No me provoques

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Mikasa caminaba muy de prisa por los pasillos de los dormitorios sin responder a mis llamados, realmente me costaba seguirle el ritmo. Sin embargo, no la deje perderse entre la oscuridad de la noche, aunque estuviera perdiéndome una deliciosa cena por tratar de conversar con ella. Un lado de mi mente me decía que no debía meterme en sus asuntos, pues no la conocía lo suficiente para opinar sobre ella y la relación que tenía con Eren; mi lado sensible me decía a gritos de que hablara con la chica, pues no se encontraría bien psicológica. La desaparición de Eren no solo causó revuelo entre las ramas militares, sino también sembró la duda con respecto al plan que dictaba Yelena, aunque Hange sabía la verdad, consideraba muy irresponsable revelar mi existencia a los altos mandos y emplear un plan de emergencia si Eren se revelaba; el temor de la comandante era que yo sea la prisionera de generalísimo Darius Zackly, pues conocía los métodos de tortura que emplearía en mi el generalísimo si las ramas militares deciden que sea su prisionera.

"Todo sea por el bien de los habitantes de la isla", así dijo la comandante.

Cuando la azabache entró a su habitación, me dejó atrás con un fuerte portazo. Era claro que no deseaba ver a nadie.

-Mikasa - la llamé, mientras tocaba la puerta, pero no obtuve respuesta.

-Mikasa debo decirte algo sobre Eren...- arrastré las últimas palabras con la esperanza de que tuvieran algún efecto en ella, pero solo obtuve otro silencio abrumador.

Me rasco la cabeza irritada, sería difícil lograr que abriera la puerta, y más aún si se trataba de una chica que apenas conocía. 

-Mikasa, sé no somos muy cercanas, pero debo decirte que si necesitas algo solo dímelo. No tengo derecho a discutir sobre tu y Eren, pero , por favor,  piensa también en Armin, él se encuentra muy preocupado por ti. No estás sola, tienes un amigo que está dispuesto a escucharte, piénsalo- escuché sus pies acercarse, pero segundos después se detuvo.

-Mikasa...- susurré, pero nuevamente nada. Tal vez le sea difícil hablar con una pelirroja que vivió toda su vida llena de comodidades y nunca experimentó cosas traumáticas, ni pasó necesidades. Yo no era la indica para hablar con ella, pero empezaba a preocuparme por las personas de mi entorno, ya no era solo yo. Sentía que formaba parte de esta familia, aunque suene presuntuosa afirmarlo, por primera vez estaba dando todo de mi sin esperar nada a cambio. Totalmente distinto a lo que hacía en el pasado.

-Me voy, por favor piensa en lo que te he dicho. Discúlpame si te he molestado. Descansa, Mikasa- solté con voz apagada.

Di la media vuelta un tanto desanimada por lo sucedido y caminé hacia las caballerizas. Tenía sentimientos encontrados y necesitaba tomar un poco de aire antes de ingresar nuevamente al comedor. La noche sería larga, pues debido a la novedad sobre la cena, los cadetes dejarían el comedor muy tarde.

 La noche sería larga, pues debido a la novedad sobre la cena, los cadetes dejarían el comedor muy tarde

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Azar - Levi AckermanOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz