Amigos

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El capitán Levi me cargó  como un saco de papas ni bien me sacó de la celda, la verdad es que no tenía ganas de protestar por ello, pues parecía que disfrutaba verme como le lanzaba una mirada asesina por su trato poco delicado. Cuando llegamos a la superficie, el sol nos recibió en su punto más alto, el tiempo debió transcurrir rápidamente mientras me encontraba bajo tierra. Al ver nuevamente como la luz del sol me envolvía el cuerpo, sentí que volvía a nacer, con la esperanza de que lograría ser libre de todo. 

- Te llevaré a tu nueva habitación- dijo él a secas. Me dejó en el suelo rápidamente y continúe sola.

Luego de unos minutos, habíamos llegado . Dicha habitación era la que se encontraba a lado de la suya, sentí mis mejillas arder con solo recordar todo lo de la noche anterior. Miles de pensamientos pervertidos se me vinieron a la mente, en cuestión de segundos, sentí que el pasillo se volvía más angosto, como si quisiera dejarme sin aliento por mi actitud desvergonzada. 

- Sea lo que sea que estés pensando, no volverá a suceder. Confórmate con que sea tu tutor- lo miré avergonzada , él tenía una leve sonrisa burlona. Demonios. Seguro en mi frente bien grande la palabra ¡BESAME!. 

Sin contestar, cerré la puerta de mi habitación con fuerza, dejándolo solo.

Compostura Cassandra, me decía mil veces.

Sin duda Levi ha sido el primer hombre que me ponía así de tonta. Aunque para él sea una simple mocosa caprichosa, no podía negar que él mayor lucía condenadamente atractivo sin siquiera desearlo. Estoy segura que debe saber el efecto que tiene en mi , pero en estos momentos dudo que eso le importa. Estábamos a punto de iniciar una guerra. Debo aprender a controlar mis sentimientos, por más fuertes que sean.

Después de unos largos minutos, tiempo en el que traté de calmar mis hormonas, alguien tocó la puerta.  Suspiré cansada, justo ahora quería echarme a dormir, pero ya venían por mi  de seguro para mandarme a trabajar. Abrí lentamente la puerta y lo vi nuevamente. 

-Necesitas comer- él sostenía una bandeja con bastantes aperitivos, parecía que comería la comida de todo un día. Sus ojos me observaron detenidamente el rostro, ¿acaso sigo sonrojada por su comentario?- Come y descansa, mañana empiezas a trabajar con la limpieza de mi oficina.

¿Es enserio?

Creía que me enviaría a limpiar el establo, pero justo debía ser su oficina. Bueno, al menos estaba bien y no en medio de una tortura. Tomé la bandeja con pesadez, con solo pensar que me vigilaría día y noche sentiría que el tiempo pasaría muy lento. Sin decir más se retiro. En ese momento me arrepentí por no darle las gracias, a pesar de todo, tengo un techo donde descansar y una bandeja llena de comida, gracias a él y a Hange.


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Tal como dijo. Al día siguiente empezaría a trabajar para "él" .

Toc toc toc

-¡Demonios !¿ Quiénnnnn essss?- susurré arrastrando las palabras, aún media dormida. Abrí la puerta y  de inmediato ingresó a mi habitación.

-Cámbiate y baja a la mesa a desayunar - maldecí por lo bajo. Solo llevaba un camisón blanco y tenía restos de baba en mi mejilla. Él me miró con asco cuando limpie el rostro, ¿Qué esperaba de una persona que acababa de despertar de un sueño profundo?

-Si capitán, bajo en seguida - lo miré esperando a que se retirara, pero no captó la idea. Él tenía su mirada prendida en mi camisón.

-¡ Capitán! - abrí sus ojos abruptamente - Le estaba diciendo que si podía salir de mi habitación para poder cambiarme.

Azar - Levi AckermanWhere stories live. Discover now