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Eider POV

El celular sigue sonando, pero estoy en un estado de shock que ni siquiera me deja moverme. Fiore sostiene mis hombros y se agacha un poco para tener su rostro frente al mío. Sus ojos me observan directamente.

―Eider. ¿Estás bien? -pregunta. Asiento con mi cabeza. Sus brazos me rodean y me pega a su pecho. Es como si activara un sensor en mi cabeza. El llanto aparece. Las lágrimas salen a grandes cantidades por mis ojos, manchando su camiseta. Él acaricia mi espalda y besa mi cabeza. El celular sigue sonando.

Me separo de Fiore y me acerco al celular. Veo la pantalla y mi cuerpo se congela. Atiendo.

―Eider... ¿estás bien? -dice Vyce al otro lado de la línea. No respondo. Un sollozo se me escapa y cierro mis ojos.- ¿Estás llorando? Fue Devon ¿verdad? ¿Te puso una jodida mano encima? -su voz cada vez se escucha más enojada.

―Tienes que alejarte de mí. -susurro. Un silencio se forma entre nosotros.

―Eider, amor. Hablemos mejor, ¿si? Iré para allá... -empieza a hablar pero rápidamente lo interrumpo.

―No. No puedes venir. Por favor. Lo siento, Vyce. -cuelgo la llamada y otras lágrimas aparecen. Pego el celular a mi pecho y aprieto.

Siento unos dedos envolverse en mi brazo y me arrastran hasta sentarme en el sofá. Fiore pasa una mano por mis hombros y me atrae a él.

―¿Quieres decirme que sucedió? -pregunta bajito. Asiento.

―Devon... él... Él vino. Tenía mucha ira en su mirada. No logré reconocerlo. No era el Devon del cual me enamoré. Agarró mi cuello y me pegó a la pared. Me dijo que no me acercara a ellos. A ninguno. -hago una pausa. ¿Qué habrá sucedido? Esta mañana estábamos bien. No entiendo.

―Pienso que deberías hablar con Vyce. No dejes que Devon arruine la relación que tienen. No huyas, hazle frente. Resuelvan esto juntos. Así es como funcionan las relaciones.

Tiene razón. Debería hacerle frente. No dejarme intimidar por Devon. Tengo que hablar con Vyce.

Vuelvo a agarrar el celular y marco a Vyce. No contesta. Decido llamarlo otra vez, pero tampoco contesta.

Recuesto mi cabeza de regazo de Fiore y un largo suspiro sale de mi boca.

Vyce POV

Lo logró. Devon logró lo que quería. No podré verla más. No podré besar sus labios ni oler su aroma. Un nudo se forma en mi garganta, pero decido no llorar. Lucharé por nosotros. Haré lo que sea para poder estar juntos.

Me levanto del sofá y empiezo a caminar hacia la puerta, cuando esta se abre. Devon entra. Tiene un ojo un poco hinchado y rojo. Mi cuerpo se tensa.

―¿Qué hiciste? -le pregunto casi en un grito.

―No es problema tuyo. -es lo que dice. Recoge las fotografías que están sobre la mesa y las observa. Se detiene un poco más en la foto de Noora.- Viajaremos a Londres.

Abro mis ojos al límite.

―¿Estás loco? -le pregunto.- Yo no viajaré a ningún lado. -se acerca hecho una furia hacia mí. Sus ojos reflejan ira pura. Retrocedo unos cuantos pasos.

―Viajarás te guste o no. No dejaré que mantengan secuestrada a Noora, en un país que no conoce, por culpa de una chica cualquiera. Viajarás conmigo, recuperaremos a Noora, regresaremos y todos seremos felices... Alejados de Eider.

―No iré, y tampoco me alejaré de Eider. -digo firmemente mirándolo a los ojos. Su rostro va a estallar de ira. De repente, su mirada se vuelve neutra. Alza su barbilla y una leve sonrisa aparece en sus labios. Un escalofrío recorre mi columna vertebral.

―Bien. Como desees. -se acerca a la mesa, toma su billetera, nuestras llaves, mi celular y sale del departamento cerrando con seguro detrás de él.

No, no, no.

Corro hacia la puerta y empiezo a pegarle con mis puños.

