~38

312 35 1
                                    


Eider POV

No entiendo lo que acaba de suceder. ¿Por qué está tan molesto? Joder, que también tengo sentimientos y me puedo sentir culpable por lo sucedido. ¿Quién no se sentiría culpable de que destrozara una familia?.

Enojada, me cambio de ropa rápidamente. Iré a ver a las gemelas, Fiore y a mis padres. Cuando salgo de la habitación, Gael y Aisha están sentados en los taburetes de la cocina mientras Vyce prepara el desayuno.

―Buenos días. -saludo y me responden.- Iré a casa de mis padres. -le digo a Vyce.

―¿No vas a desayunar? -pregunta sin mirarme.

―Comeré algo en el camino. Puede que llegue tarde, o a lo mejor me quede a dormir allá. -digo y camino hacia la puerta de entrada.

―Bien. Avisa cuando llegues.

―Adiós, chicos. -me despido de Aisha y Gael antes de cerrar la puerta. Tomo un respiro antes de llamar al ascensor.

Antes de que llegue el ascensor, la puerta contigua a la de Vyce se abre. De ella, una chica con vestido rojo sale. Me da una sonrisa cuando llega a mi lado y esperamos.

―No te había visto. ¿Vives aquí? -me pregunta la chica amablemente.

―No, me estoy quedando un tiempo con Vyce, tu vecino. -aclaro, ella me observa un momento y abre un poco sus ojos.

―Ese Vyce es todo un loquillo. Sabes siempre lo veo con una chica diferente... Oh, lo siento, ¿es tu novio?

Su comentario me molesta. Muchísimo. Debes confiar en tu novio. Debes confiar en tu novio y no es una persona que apenas conoces, me repito una y otra vez. Fuerzo una sonrisa.

―Sí, es mi novio.

―Mierda, lo siento, de verdad. No tenía ni idea. Lo lamento mucho.

―No te preocupes. -el ascensor llega, pero no quiero bajar con ella.- Oh, baja tú. Se me quedó algo en el departamento.

Camino hasta la puerta del departamento de Vyce. Tengo que contener las ganas de entrar y exigir respuestas. Cuando escucho las puertas del ascensor cerrarse, camino hasta él y vuelvo a llamar.

Al llegar a la calle, tomo un taxi con destino a la casa de mis padres. Llamo a Fiore para avisarle y promete comprar pizza con pepperoni, mi favorita.

Bajo del taxi, no sin antes pagarle al chofer, y camino hacia la puerta de la casa de mis padres. No necesito llamar, ya que la puerta se abre justo cuando pienso tocar.

―¡Eider! -exclama mamá con sus brazos abiertos, lista para recibirme con un abrazo que solo ella sabe dar. El abrazo que necesito justo ahora.- ¿Cómo estás, cariño?... ¿No vino Vyce? -pregunta. Frunzo mis labios. Ella aclara su rostro.- ¿Discutieron?

―Sí, pero lo resolveremos pronto. Ahora déjame pasar, que hasta aquí llega el olor de la pizza con pepperoni. -digo con una sonrisa, ella me la devuelve y se aparta para dejarme pasar.

El pequeño Milton llega corriendo hacia mí. Abraza mi pierna y yo despeino sus rizos. Mi celular empieza a sonar. Al sacarlo, veo que Vyce me está llamando. En un principio me preocupo, puede que haya pasado algo, sin embargo, el comentario de su vecina llega a mi mente y me es imposible no estar un poco enojada con él. Así que cuelgo la llamada y saludo a las gemelas.

Vyce POV

Estoy frente a frente con Izra. Nos observamos un momento. Él estira su mano y yo la estrecho. Alza un poco una de sus comisuras.

―Bueno, ya sé que se conocen, pero quería que pudieran darle otra oportunidad para conocerlo mejor. Ahora que Devon no está... es más fácil con ustedes. -dice Aisha y toma la mano de Izra. Observo sus manos unidas.

