16. Trébol.

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Suspiré una vez antes de estampar los nudillos contra el material de la puerta.

— Un momento —gritó desde el otro extremo del apartamento. Pasaron unos minutos en los que mis pies fueron mi nuevo entretenimiento en su espera— ¿Oh? ¿Taehyung?

Levanté la mirada del suelo y sonreí al ver a Jimin asomando su cabeza, con su cuerpo detrás de la puerta y sus manos aferrándose a esta. Se mostró confundido, mas era para estarlo, pero me aseguraría de que estuviera recuperándose después de aquel día.

— Siento haber venido sin avisar, pero es que no tengo tu número.

— ¿Deseas pasar? —propuso amable, abriendo más la puerta y saliendo de detrás de ésta, vistiendo un tierno mandil por sobre sus pantalones cortos.

— He venido a saber cómo sigues, perdón si he sido descortés en venir de repente a tu casa, pero es que-

— En realidad estoy feliz de recibir una visita, nunca nadie me suele visitar —interrumpió el rubio cuando estuve a medio decir. Me encaminó hasta unos pequeños muebles en la pequeña sala del apartamento.

— Tu apartamento se ve acogedor. 

— Supongo que sí, es mi guarida —comentó el menor de estatura, provocando que mi mirada viajara desde las pintadas paredes hasta su rostro neutral— estaba preparando algo para cenar justo en este momento, ¿quieres beber algo?

— Supongo que agua estaría bien.

— ¿Agua? ¿Qué persona optaría por tomar agua cuando le ofrecen de beber? —espetó Jimin, levantándose de su asiento. Quizás bromeaba, quizás no, porque sus facciones se mantuvieras serias como de costumbre.

En su ausencia pude echarle un vistazo de más al pequeño salón. No tenían mucha vida las cortinas que cubrían las ventanas, tampoco había rastro de ninguna fotografía. ¿Una casa que no tenga fotografías? Es como si todos sus recuerdos hubieran desaparecidos.

Jimin no mostraba una vibra alegre como la de cualquier ser humano. Él era-no sabía quién se escondía tras esa faceta de chico inocente.

— Aquí está su agua como la pidió —dejó el vaso de cristal sobre la mesita frente a los muebles, encarando una televisión pequeña sin muchos detalles.

— Gracias. Por cierto, Jimin, ¿Cómo sigues de tus heridas?

Sonrió tranquilo, llevándose la mano hasta el punto de su abdomen por encima de la tela del mandil.

— Puedo resistir mucho más que eso, no ha sido la primera vez que me marcan hasta los cabellos.

¿Qué diablos?

Aun diciendo eso no se mostraba preocupado o asustado, más bien sus cejas se enarcaron al ver mis ojos abiertos más de lo común. Riendo exageradamente con sus manos puestas en la boca. Tan loco se veía aquello.

Just A Chance   》KTH/JJK《Donde viven las historias. Descúbrelo ahora