Culpa

820 69 0
                                    

Mis manos tomaron con fuerza la sedosa cabellera del azabache. Al ser más alta que él, tenía levemente el cuello inclinado hacia abajo, mientras que él posaba sus manos en mi cintura con sutileza. Mis mejillas ardían porque un calor inmenso nos abrazaba por el vaivén de nuestros besos, entre deseo y curiosidad, era un sentimiento que nunca había experimentado antes. Seguro en este momento mi cara lucía como un tomate por el sonrojo en mis mejillas, aunque dudo que por la oscuridad de la habitación él llegara a notarlo. No tengo ni idea de dónde salió esa valentía para lanzarme sobre él, pues desde que lo vi supe que me traería problemas, su actitud a veces me confundía , aunque de algo estaba segura y es que él era peligroso, tal como me lo describió Zeke. Pero el sentir sus labios sobre los  míos en una situación tan peligrosa, hacía que mi cuerpo sintiera la adrenalina por lo peligroso y prohibido que él era para mi.

Pero , ¿Qué estás haciendo ,Cass?

Cuando empieza a faltarme aire, recobro la cordura y me alejo abruptamente de él. Mi mente esta hecha un caos, no sé que decir o cómo actuar. Lo miro a los ojos y él a los míos, su mirada es indescriptible, no logró deducir que es lo que pasa por su mente. Doy unos pasos hacia atrás ante el silencio rotundo del capitán, lo único que deseo es salir corriendo. Creí que podía mantener mis emociones controladas, pero los nervios me carcomen al no saber como regresar al plan inicial. 

- Yo...- mi voz se escucha débil. Tengo los labios latentes por el ritmo lujurioso que tuvo el beso, al parecer no era la única que lo sentía pues él se relamió los labios como si deseaba calmar sus instintos. De pronto, se escuchó unos pasos que venían del pasillo, probablemente seguían buscándome ante mi ausencia. 

-Maldición...- solté. Di la vuelta y caminé hacia la puerta con la intensión de escapar, sin embargo, su mano agarró con fuerza mi brazo, obligándome a girar rápidamente. De nuevo nuestras miradas se conectaron, dejándome aún más confundida.

-Ni lo pienses, mocosa- susurró él con voz profunda, su rostro lucía sumamente enojado por intentar huir de la habitación - En serio creíste que te dejaría huir por haberme besado.

- No intentaba huir- traté de sonar calmada y dibujar una media sonrisa, pero por dentro me sentía aún más intimidada ante su fija mirada.

- No me digas, ¿a dónde pensabas ir? ¡Responde! - exclamó con dureza. Yo solo deseaba que su voz no alertara a sus compañeros. Su agarre en mi brazo empezaba a dolerme, aunque no quería que lo supiera, para restarle importancia al asunto. De nuevo, intente lucir inocente ante su pregunta.

-Tengo que ir al baño, es muy urgente - dije de manera divertida. Grave error. Él frunció el ceño aún más. De seguro me creía muy insolente por burlarme de él con una respuesta tan estúpida.

- ¡Basta! ¡No estoy jugando! Puedo torturarte en las celdas , sin piedad, durante horas, no creas que por ser mujer tendré piedad de ti, pero te estoy dando la oportunidad de responder por la buenas, ahora dime, ¿Quién eres tú? ¿Cuál es tu misión?- sabía que él no jugaba, pero si revelaba mi identidad podrían utilizarme como conejillo de indias al poseer sangre real o , tal vez, no. Pensándolo bien, esta situación podría jugar a mi favor, ya que tendría su atención y , quizás con el tiempo, me ganaría su confianza. Si juego bien mis fichas, podría obtener uno de los nueve titanes, sin necesidad de ir a Marley para obtener una de esas jeringas.

-Lo juro, capitán. Yo me sentía nerviosa porque usted no decía nada después de besarlo, ya que era mi primer beso- mi respuesta  no era del todo falsa, ya que mi primer beso fue hace años, cuando estuve enamorada de Porco. 

Azar - Levi AckermanWhere stories live. Discover now