Como un radar, mi corazón se acelera cuando se aproxima un fenómeno que jamás antes había detectado. Quiero que todo sea un sueño y que en realidad...
Nunca hubieras aparecido en mi vida
-Te voy a querer siempre, JungKook.
-¿Siempre?, ¿Eso no es de...
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- Saldremos dentro de tres días. El señor Shin Xian me ha informado que ya comenzaron a comprar las entradas hace unos días. ¿Tienes ya la lista de canciones que cantarás ahí? -mi padre informó en cuanto entré a su oficina con la excusa de hablar con él sobre algo serio.
Asentí para olvidar éste tema lo antes posible y comenzar con-
- ¿No era de eso de lo que querías hablarme?
Niego con la cabeza. Presionando mis labios entre sí para finalmente levantar la mirada caída en mi regazo y mirar a mi padre a los ojos. Esos ojos que deberían entenderme antes de ser un Idol, antes de ser Jungkook.
Pero no iba a demorarme más tiempo del que seguro se me estaba acabando como al terminar un libro.
- Padre, yo...
Callé. ¿Por qué si me sentía tan seguro esas palabras no salían de mi boca?
- Tú... qué...
- Yo no puedo casarme con JooNa -solté finalmente, con un cerrar de ojos en cuanto acabé de decir la última palabra, no quería ver la expresión atónita del hombre obsesionado con tener a una buena esposa respetable para su hijo.
- ¿Qué demonio estás diciendo? -gritó enfurecido. De la furia entrecerró sus manos en un puño para arremeterla contra la madera de la mesa.
- Que ya no quiero casarme con ella. Sé que la boda está ya planificada, pero-
- Esto no se trata si quieres o no, JungKook. Esto se trata de lo que es mejor para ti, para todos nosotros.
Río sonoro. Aquella risa que no era aguda, pero sí entrecortada cuando una situación se hacía burlona. Incluso JaeKi estaba mirándome impasible sentado detrás de su escritorio.
- Sin mí la empresa no estuviera donde está -con un hilo de voz respondo, la impotencia de no ser escuchado en ninguna de mis decisiones revolviendo todo mi ser y una inestabilidad dominaba mi cuerpo como si no tuviera dominio ahora mismo de él- ¿Qué pasó con ese padre que me escuchaba hace siete años atrás? ¿Qué pasó con mi bienestar?
Pasa una de sus arrugadas manos por su cara, quizás demasiado frustrado con aquello que llevaba tanto tiempo pensando, pero el miedo de lo que iría a pasar después de confesar tal cosa me estaba dominando. Pero ya no, ya no soy el niñito que lloraba por las esquinas porque llevaba mucho peso en sus hombros.
- Explícame qué pasó para que cambiaras de opinión tan de repente.
¿Tan de repente?
Papá. Estoy enamorado de un hombre. ¿Tan difícil es de decirlo?
- Desde hace un tiempo te lo dije, así que no digas que es de repente. Simplemente me di cuenta que pensaba que amaba a JooNa. Todos me decían que esa era mi mejor opción y mis fanáticas la aceptaban. Todo aquello creó que me acostumbrara a verla con los mismos ojos, ¿sabes?