―¡Devon! ¡Déjame salir! ¡Maldición! -sigo golpeando y gritando hasta que me quedo sin energías. Pego mi espalda a la puerta y me dejo caer hasta el suelo, con mis manos jalando mi cabello. Siento como el aire empieza a faltarme. La habitación se hace más pequeña.

De repente una idea aparece en mi cabeza. Me pongo de pie rápidamente y empiezo a buscar en su habitación.

Tiro todo buscando, al menos, algo con que salir. No logro encontrar nada. Veo el desastre que hice y entonces lo veo. Me acerco y recojo una carpeta. Al abrirla, mi cuerpo se congela.

Tiene un archivo de todas las víctimas a las que ha asesinado.

Sabía que mi hermano asesinaba, pero nunca llegué a creer que a tantas personas. Leo algunos nombres que salen juntos a las fotos de sus cuerpos mutilados. Mi corazón deja de latir cuando me detengo en su nombre. Sara Russo. Recuerdos empiezan a llenar mi mente. Las lágrimas salen incontrolablemente.

Flashback

24/ 07/ 2000

Esta es su prima Sara. Mi hija. -nos explica mi tía Kayla. Observo los ojos azules de la niña.

¿Quiered jugad conmigo? -le pregunto sonriente. Ella frunce su ceño y observa su mami.

Oh, cariño. Ella es sorda, no te puede escuchar. -ahora soy yo quien frunce su ceño.

¿Y cómo juega, tía? -ella me regala una sonrisa.

Sin oír.

Fin Flashback

Mi prima, mi mejor amiga, mi compañera... la asesinó mi propio hermano.

En un impulso, rompo los papeles en mis manos. Se sintió tan bien, que empecé a romper todo lo que veía a mi alrededor. Unas cuantas cosas de vidrio caen al suelo.

Salgo de su habitación y empiezo a destruir todo su departamento.

Al terminar, mi respiración está agitada. Tengo los nudillos ensangrentados y algunas heridas en mis antebrazos. Caigo de rodillas al suelo y un grito desgarrador destroza mi garganta.

Caigo al suelo. Mis párpados pesan, mis ojos arden de tanto llorar. Empiezo a recordar lo jodida que es mi vida. Padres muertos, familia con problemas mentales, una persona anónima nos amenaza, un hermano que intenta suicidarse y otro que me secuestra en su departamento y mata a mi prima. ¿Qué sentido tiene vivir así? ¿Podré encontrar la felicidad en algún momento?

Cierro mis ojos y caigo profundamente dormido en el suelo.

Ya han pasado dos semanas. Dos semanas sin poder salir, golpeando y gritando desde la puerta por si alguien logra escucharme. He comido lo suficiente para mantenerme con energías. Me he bañado muy poco y casi no puedo dormir. Mi reflejo a veces me asusta.

No he podido encontrar una salida de este claustrofóbico departamento.

De repente, Dios ha decidido apiadarse de mí. La puerta del departamento empieza a sonar. Por unos segundos, tengo que creer que realmente esto está sucediendo.

Corro a la puerta y pego puñetazos. Mis nudillos arden, pero no importa cuando lo único que quiero es salir de aquí.

―¡Ayuda! ¡Ayuda, por favor! ¡Estoy encerrado aquí! -grito.

―¿Vyce? -escuchar la voz de Eider del otro lado hace que mis ojos se llenen de lágrimas. Como lo han hecho todos estos días.

―Eider. Cariño. ¿De verdad eres tú? -mi corazón está demasiado acelerado, al igual que mi respiración.

―Sí, Vyce, soy yo.

―Sáca... Sácame de aquí. Por favor. Sácame de aquí. Sácame de aquí. -digo una y otra vez.

―Vyce, tranquilo. Iré por ayuda, ya vengo.

―¡No!. No te vayas, por favor. No lo hagas. -el llanto empieza a salir. Mi cuerpo empieza a tiritar. Me pego a la pared y me dejo caer al suelo, abrazando mis piernas.

―Bien. Tranquilo, ya estoy aquí. -dice, y logra tranquilizarme un poco. 

***

Perdón por tardar en actualizar. Lxs quiero <3 

El Misterio de los Dagger ©  [TERMINADA]Where stories live. Discover now