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Su mamá de verdad debía odiarlo. Cuando Donghyuck había llegado a la cocina con pastillas en su mano, tratando de deshacerse de los pensamientos de lo que había hecho en su baño, ella se dio la vuelta tan rápido que pensó que se había tronado el cuello.

—Se terminaron los huevos.

—Y una mierda. Todos tenemos un par de huevos en nosotros o dentro de nosotros.

—No es una clase de biología aquí —ella rodó sus ojos al comentario de su hijo. —Ve y compra.

—¿Por qué yo? ¿Por qué no mandas a papá o a Donghyun?

—Tú eres más rápido. Ellos tienden a ser lentos cuando le pido a uno de ellos que compre algo.

Ella tenía razón. Donghyuck lo había visto por sí mismo cuando su papá de alguna manera se convirtió en una tortuga cuando mamá le pidió que comprara pan. Parecía ser que olvidó donde estaban todos los productos de la tienda y explicó con mucha dificultad lo que necesitaba cuando un empleado llegó con él. Al final, compró un par de cosas innecesarias a pesar que mamá solo había pedido una maldita bolsa de pan.

—No puedo —Donghyuck se encogió de hombros. —Estoy esperando mi celo. Alguien puede secuestrarme.

—Vamos. No eres tan atractivo y nadie trataría de hacer nada en la mañana, cuando ya hay sol.

Donghyuck gruñó pero tragó una pastilla, tomó el dinero que su mamá le había dado y fue por sus zapatos. Decidió que sería lo más rápido posible para no tener que cambiar su pantalonera gris y una bastante vergonzosa blusa con un osito en ella.

Salió del apartamento como un rayo y corrió como un atleta por las escaleras. Saludó a un par de vecinos en el pasillo pero solo lo vieron un poco desconcentrados al no reconocerlo. ¿Quién era ese chico bonito? Se parece al mocoso del apartamento x.

Cuando Donghyuck finalmente dejo el apartamento, respiró el aire fresco. Era otoño pero se sentía como primavera por alguna razón. Donghyuck amaba la primavera porque significaba que la escuela terminaría pronto. Era un estudiante promedio, le gustaban algunas de las clases dependiendo de su humor. Pero odiaba ciencias y matemáticas. Lo teórico y las fórmulas eran demasiado difíciles para él. Donghyuck sentía que las personas que lo entendían eran alienígenas con cerebros distintos. Era demasiado para que él lo pudiera percibir.

Había un supermercado cerca del edificio de su apartamento. Donghyuck entró sin sorprenderse de que muy pocas personas estuvieran ahí. No era mandado por primera ni última vez por su mamá tan temprano en la mañana. Donghyuck lo encontraba divertido. No había líneas en las cajas registradoras, ni personas conglomerándose en un área, pero más importante, había silencio.

Donghyuck se dirigió hasta los huevos de inmediato. Sin pensarlo demasiado, tomó unos, los que estaban más cerca de él. Imaginó como su mamá reaccionaría si no checaba como se veían los huevos y llevaba unos rotos; ese pensamiento le provocó un escalofrío. Así que, abrió la caja y los escaneó uno por uno, observando si alguno estaba dañado. Una vez convencido de que todo estaba bien, estaba punto de ir a una de las cajas cuando se dio cuenta que el dinero que le había dado su mamá era demasiado para solo los huevos.

Fue a la sección más próxima donde estaba su bebida favorita - leche de fresa. Se hincó para observar todas las posibles opciones de bebidas que podía comprar, contando en su mente la cantidad de dinero que podía gastar. Su cabeza se estaba quemando con los cálculos. De repente estornudó y casi suelta la caja al suelo, sin siquiera saber por qué se dio la vuelta solo para encontrarse con los ojos de Mark.

—¿Cuándo llegaste aquí? —brincó en sus pies, conmocionado por la aparición repentina del alfa. De nuevo, pobres huevos, casi avienta la caja en el aire.

MATCH MADE IN HELL 》markhyuckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora