El Misterio de los Dagger © [TERMINADA]

~29

Eider POV

―Bien, ya está. -dice el cerrajero. Saco unos billetes, le pago y se retira.

Inmediatamente, entro al departamento. Todo está hecho un desastre. Hay papeles rotos, pedazos de vidrio, algunos cojines tienen su relleno afuera, hay... ¡gotas de sangre en el suelo!

―¿Eider? -pregunta la voz de Vyce. Giro hacia él y mis ojos se llenan de lágrimas.

Su cabello está completamente desordenado. Su rostro pálido, con ojeras debajo de sus ojos rojos e hinchados por el llanto. Tiene los nudillos rotos y algunas cortadas en sus brazos.

Me rompe el corazón verlo así.

Inmediatamente me acerco a él y lo envuelvo con mis brazos. Pega su cabeza a mi pecho y comienza a llorar.

―Él... Él hizo esto. Él me encerró aquí. Él lo hizo. -dice entre llanto. Acaricio su cabello y me doy cuenta de cuánto extrañé tocarlo. Siento como su cuerpo tiembla. Tomo su rostro entre mis manos. Observo los ojos cafés de los que estoy completamente enamorada.

―Todo está bien. Estás bien. Yo estoy aquí. -le digo.

―Estás aquí... -susurra. Asiento con mi cabeza. Una lágrima cae por mi mejilla. Sin previo aviso, Vyce toma mi cabeza y une nuestros labios. En su beso me hace saber cuánta falta le hice. Trato de demostrarle lo mismo.

―Vámonos de aquí, cariño. -murmuro en sus labios. Lo ayudo a colocarse de pie. Tomo su mano y camino hacia la puerta, pero él me detiene.

―Espera. -se suelta de mi mano y desaparece por el pasillo. Después de unos momentos, aparece con una mochila llena en sus hombros.- Listo. -dice y vuelve a tomar mi mano.

Bajamos por el ascensor y salimos del edificio. Siento como el cuerpo de Vyce se sacude al sentir el viento chocar con su rostro. Llevo nuestras manos a mi boca y dejo un beso en su torso. Él me observa y baja la vista a mi cuello. Frunzo los labios.

Lleva su mano ahí y aparta mi cabello.

―¿Quién te hizo esto? -dice. Aún no se borran del todo las marcas que me dejó Devon.

―Fue un accidente. Vamos. -intento convencerlo de seguir, pero me detiene.

―¿Te lo hizo él? -noto como, desde que llegué al departamento, se dirige a Devon como él. No se atreve a pronunciar su nombre. Asiento con cautela. Toma un gran suspiro y sigue caminando sin decir nada.

Al llegar a mi departamento, deja su mochila en el piso y se sienta en el sofá. Voy a la cocina y le preparo un té. Se lo tiendo y me siento a su lado. Fiore aparece por el pasillo, al vernos, se acerca con cautela.

―¿Están bien? -nos pregunta a ambos.

―No. Mi maldito hermano me encerró en su departamento por dos jodidas semanas. -dice fuertemente Vyce. Acaricio su hombro y puedo observar como su cuerpo se relaja.

―Hay que denunciarlo. -dice Fiore. Me parece buena idea, pero Vyce niega con la cabeza y toma un sorbo de té.

―No me lo perdonaría. -dice. Frunzo mi ceño sin poder creer lo que está saliendo de su boca. Me pongo de pie y lo encaro.

―¿Qué demonios pasa contigo? ¡Te dejó encerrado dos semanas, y tú no quieres denunciarlo porque no te lo perdonaría! Ahora te hago una pregunta, ¿Tú si vas a tener que perdonar lo que te hizo, no es así? -una lágrima cae por mi mejilla. Él deja la taza de té en la mesa de centro y se pone de pie. Se acerca, pero yo retrocedo.- No, no te acerques. -no me escucha y me jala hacia su cuerpo. Intento luchar un poco, pero el calor que emana de él, me vence.