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Devon POV

―Voy a salir. -le informo a Vyce, quien está en la cocina preparando su almuerzo. Yo comeré con Eider.

Vyce me mira y sonríe mostrando todos sus dientes. Asiente rápidamente.

―Si, si. Perfecto. Vete. -dice. Entorno mis ojos hacia él.

―Si me voy, ¿no vas a follar, o si? -pregunto. Camino a la entrada y agarro las llaves que están en una pequeña mesita junto a la puerta.

Vyce suelta una carcajada. Niega con su cabeza.

―Puedes ir tranquilo. No follaré. Adiós.

Me despido con un movimiento de cabeza y salgo del departamento. El lugar donde Eider y yo nos encontraremos será una pequeña plaza que queda cerca de el local Woodside.

Decido pasar antes por una florería. No me gusta mucho eso de los detalles y cursilerías, pero apenas nos estamos conociendo. Quiero dar una buena impresión. Aunque ya haya cometido un asesinato frente a sus ojos. Ella decidió darme una segunda oportunidad.

Compro un bonito ramo de girasoles. Son mis flores favoritas. Espero que a ella también les gusten.

Al llegar al lugar, veo que aún no ha llegado. Decido esperar un poco. Me siento en una de las bancas de la plaza.

Después de unos minutos, siento una mano apoyarse en mi hombro desde atrás. Me sobresalto y volteo rápidamente, alerta.

―Lo siento, no quería asustarte. -dice un poco apenada. Me relajo visiblemente.

―No te preocupes. -digo. ambos nos quedamos mirando por unos segundos.- Te traje esto. -murmuro, aún hipnotizado por sus ojos color gris. Le entrego el ramo de girasoles.

Su rostro vacila un poco, sin embargo, en su rostro aparece una sonrisa hermosa. Agarra el ramo.

―No son mis favoritas. -dice juguetona. Sonrío.- Sin embargo, las aceptaré.

Mientras hablamos, nos dirigimos a un puesto de comida rápida. Es bueno que no sea de esas chicas que son puro lujos.

Al llegar, pedimos dos hamburguesas doble carne y dos bebidas.

―No me has contado de tu padre -dice antes de dar un mordisco a su hamburguesa. Mi sonrisa se borra un poco. Es un tema delicado. Supongo que se da cuenta, ya que agrega.- No tienes que decirme si quieres. Lo entiendo.

―Está bien. Mi padre era un persona complicada. -empiezo.- Ya sabes, muy agresiva y con problemas de alcohol. Casi siempre estaba ebrio.

―¿Qué sucedió con él? -pregunta.

Pienso mi respuesta antes de hablar.

―En estos momentos está preso. Espero pase ahí el resto de su vida.

―Comprendo. A veces quieres que sufran las personas que te hicieron sufrir. Pero no siempre es bueno, ¿sabes?. Mi madre cometió muchos errores y ahora... digo, quiso remediarlos, pero yo me negué. Y cuando murió, un vacío apareció en mi pecho.

Asiento lentamente. Muerdo mi hamburguesa.

―¿Y tú padre? -pregunto.

―También murió. -es lo único que responde.

Después de comer, decido llevarla a uno de mis lugares favoritos de la ciudad. Así que tomamos un taxi y, al llegar al lugar, nos bajamos y le pago al taxista. Entramos y subimos las escaleras. Al llegar, le agarro la mano y nos sentamos en el borde, con las piernas colgando.

Desde aquí la vista es espectacular. Estamos en un viejo edificio abandonado. Uno de los lugares a donde me gusta ir a pensar. Desde la terraza, se puede ver la ciudad en movimiento. Las personas se ven como pequeñas hormigas, los edificios siguen siendo más altos que nosotros, ya que este edificio no tiene tantos pisos. Sin embargo, me hace sentir superior, más grande que las demás personas.

―Es precioso. -escucho que murmura a mi lado. Volteo a verla y hay una mezcla de emociones en su rostro. Se percata de mi mirada y voltea a verme. Prometo que sus ojos me atrapan, son hipnotizantes. Te pueden hacer sentir un millón de cosas y a la vez nada. Es como un mundo sin habitantes. Una maravilla sin descubrir.

Sin tener conocimiento de lo que hago, acerco lentamente mi rostro a ella. Ya sabe mis intenciones y, por lo que veo, no se opone, todo lo contrario, también acerca su rostro al mío.

Estamos demasiado cerca. Su aliento se mezcla con el mío. Su nariz roza la mía suavemente, como una caricia. Su boca se acerca, siento sus labios, sin embargo, no se mueve. Entonces soy yo quien decide dejarse llevar.

Mis labios besan los suyos. Son suaves. Los dejo ahí, simplemente presionando. Alejo un poco mi boca y veo sus ojos. Ahí está de nuevo ese color gris que me atrapa.

Mi celular empieza a vibrar. Pretendo ignorarlo hasta que ella se aleja. Agacha su cabeza y lleva un mechón de su cabello rubio tras su oreja. Es muy hermosa.

―Contesta. -dice en un susurro.

Saco el celular de mi bolsillo y atiendo.

―Hola. -digo. Mi voz sale un poco ronca, así que aclaro mi garganta.

―Hermano, tienes que venir. Es urgente. -dice Vyce con preocupación en su voz antes de colgar. Frunzo mi ceño. Me bajo del borde y la ayudo a bajar a ella también.

―Tenemos que irnos. -digo.

―¿Es importante? Si es así, no te preocupes. Podemos vernos otro día. -dice con una media sonrisa.

Niego con mi cabeza.

―No, quiero que vengas conmigo.

Su rostro se ilumina.

―Está bien.

Salimos del edificio y agarramos otro taxi en dirección a mi departamento. En el trayecto, ninguno dice nada.

Al llegar, saludo al recepcionista y entramos al ascensor. Marco el piso diecinueve y espero a que cierren las puertas. Una vez se cierran, volteo rápidamente hacia ella y la acorralo en una de las paredes, jadea por la sorpresa. Uno mis labios con los de ella otra vez, sin embargo, este sí es un beso. Y uno realmente apasionado.

Mis manos se dirigen a su cara. Agarro sus mejillas para unirla más a mí. Sus manos van a mi cuello, donde deja caricias leves.

Las puertas del ascensor se abren. Alejo mi boca y la miro. Tiene los labios rojos e inflamados y su respiración está acelerada, al igual que la mía. Tomo su mano y salimos del ascensor.

Toco el timbre de mi departamento. En menos de un minuto tengo a una chica abriendo mi puerta. Pero no es cualquier chica, es... Aisha. Mi corazón se detiene por un momento. No lo puedo creer. Su sonrisa crece al verme y rápidamente viene a darme un abrazo, donde casi me asfixia. Yo aún no salgo de mi estado de shock, por lo que demoro un poco en devolverle el abrazo.

―Cariño. -murmuro mientras la aprieto más contra mi pecho.


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El Misterio de los Dagger ©  [TERMINADA]Where stories live. Discover now