Capítulo 44

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Cuando Rodrigo conto rápido me levante para esconderme en el armario, escuche sus pisadas fuertes subiendo las escaleras viejas, tenía miedo sí, pero no me quedaba otra que si me encontraba tenía que enfrentarme a él, no pensaba dejar que esta vez me llevase y se saliese con la suya.

Supe que ya estaba arriba cuando le escuche más de cerca y movía los pocos muebles viejos que quedaban, cerré los ojos y tape mi boca con mi mano al escuchar como entraba en la habitación en la que yo estaba.

-No, no Ainhoa pensaba que no eras de esas clases de personas – no sabía a lo que se quería referir ahora.

-¿Mataste por primera vez? - supe que había visto el hombre que mate a golpes.

-Sabes podrías unirte a mí no lo pasaremos bien matando – una lagrima se deslizo por mi mejilla, no estaba contenta por matar a ese tío, pero era mi vida o la suya no me quedo otra lección.

Salió de la habitación para revisar las otras, pensaba seguir quedándome aquí era el mejor sitio por ahora, Rodrigo hacia cosas para que me asustase y saliese corriendo, pero no movía ni un musculo.

-Ainhoa juro que como no salgas te follare y después te matare y será una lenta muerte y dolorosa – cogí una bocanada de aire para expulsarlo despacio, estaba temblando rezaba para que llegase Lucifer, espero que este bien.

-¡TE PILLE! - pegue un grito cuando le vi frente a mí.

Me agarro del pelo tirando fuera del armario me agarre a la mesa, pero su fuerza era mayor y me estaba haciendo mucho daño.

-Este juego me estaba gustando, que pena que tenga que acabar tan pronto – negué mirándole mientras le suplicaba.

Termine cayendo en el pasillo que estaba lleno de polvo blanco cuando me tiro con fuerza me queje por la rozadura que había causado a mis rodillas, se quitó el cinturón rápido me levante como pude para correr pero no tenía salida, sentí en como mi piel comienza a arder cuando su cinturón choco en mi cuerpo, solté un grito desgarrador lleno de dolor y de impotencia por no poder defenderme, siguió golpeándome sin compasión sin dejar que respirase, recordé que tenía el arma me tire al suelo, cogió mi pelo levantando mi cabeza tenía una sonrisa perversa sobre sus labios.

-Antes de matarte vas a sufrir como Lucifer cuando le mate – al escuchar eso es como si mi corazón se hubiera detenido por unos segundos no podría ser posible que Lucifer estuviera muerto no, el no, sí que se diese cuenta mientras que pasaba su mano por mi cuello quite el seguro a la pistola, todo fue rápido la arma estaba cargada y le dispare cerrando mis ojos fuertes.

Grito, cuando volví a abrirlos le había disparado en la zona de la cadera sangre salía sin parar, le empujé para irme directa donde estaban las escaleras.

-¡PUTAAAA! - grito mientras que se retorcía sobre el suelo, pensé que con ese disparo me daría tiempo a alejarme lo más posible de él, era muy listo cuando había bajado por fin él se había roto un trozo de su ropa para detener la sangre atándoselo, comencé a dar pasos para atrás para poder coger la tabla de nuevo, el arma la tenía el.

-Estas jugando muy sucio, perra – dijo quejándose llevándose la mano a donde tenía el disparo.

-¿QUE TE HICE YO? ¡DEJAME! - le dije agachándome para coger la tabla él estaba muy cerca de mí, si no era rápida estaba perdida pego un golpe con su cinturón en el suelo consiguiendo que me asustara, cogí la tabla levantándola para golpearla, pero el cómo pudo me dio con su rodilla en mi estómago, consiguiendo que me quedara sin aire cayendo al suelo.

-¡PERRA ASQUEROSA AHORA SI VAS A SABER QUIEN MANDA! - grito con rabia para poner el cinturón sobre mi cuello para comenzar ahogarme.

Por lo fuerte que estaba tirando me levanto un poco, intentaba hablar, pero el cinturón me lo detenía me faltaba el aire no podía respirar, soltó un gruñido cuando apretó el cinturón aún más caí al suelo fuerte causándome daño, sentía una presión fuerte en mi cabeza empezaba a ver todo borroso soltaba quejas por mi garganta me llevé mis dedos a mi cuello intentando quitarme el cinturón estaba muy fuerte sobre mi cuello.

Cuando pensé que este era mi final y notaba como mis ojos pesaban me soltó, comencé a toser intentado respirar, el al verme tan débil se reía, me armé de valor dándome la vuelta metiendo mi dedo en su herida.

-Ahhhh Puta – grito, salí corriendo venia detrás no me quedaba de otra que subir de nuevo y buscar algo con que golpearlo, mi cuerpo me ardía me dolía, sentía en mi cuello todavía la presión, pero me podía más las ganas de vivir.

Ya estaba a punto de terminar de subir cuando cogió una de mis piernas tirando hacia abajo caí sobre las escaleras, una se partió grite cuando me agarre sobre ella y me estaba haciendo sangre en las manos por la fuerza que estaba ejerciendo el tirando y yo agarrándome.

Subió dos escalones me tiro del pelo haciendo que echase la cabeza para tras, sentí el fuerte golpe sobre mi cara contra los escalones, me volvió a levantar mientras que yo intentaba quitarme de su agarre, sentí otra vez el fuerte golpe, tiro de mi hacia abajo gotas caían al suelo de mi cara sentía la sangre metálica sobre mis labios, me removía cuando seguía arrastrándome por el suelo frio y de cemento sin importarle que estuviera gritando de dolor por la rozaduras contra el suelo.

-Tu misma lo quisiste – puso ambas rodillas sobre mi cuerpo haciendo presión, se quitó los botones de su pantalón, me rompió la camiseta dejando expuesto mi sujetador.

Cuando vi sus calzoncillos y su mirada de psicópata supe lo que quería hacerme, quería violarme y después matarme, puse mis manos sobre su cara arañándole intentando separarle lo más lejos de mí, sentí una bofetada fuerte en mi rostro que me dejo aturdida por unos segundos, él lo aprovecho para desabotonar mi pantalón soltó un quejido por su herida, intente pegarle una patada pero me era imposible, conseguí llegar a uno de sus ojos apretándolo me volvió a golpear para después cogerme del cuello presionándolo, otra vez me estaba ahogando.

-¡MUEREEE! - grito con su cara tan roja por la fuerza que estaba haciendo.

Me removía de mil maneras, pero era imposible, el techo del almacén estaba volviéndose borroso mil imágenes se me vinieron a la cabeza del primer día que crucé miradas con Lucifer, los momentos en el club cuando Ricardo me violaba con la correa sobre mi cuello, la paliza en aquel pasillo que si no hubiera llegado hubiera muerto, cuando lo hice por primera vez en la ducha con Lucifer, nuestro primer beso, momentos riéndome con las chicas y Amelia, ¿eso significaba que me estaba muriendo? Todo me daba vueltas Rodrigo apretaba su mandíbula ejerciendo fuerza a mi cuello, si esta era mi muerte mi último pensamiento seria Lucifer el amor de mi vida.

Prostituta Por ObligaciónWhere stories live. Discover now