoco me duele – los golpes en mi rostro desaparecieron hace poco.

- Ya no necesitas tomarte más medicamentos – se levanta yo hago lo mismo.

- Doctor ¿me podría recetar la píldora? – abre su maletín.

- ¿Ya la as tomado otras veces? – asiento.

- Me la tomaba diariamente – es verdad solo me descontrole cuando salí del club.

- Esta bien traeré la píldora para ti – suelto un suspiro de alivió.

- Gracias doctor por todo – mueve su mano como quitándolo importancia.

- No es nada querida es mi trabajo lo que sea por Lucifer – le acompaño hasta la puerta al salir me encuentro con Amelia y Lucifer esperando.

- Hola Lucifer – le tiende su mano.

- Hola – contesta seco mirándome a mi serio pero acepta su mano estrechándola.

- Esta mucho mejor ya no hace falta que tome ningún medicamento – una sonrisa aparece en sus labios ¿Qué le hace tanta gracia?

- Toma por tu buen trabajo – le da un billete se despiden y se va el doctor.

- Me alegro hija que estés mucho mejor esta casi la comida terminada nos vemos abajo – niego con mi cabeza lo que menos quiero ahora es quedarme a solas con Lucifer pero al parecer eso ella no lo pillo y acabamos solos.

- A si que la píldora ¿eh? – me dice entrando a la habitación.

- Si la tomaba diariamente no veo cual es problema – le contestó borde cruzándome los brazos.

- Estas mejor porque mis folladas te curaron – se ríe yo sin embargo no sonrió ni un poco.

- No hay quien te entienda – le digo.

- Las maquilladoras estarán aquí a las cinco – demasiado pronto pienso.

- ¿No es muy pronto? – al final le preguntó.

- Tienen que hacer bien su trabajo – me mira como si me fuera a comer con la mirada y sale por la puerta.

¿QUIEN LE ENTIENDE? ¡QUE ME LO DIGA ALGUIEN PORQUE YO YA NO SE QUE PENSAR – me digo yo misma gritando.

En galería Lucifer 🤭

Prostituta Por ObligaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora