SEGUNDA PARTE: Los miembros del Team Alianza

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Las lanzas relámpago impactaron contra el titán acorazado y el titán hembra. Ambos luchaban con proteger a los ingenieros Asumabito, quienes serían los encargados en hacer volar el dirigible que los llevarían donde Eren. Sin embargo, primero tendrían que escapar de los jaegueristas en barco rumbo al puerto de Okiha.

Esta era la segunda vez que Cassandra se transformaba, ya que la primera vez había sido en el bosque, una noche antes del ataque. Las primeras transformaciones siempre eran difíciles para los portadores de los titanes, porque perdían conciencia de sí mismo, tanto así que, Jean casi salía herido en su intento de contener al titán hembra y sus poderosas patadas. 

Luego de unas horas, el equipo de la Alianza se preparaba para atacar el puerto, siguiendo el plan de Armin y Hange. 

Sin embargo, el plan falló y solo les quedaba pelear y resistir hasta que el barco zarpara del puerto.

Cassandra intentaba con todas sus fuerzas moverse, pero las lanza relámpago le imposibilitaron ver a sus atacantes. El terror la carcomía. La cabeza de su titán salió disparada de su cuello y todos temieron lo peor. La joven pelirroja tenía solo horas siendo el titán hembra y le constaba acostumbrarse a ese cuerpo.

- ¡Cassandra!- la voz de Jean alertó a todo el grupo que quedaron atónitos al verla tan herida.

En ese momento, las figuras de varios cuerpos flotantes se movían lentamente ante sus ojos. Con el cuerpo regenerándose y la misión a punto de fallar. Cassandra cubrió con sus piernas a los últimos ingenieros que faltaban en subir al barco. Los jaegueristas no daban tregua al Grupo de la Alianza, lanzando, sin descanso, todo el armamento que cargaban en los almacenes militares. Era un infierno explosivo. Lo único que Cassandra tenía en mente era la seguridad de Levi y que la presencia de su titán era la distracción perfecta para mantenerlo alejado del enfrentamiento. 

Cuando sus ojos estaban a punto de cerrarse, una lanza relámpago salió por encima de su cabeza con dirección a los jaegueristas que estaban a punto de darle el golpe final a la Fritz. Era la Ackerman. Si no hubiera sido por la gran puntería de Mikasa, ahora mismo Cassandra estaría durmiendo en los caminos de la coordenada.

- ¡Yo te cubro! - la voz de la Ackerman tranquilizaron a la pelirroja- ¡Jean! ¡Llévate a  Cassandra al barco! ¡Yo los protejo!

Ordenó la pelinegra.

- ¡Entendido! - La voz de Jean se escuchaba más cerca al rostro de la Fritz- ¡Te tengo!¡ buen trabajo, Cass!

Aunque aún no recuperaba la vista, Cassandra imaginaba la hermosa sonrisa coqueta de su amigo.

- Gracias... lo lamento, no pude hacer mucho.

-Te equivocas, salvaste a los ingenieros, esa era la misión.

Jean cargo a la joven y se elevó por los techos de los edificios, con dirección al barco que zarparía muy pronto.

Tan solo faltaba Falco, el niño que ahora era el titán mandíbula, y esta era su primera transformación. Fuerte y descontrolado. El titán del niño actuaba sin razón y empezaba a preocupar al grupo, pues ya era momento de escapar y él aún no entraba en razón. En un intento de controlarlo, el titán mandíbula atacó peligrosamente al titán carguero, directo al cuello. Las alarmas sonaron, pues su mordida era letal, tan solo fueron unos segundos de diferencia en que el equipo logró reaccionar, llevándose al menor en brazos hacia el barco.

- ¡Estamos todos! - Jean avisó a Hange para que diera la señal de partida y las anclas sean elevadas.

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Mis ojos se regeneraron más rápido que mis manos, por lo que pude ver después de unos minutos de oscuridad, el puerto en llamas, un panorama impensable hace seis meses, cuando el ambiente era más positivo y no se hablaba tanto de la guerra. Cuando todo parecía más feliz y no lo sabíamos.

Azar - Levi AckermanWhere stories live. Discover now