―Por supuesto. Siéntate, Izra. Ponte cómodo. -digo con la sonrisa más falsa que puedo hacer. Creo que se nota mucho, ya que Ash me suplica con la mirada. Joder, es que solo con pensar de que pueda lastimar a mi hermana me pone los pelos de punta.

Los cuatro nos sentamos en el sofá y hablamos de cosas triviales, hasta que sale el tema que he esperado toda mi vida.

―Por cierto, ¿por qué Devon y tú se odian tanto? -dice Gael. Izra traga saliva.

―Empezó en la primaria. Éramos niños. Nuestra rivalidad empezó en una pequeña competencia por quién tenía las mejores calificaciones, yo gané. Luego, como a los catorce años, más o menos, era por quién conseguía más besos en un día... También gané yo. A los diecisiete, por quien follaba más. Devon se frustraba cuando no ganaba, era demasiado competitivo. -hace una pausa.- Una noche, en una fiesta, me follé a una chica. No sabía que era la novia de Devon en ese entonces. Entro a la habitación y nos vio. Terminé con fractura en el tabique y moretones por todo el cuerpo.

―¿Por eso se odian tanto? -digo rompiendo el silencio que se formó después de su confesión. Izra asiente con la cabeza.- Joder, eran niños. Devon tiene que aprender a superar las cosas. -digo un poco más bajo.

Seguimos hablando y empieza a caerme mejor que antes. Sinceramente, antes me caía mal solo por la rivalidad con mi hermano. Siempre fui un estúpido. Gracias, Eider digo en mi mente. Eider.

―Esperen un momento, ahora vuelvo. -me levanto del sofá y voy a la habitación. Observo que la laptop sigue encendida desde que Eider se fue. Me acerco y voy a apagarla, cuando veo la pantalla.

Eider está buscando departamento. Me va a dejar.

En un principio me enojo. Estoy muy cansado, y no físicamente. Mi ánimo cambia por cualquier tontería. Consigo relajarme y marco a Eider. No me ha avisado si llegó sana. Me preocupa que le pueda suceder algo afuera. Me sorprendo al ver que cortó la llamada.

Vuelvo a llamar, pero ha apagado su celular. Mierda, ¿Tanto lo arruiné?

Dejo un mensaje en el buzón de voz.

―Hola, Eider. Soy yo, Vyce. Llámame cuando escuches este mensaje, por favor... Te quiero.

Salgo de la habitación.

Después de unas cuantas horas, ya empieza a oscurecer, y sigo sin rastro de Eider. Me empiezo a preocupar más de lo normal. ¿Y si le sucedió algo? Decido llamar a Fiore. Me atiende al segundo tono.

―¡Hola, polla grande! -dice alegre. Puedo escuchar los grititos de Milton en el fondo.

―Hola, Fiore. ¿Está Eider por ahí?

―Por supuesto, ya te la paso. -dice. Creo que está un poco ebrio. Empiezo a escuchar murmullos.

―Hola. -dice la voz de Eider. Mi cuerpo se relaja notablemente. Sin embargo, me preocupo por su tono de voz. Sigue enojada.

―Hola, cariño... Oye, no me has contestado las llamadas. Estaba preocupado por ti. -digo con el tono más dulce que puedo hacer.

―Sí, te estaba ignorando. -dice. Una de las cosas que más me gusta de ella es lo directa que puede llegar a ser, pero en este momento es lo que más odio.

―Oh... bueno... ¿Vas a volver a casa? -pregunto.

―Lamentablemente, si vuelvo a casa, puede que esté Devon esperándome para asesinarme.

―Eider, sabes que me refería a esta casa.

―Esa no es mi casa. -dice inmediatamente.

―¿Quieres dejarme? -pregunto. Hay un breve silencio.- Eider, ¿por qué estás buscando departamento?

―Hablaremos cuando llegue a tu departamento... El lugar donde me estoy quedando temporalmente. -dice y, sin darme tiempo de contestar, cuelga. 

El Misterio de los Dagger ©  [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora