La primera vez 1/3

704 48 0
                                    

-No

Su respuesta me desconcertó. Desvié la mirada, esta vez no sabía que decir, su tono había sido contundente, aunque en mi mente sonó como "No quiero hacerlo contigo". Levanté la mirada, él sabía las intenciones que tenía con la pregunta que le hice, pues era algo que deseábamos los dos desde hace mucho tiempo. Su postura era incomoda, caminó hacia su escritorio, dando una ojeada a unos documentos que se encontraban acumulados en medio de unos cuadernillos. No me miraba, al parecer esperaba que me retirara de su oficina, era claro que tenía mucho trabajo acumulado y había sido por mi culpa. Estos días habían sido agobiantes para la comandante y el capitán, quiénes buscaban la manera de salvarme de una muerta segura.

 Guardé mi protesta para otro día y procedí a retirarme.

-Descanse, capitán - salí sin decir más.

-Cassandra ... 

No voltee a verlo. 

En mi habitación, me miré al espejo, tenía un aspecto deplorable, quizás por eso Levi me rechazó o era porque estaba ocupado. Sea cual sea el caso, mi físico había cambiado desde que empecé a entrenar. Me quité toda la ropa que llevaba encima  y noté que mis brazos se veía más definidos, mis costillas ya no resaltaban demasiado en mi abdomen, mis piernas largas ya no parecían dos palillos a punto de romperse; uno de mis complejos más grandes habían sido mis piernas, pues siempre lucían muy delgadas y pálidas, aunque en Marley esa era la tendencia, a mi nunca me gustó, pero las mantenía así por presión de mi tía "Debes cumplir con los estándares de nuestra sociedad, solo así todos te verán como un modelo a seguir". Mi peso de seguro había aumentado, los cambios en las distintas partes de mi cuerpo era favorecedores. Ya no era la muñeca de porcelana que vivía para complacer a los demás, ahora era la chica descendiente de la sangre de los demonios, que luchaba por mantenerse en pie a pesar de todo.

-Debes entrar entre los diez primeros, Cassandra -Puse las manos sobre el lavadero y acerqué mi rostro al espejo- No puedes fallar, sino estás muerta.

-Debes entrar entre los diez primeros, Cassandra -Puse las manos sobre el lavadero y acerqué mi rostro al espejo- No puedes fallar, sino estás muerta

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Azar - Levi AckermanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora