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Eider POV

Fio <3:

Ven a casa. Mamá quiere que almorcemos todos juntos.

Sonrío al ver el mensaje de Fiore. Apago la estufa -que la había encendido para empezar a a hacer el almuerzo-, y me dirijo a mi habitación.

Me tomo una ducha rápida y me visto. No demoro mucho en salir de mi departamento.

Camino hacia la parada y espero el bus. No tarda mucho en llegar. Tomo asiento junto a la ventana y observo las calles transitadas. Hay muchas personas.

La casa de Fiore no queda tan lejos, pero sí lo suficiente como para ir a pie.

El bus para en un semáforo. Por la ventana puedo ver como dos personas discuten a gritos. Entonces me doy cuenta. Mis ojos se abren al límite. Bajo rápidamente del bus y avanzo hacia ellos.

Mientras me acerco, Devon fija su mirada en mí. El señor con que discutía le sigue gritando, pero él ni se inmuta. Solamente mantiene sus ojos clavados en los míos.

Se acerca a mí, con una leve sonrisa. El señor, más enojado aún, lo detiene jalando la capucha de su sudadera. Sin previo aviso, Devon se da la vuelta rápidamente y le da un puñetazo en la cara.

Las personas que pasan por la calle, empiezan a alejarse de la escena. La nariz del señor empieza a sangrar. La tapa con sus manos mientras grita de dolor.

Devon se voltea hacia mí, agarra mi muñeca y empieza a caminar, sin decir nada. Yo estoy muy atónita como para hacerlo. Llegamos a una pequeña cafetería. Una pequeña campana suena cuando abre la puerta y se aparta, dejándome pasar primero.

Dudo unos segundos. Me mira fijamente, y me regala una sonrisa que borra todo rastro de duda. Entro al local. Huele demasiado bien. Nos sentamos en una pequeña mesa.

Ninguno de los dos dice nada.

―¿Quieres algo de comer? -pregunta colocándose de pie. Niego con la cabeza.- Bien. Espera un momento.

No tarda mucho en volver, trae un pequeño muffin de chocolate en sus manos. Observo como lo muerde lentamente. Sus ojos se cierran de placer. Suelta un pequeño gemido.

―Está muy rico, ¿De verdad no quieres uno? -pregunta, con una sonrisa en sus labios, donde pequeñas migajas residen.

Sonrío levemente. Ruedo mis ojos.

―Está bien.

Se coloca de pie. Al volver, trae otro muffin en su mano.

―Gracias. -murmuro.- ¿Por qué estabas discutiendo con ese señor? -muerdo mi muffin. De verdad está muy rico.

―Iba distraído. -es todo lo que responde. Le damos otro mordisco a nuestros muffins al mismo tiempo.- ¿A dónde ibas tú? -pregunta. Sus ojos negros me lanzan una mirada intensa.

―A la casa de Fiore, mi mejor amigo. Mami quiere que vaya a almorzar con ellos. -Se queda viéndome unos segundos, luego frunce el ceño y ladea su cabeza.- Mami es la mamá de Fiore, le digo así porque me crié con ella. -aclaro.

―¿Y tu madre? -pregunta. Justo en la herida.

Bajo la vista y pienso antes de hablar.

―Está muerta. -es todo lo que digo y doy otro mordisco a el muffin

―Lo siento. -dice.- La mía también murió. De cáncer.

―Lo siento. -repito sus palabras. Es cómodo saber que tenemos algo en común.

Mi celular vibra en mi bolsillo. Murmuro una disculpa, salgo un momento del local y contesto la llamada.

―¿Hola?

―¡Eider Alejandra Gastrell Cock! ¿Cómo se te ocurre... -un suspiro se escucha por parte de Fiore.- ¿Estás bien? Todos estamos muy preocupados.

Frunzo mi ceño.

―¿Qué? -es lo único que puedo decir. No entiendo qué está pasando.

―A pasado más de una hora. Pensamos que te había sucedido algo. Como el otro día.

Giro la cabeza hacia mi muñeca, donde se encuentra un pequeño reloj, y efectivamente ha pasado más de una hora desde que tenía que estar en la casa de Fiore.

―Mierda. -murmuro.- Lo siento, sucedió un imprevisto. ¿Podrías venir a buscarme? Te paso la dirección.

―Claro.

Cuelgo la llamada y le envío mi ubicación. Vuelvo a la mesa donde está Devon. Tiene la vista perdida en algún punto en el suelo. Al notar mi presencia, una sonrisa aparece en sus labios.

―¿Todo bien? -pregunta.

―Si, Fiore dentro de poco pasará buscándome, pero, si quieres por supuesto, puedes anotar mi número y llamarme para tener un cita. -digo con una sonrisa en mi rostro. Por unos segundos, él solo me ve, sin borrar la sonrisa.

Parpadea y habla:

―Claro. -extiende su celular y escribo mi número.

Seguimos hablando de cosas irrelevantes antes de que Fiore llegue. Se acerca a nuestra mesa con cara seria. Y él nunca está serio.

Se inclina un poco y deja en beso corto en mis labios. Su rostro se suaviza un poco, sin embargo, se vuelve a endurecer cuando voltea hacia Devon.

―Fiore, él es Devon. Devon él es Fiore, mi mejor amigo. -los presento. Por un momento, la confusión se deja ver en el rostro de Devon. Sé que muchas personas no entienden nuestra relación, sin embargo, nosotros sí, y eso es lo único que nos importa.

Ambos estrechan sus manos. Me causa un poco de gracia ver la cara de muerto que tiene Fiore. A veces puede ser muy sobre protector.

―Eider, cariño, ya nos tenemos que ir. Mamá nos espera. -dice Fiore hacia mí.

Me coloco de pie y me despido de Devon.

―Recuerda llamarme. -digo antes de salir del local con Fiore. 

El Misterio de los Dagger ©  [TERMINADA]Where stories live. Discover now