Capítulo 36

3.7K 349 28
                                    

NARRA LUCIFER:

Estoy jodido, estando en esta situación de mierda, me coloco como puedo en la camilla quejándome estuve a punto de palmarla, tal vez, pero tenía que recuperarme para decirla las cosas claras a Ainhoa y sobre todo contarla la verdad de quien es su madre y su padre que por cierto con ese hijo de puta me iba a encargar me va a suplicar que le maté.

- ¿Cómo te encuentras? - me pregunta mi amigo entrando de nuevo.

- Bien, me voy sintiendo más recuperado – hago el amago de levantarme, pero el me para.

- No tío no te puedes mover hace un rato te dábamos por muerto – mi gesto es duro al recordar la situación en la bañera como Ainhoa lloraba sin parar y por mí.

- No aguanto más estar tumbado en esta camilla déjame incorporarme – me suelta haciendo una mueca.

- Como se te abra la herida te pego una paliza – me advierte, saliendo.

Espero hasta estar seguro que no va a volver entrar y se fue, me levanto poco a poco, como puedo voy hacia a la puerta paso por la habitación abriendo la segunda puerta miro por si hay alguien, no hay nadie voy hacia mi oficina dispuesto a coger la carpeta roja donde tengo toda la información de los padres de Ainhoa, frunzo el ceño bastante al ver que la carpeta no está como yo la había dejado la última vez.

Echo un vistazo a la habitación para ver si algo estaba movido, me doy cuenta que el pequeño sofá hay un cojín en el suelo, me agacho quejándome metiendo mi mano que está bien abriendo el armario desde abajo donde tengo una caja fuerte, la abro metiendo la contraseña suspiro al ver que las fotos que mande a hacer del club la más importantes sigan en la caja fuerte, en algunas sale Ainhoa bailando en la barra sale bastante preciosa siempre que voy a un sitio primero mando investigar por si acaso, nunca me imaginé que al ver a Ainhoa en persona todo iba a cambiar.

La puerta se abre de golpe haciendo que sin querer me apoye con el brazo malo aprieto mis dientes, mi cara cambia a ver una Ainhoa llorando con una mirada de tristeza inmensa.

Su mirada se dirige a mí, por un momento suaviza su rostro, pero rápido se endurece mirándome con odio.

¿Por qué lloras mi pequeña?

- Ainhoa, ¿Qué haces aquí? - me pongo de pie, aparta sus lágrimas.

- TE ODIO – me grita.

- Se puede saber a qué viene esa actitud

- Viene a que eres un tremendo hijo de puta que solo sabe jugar con el corazón de los demás – me acerco más a ella, sin embargo, ella da unos pasos para tras.

- Y encima mira aun doliéndome el corazón por ti vengo a buscarte como una perra – me cabrea que hable así de ella misma.

- No entiendo nada – recibo una bofetada de ella.

- ¿Qué cojones haces aquí? Deberías de estar reposando – mi cara es girada por su bofetada.

- TE IMPORTA UNA PUTA MIERDA QUE AS ESTADO APUNTO DE MORIR – me grita con fuerza pegando una patada a la mesa.

- Se puede saber porque me pegas – intento mantener la calma, pero voy a perder los papeles pronto.

- PORQUE TE LO MERECES POR CABRON – tira las cosas que hay en la mesa está apunto de coger la carpeta roja, pero la aparto a tiempo.

- O eso, te piensas que soy gilipollas verdad y no me iba a dar cuenta – mira con asco la carpeta.

- Te lo puedo explicar

- Y UNA MIERDA SABIAS QUIEN ERA MI MADRE Y NUNCA ME LO AS DICHO Y ENCIMA TE FOLLAS A UNA SIRVIENTA – caigo en cuenta porque esta así de dolida seguro que la otra arpía ya la había contado.

- JODER – esta vez grito yo pegando una patada al sillón, menos mal que tengo el brazo en alto.

- ME DA IGUAL QUE TE PONGAS ASI HOY MISMO ME VOY Y NO ME VAS A VER MAS EN PINTURA – se da la vuelta para abrir la puerta, pero la paro como puedo.

- Escúchame tu no te vas a ir a ningún lado – aparto sus lágrimas.

- Me la folle sí, pero quiero que sepas que no sentí nada comparado con lo que siento contigo no lo entiendes, joder Ainhoa sabes que me cuesta expresar mis putos sentimientos de mierda te juro que responderé todo lo que me preguntes te contare todo lo que sé, pero por favor no me dejes

NARRA AINOHA:

Sus palabras parecían sinceras y suplicantes, pero no podía volver a caer, tenía que ver lo que me estaba doliendo todo, esto tenía que terminar si quiere algo más me lo tendría que decir.

- Esto no puede seguir así Lucifer – le digo mirando sus ojos.

- Lo sé, lo se te juro que te iba a contar lo de tu madre, pero en el momento indicado – pasa su mano por mi nuca para pegarme a su pecho.

- ¿Sigue siendo verdad lo que me dijiste en el baño? - habla haciendo que levantase mi cabeza para mirarle.

- Ahora te odio por ocultarme las cosas – sonríe, pero sin mostrar sus dientes tan blancos para acercarme más a él y rozar nuestros labios.

- No Lucifer, te tiraste a otra cuando yo te lo devolví, estoy harta de que solo sea sexo entre nosotros – me separo un poco de el para controlarme tenerle tan de cerca puede hacer que pierda los papeles fácilmente.

Se toca su nariz bajando la mirada por un momento al suelo como si estuviera pensando en algo que le cuesta mucho decirlo, sube la mirada de nuevo dejándome ver como sus ojos cambian a un negro.

- Te quiero Ainhoa – una esperanza vuelvo a sentir, hay un cierto brillo en sus ojos.

- ¿Qué? - digo como si lo que hubiera dicho fuese un chiste.

- Lo que escuchas, nunca pensé que iba a decirlo, pero joder te quiero no sales de mi puta cabeza por más que folle con otras no lo entiendes Ainhoa te has metido tanto en mi piel que no podría sacarte nunca – lloro, pero esta vez es de emoción nunca pensé que este momento iba a llegar y más sabiendo lo frio que era muchas veces.

- ¿Qué significa esto entonces?

- Significa que quiero que seas mía nena que voy a seguir protegiéndote todo lo que nos quede de vida – da un paso para juntar su frente con la mía suelta un suspiro como si le estuviera torturando, busca mis labios hasta encontrarlos, le beso con ganas pone su mano buena en mi espalda haciendo que el beso sea aún más intenso.

- Te quiero – me vuelve a repetir después de romper el beso.

- Te quiero Lucifer, y sigo sintiendo lo mismo que te dije en el baño - sonríe como nunca lo había visto reír enseñándome su perfecta mandíbula con tan solo una mirada me teletransporta a otro mundo en el que solo estamos él y yo.

Gracias a los que estáis desde el principio de la historia ya son más de 400 estrellitas muchas gracias, me alegro que sigáis leyendo la historia hasta el final 🤗❤

Prostituta Por ObligaciónWhere stories live. Discover now