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Vyce POV

Tengo a mi bebé en un brazo mientras con el otro abro la puerta.

Al entrar, la casa está decorada con globos de color rosa y un cartel con las palabras "Bienvenida a casa". Mis ojos se llenan de lágrimas y volteo a ver a mi familia.

Todos, sin excepción, me miran con una sonrisita en los labios.

―Todos lo sabían. -susurro.- ¡Todos lo sabían! -repito esta vez gritando, con una gran sonrisa en mi boca.- Gracias, es muy hermoso. Mira Aly, mira la sorpresa que te dio tu familia.

Recorro el lugar de un lado a otro, mostrándole a Aly los colores y globos. Ella observa todo con sus enormes ojos grises y una pequeña sonrisa en sus labios.

Camino hacia la habitación que preparamos Eider y yo. Abro la puerta y la habitación color melón queda expuesta ante nosotros.

―Por eso no nos dejabas entrar. -dice Fiore detrás de mí.- Es espectacular.

―Queríamos darle una sorpresa a todos. A la pequeña y a ustedes.

La habitación tiene una gran ventana cubierta por cortinas finas color melón. Unos estantes blancos y una repisa llena de peluches. En el medio, tiene una cuna, sin embargo, sigue quedando espacio para una cama. Pero eso lo compraré más adelante.

Coloco a Aly en su cuna y le acerco el peluche que le regaló Minerva.

Ella juega feliz mientras los demás observan la habitación.

Por un momento, siento el abrazo de Eider.

Mis ojos se envuelven en lágrimas y unas cuantas caen.

Ash voltea hacia mí con una enorme sonrisa, pero al verme, se acerca y me envuelve con sus brazos.

En ese momento me rompo.

Mis piernas tiemblan mientras me aferro a ella. Mis lágrimas desaparecen en su hombro, mojando su camisa.

―Gael, ayúdame. -dice y es ahí cuando caigo en cuenta que estoy dejando todo mi peso en ella. Siento los brazos de Gael sostenerme y logro mantenerme de pie.

―Lo siento, lo siento. -digo y seco mis lágrimas.

―Vyce, no tienes que pretender ser fuerte todo el tiempo. Lo eres, claro que sí. Pero, como todo ser humano, tienes tus momentos de debilidad. Y es completamente normal, hijo. -dice Minerva.- Y es preferible que tengas esos momentos de debilidad junto a tu familia, que te puede ayudar y aconsejar, en vez de estar solo y hacer cosas imperdonables.

Bajo mi mirada. Tiene razón.

Un teléfono sonando, interrumpe.

―Disculpen. -dice Gael y sale de la habitación.

―Si necesitas alguna cosa nos puedes decir. -dice Thiago.- Incluso nos puedes pedir alguna cosa de Eider, como ropa o alguna foto... si quieres. -añade al ver que guardo silencio.

―Gracias... Me gustaría quedarme con algunas fotos de ella. -digo y siento mis mejillas calentarse.

―Por supuesto. -dice Minerva.

Gael entra por la puerta y me mira fijamente.

―Mañana... es el funeral de Eider. -dice y siento mi mundo venirse abajo por segunda vez.

***

Duele. Duele mucho.

Mis ojos arden y se sienten pesados. Observo como poco a poco van tapando la tumba donde está mi novia. El funeral ya terminó, sin embargo aquí sigo. No tengo idea de por qué no me dejaron ver su cuerpo antes de enterrarla, pero no pude hacerlo. Y tampoco vi que alguien más lo hiciera. Fiore está a mi lado y Gael del otro, esperando para irnos a casa nuevamente. No me quiero ir a casa, quiero estar aquí con ella. La pequeña Alyssa se quedó con Ash.

El Misterio de los Dagger ©  [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora