Cassandra Tybur siempre fue la "Luz de Marley", la consentida de Willy Tybur, un arma política que utilizaba Marley para calmar las relaciones diplomáticas que tenía con las otras naciones. Su belleza e inteligencia son sus mayores armas de la joven...
(ESTE CAPITULO TIENE SPOILERS DEL MANGA Y DE LA TEMPORADA FINAL DEL ANIME)
La tremenda caída me dejó casi inconsciente durante unos segundos.
Mi vista se tornaba cada vez más negra. Nada. No escuchaba nada.
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¿Cuánto tiempo habrá pasado desde que caí inconsciente? ¿Mis amigos sabrán que estoy atrapada aquí? ¿Qué estará pasando allá afuera?
¡Cof Cof!
Intento moverme hacia un lado, pero de inmediato un dolor punzante se instaló en mis piernas. Mierda. Mi cuerpo se siente molido, como si hubiera trabajado sin parar durante la época de cosecha. Con la respiración entrecortada. Casi caigo nuevamente desmayada. Tomo aire e intento ponerme de pie. Cuando logro estabilizarme, mis ojos observan el panorama de destrucción total de la ciudad.
Los edificios caídos. Cientos de personas siendo comida de los asquerosos titanes. ¿En qué momento aparecieron titanes invadiendo la ciudad? ¿Acaso Zeke los transformó? ¡Espera un momento! Si Zeke dio el grito de guerra y estos titanes son las personas que tomaron del vino , ¿por qué yo no me he transformado en titán? ¿Cuánto tiempo llevo inconsciente aquí? ¿Por qué sigo siendo humana?
-¡Aquí!- giro rápidamente al escuchar una voz conocida.
Los ojos café y la bata blanca. Aidan Hoffmann venía corriendo hacía mi con el rostro aterrorizado.
-No puede ser ... - el rubio de ojos celeste y voz dulce, venía corriendo a todo pulmón junto a Aidan. Mis pies caminaron torpemente hacia esa voz melodiosa que tanto adoraba- Volviste, Cass.
-Armin- corrí hacia él y me lance a sus brazos torpemente.
-Volviste. Por un momento creía que te había perdido. Tus órganos se había salido de tu cuerpo, porque una de las columnas te había atravesado por la mitad y justo en ese momento te convertiste en un titán.
-¡¿Qué?!
La respiración se me cortó.
Me despegué de sus brazos rápidamente y lo miré incrédula.
-¿Yo me convertí en un titán?
Él bajó la mirada.
-Eren activó el retumbar.
Efectivamente.
Miré a mi alrededor y solo encontré un monto de escombros que rodeaban la ciudad, eso quería decir que lo titanes dentro de los muros habían despertado. El escenario desolador me encogió el corazón. Miré nuevamente a mi amigo, pero él solo desviaba la mirada. ¿Qué me estás estás ocultando Armin?
-Si Zeke dio el grito de guerra... y yo era de las personas que tenían su líquido encefálico en mi sistema, ¿Cómo es que sigo siendo humana?
-Perdóname ... - rompió en llanto- Escucha Cassandra. Yo ... yo... yo te había perdido, y casi devorabas a Jean hace unas horas, fue Annie quien te detuvo, ella te salvó.
-¿Annie? ¿Cómo? Su cristal ... se descongeló ...
-Si- tomó mis manos y las apretó gentilmente- Junto a ella empezamos a buscarte, pues no sabíamos donde estabas. Gaby nos había dicho de que tu habías sido sepultada junto con todo el edificio, pero ...
-¡Espera! ¿Qué? Ahora esa niña está de nuestro lado?
-Así parece, su amigo se convirtió en el nuevo titán mandíbula y tu en la nueva titán femenino.
-¡¿QUÉ?!
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-Annie decidió esto, ella simplemente quería terminar con el dolor de saber que su padre en Liberio había muerto. El sentido de su lucha había muerto y decidió darte ese poder. Pero la verdad es que yo se lo propuse, no podía vivir con la idea de que murieras así... perdóname fui egoísta , pero realmente yo...
Armin cayo de rodillas y las lagrimas empapaban su rostro.
-Sigo siendo débil y patético... perdóname Cassandra, te convertiste en lo que más odiabas, un titán.
Sus puños empezaron a golpear el piso dementemente.
-¡Arlet detente! No es momento de lamentos, es hora de movernos- Aidan, quien seguí con nosotros, tomó del hombro al rubio.
-Debemos reunirnos con los demás, aquí somos blancos de los titanes.
-¿Los demás?- busqué la mirada de mi amigo, pero él seguía de rodillas.
-Así es. Ellos están defendiendo la ciudad de los titanes que invadieron la ciudad- Aidan lo tomó de los brazos y lo ayudó ponerse de pie -Deberán hablar después, pero ahora debemos irnos.
Asentimos, pero sin mirarnos a los ojos.
-¡Vámonos!- solté.
Nos pusimos en marcha hacia el centro de la ciudad en donde la batalla entre humanos y titanes recién empezaba.
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