Infiltrados en Marley

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Acomodo bien las mangas de mi blusa, que por cierto lo eligió Sasha. Mi amiga, amante de la comida, tiene un buen gusto para vestir, algo que envidio mucho de ella. Ella, Jean y Connie, fueron los primeros en salir a ver el perímetro de las calles en donde se prepara el festival que se realizará en dos días. El trio tenía como misión ubicar los puntos en donde colocarían los pequeños reflectores de luz, que dibujarían el camino de huía cuando todo acabe.

-¿Lista?- la voz de Hange me hice girar. 

Ella venía con Levi. Ambos lucían trajes serios y elegantes, muy típico de la moda marleyana.

-Si-miré a Levi. Él escondía muy bien su preocupación por el plan de infiltración y extracción de los Jaeger.

-Todo marcha como lo imaginé, aunque sigo tentada en ir hacia el puerto y ver los grandes buques del ejercito marleyano ¡Son impresionantes! ¡Como si fueran enormes titanes! ¿No, Levi?

-Hange, cálmate- el tono frío la cortó.

-Si, si. Ya sé que no puedo ir. Solo me queda verlos desde la torre del reloj- Hange realmente se veía decepcionada.

-Conozco un atajo- solté de inmediato. El capitán me lanzó una mirada matadora.

-¿En serio?- los ojos le brillaron al verme asentir muy segura.

-¡Imposible!

-Levi, confía en mi. Conozco Liberio y ,aún más, el puerto de Marley. Solo nos tomará diez minutos llegar al puerto. Luego de eso nos reuniremos en la mansión Asumabito, tal como se acordó.

-Enano solo serán unos minutos, ¿si?- Hange miraba suplicante al azabache.

-¿Levi?- volteo a verme- Confía en mi, ¿si? Solo será media hora, ni más ni menos. Lo prometo, capitán.

No dijo nada durante unos segundos.

Por un momento tuvimos una pelea de miradas, sin embargo, cedió ante mi insistencia.

-Los Asumabito no toleran la impuntualidad. No lleguen tarde.

-¡Gracias Enano!- dijo una Hange eufórica.

La comandante se dirigió hacia la salida muy contenta. Adoraba verla tan feliz y entusiasmada, aunque por dentro aún me dolía volver del lugar del que tuve que escapar. Desde que nos infiltramos, no he logrado localizar a Zeke por ningún lado, aunque mi cabello haya sido cubierto con una peluca color negra, estoy segura que él si me reconocería al instante. Aún tengo muchas cosas que decirle, pues las cosas cambiaron mucho desde que me mando a la isla con Yelena. Ella por supuesto estaría conmigo durante todo el festival, ambas con el uniforme militar marleyano.

-Espera- Él me jaló del brazo antes de que cruzara la puerta.

-¿Qué sucede, capitán?

-No me llames así cuando estamos solos- bajo el tono de su voz.

-Esta bien- solté una pequeña sonrisa.

-No te expongas demasiado, ¿entendido?

-Sé defenderme, Levi. Desearía que me vieras como una soldado lista para atacar y no como una damisela en peligro.

-Sé que puedes defenderte, eres fuerte y muy inteligente. Sin embargo, muchos soldados con las misma cualidades murieron, no puedes en contra del destino- bajo la mirada.

-Lo sé. Tranquilo, todo saldrá bien- le acaricié suavemente el rostro. Sus ojos grises me atraparon cálidamente. En este punto de nuestras vidas, la conexión que teníamos como pareja era fuerte. Comprendía el porque de su actitud fría y reservada. No se le puede justar al libro por su portada, esta frase iba muy bien con Levi.

-Confio en ti, Cassandra- dijo seguro.

No pude más y presioné mis labios contra los suyos. Él respondió gustoso el contacto. Desde esa noche, antes de la prueba de reclutas, no habíamos intimado. El trabajo se intensifico para él desde ese día. Yo me dedique en perfeccionar mis movimientos y superar la muerte repentina de Liam. 

-Extrañaba esto- susurré cuando nos separamos por la falta de aire- deseaba besarte desde hace semanas.

-¿Por qué no lo hiciste?

-No quería distraerte de tu trabajo- baje la mirada.

-No vuelvas a decir eso, tu no eres una distracción. Tu sabes como funciona esto, vivir como si fuera el último día.

Levanté la mirada y él me tomo el rostro para darme un tierno beso en los labios.

-Cassandra, ya no vam... si quieren puedo dejarlos solos unos minutos en mi habitación, mi cama es la más grande. Aaaaa.... creo que mejor me voy- Hange salió disparada del lugar.

Nos miramos avergonzados. No pude retener la risa al recordar la cara de la comandante totalmente confundida y a la vez asqueada.

-Debo ir con ella- dije.

-Bien.

Nos despedimos con las miradas. Caminé rápido para alcanzar a mi amiga, quien se detuvo frente a un hospital observando a un anciano hablando solo. Probablemente tendría problemas mentales.

-Vamos, Hange. Recuerda que tenemos media hora.

-¡Cierto!¡Vamos!


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Azar - Levi AckermanTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang