Sueños húmedos. 2.2

2K 428 156
                                    

Es muy común que cuando eres un adolescente, recurrentemente, en algún punto, tengas sueños húmedos.

A algunos los asusta, a otros los avergüenza.

Los sueños húmedos o poluciones, consisten en una liberación de semen durante la eyaculación, mientras que el joven está durmiendo.

El problema no era tenerlos, no, el verdadero problema, era limpiarlos.

Sinceramente, el semen era difícil de quitar, y la sensación pegajosa no era tan satisfactoria como en sus sueños.

. . .

En el caso de Jiang Cheng y Wei WuXian, solían encontrarse a las tres de la mañana para lavar las sábanas. Salían al mismo tiempo, cada quien de su cuarto.

—¿También tú?—susurró Wei Ying—cállate idiota—susurró en respuesta.

Ambos bajaron las escaleras hasta el sótano, donde estaba el cuarto de lavado.

—Dime, ¿Qué y con quién soñaste?—preguntó Wei Ying con una sonrisa—no soñé nada y con quien, no te importa—respondió metiendo las sábanas, de él y su hermano en la lavadora, colocando suavizante, y mucho detergente.

—Bueno, yo soñé que me cog...—Jiang Cheng le tapó la boca con su mano—no me cuentes tus sueños, es raro—hizo una mueca de asco, Wei Ying sólo encogió los brazos.

Se quedaron toda la madrugada esperando a que terminara de lavarse su desastre, luego se cambiarían.

Al final Jiang Cheng, si contó su sueño.

. . .

Wen Ning desarrolló una especie de miedo a este tipo de accidentes.

Le estaba dando ansiedad, ahora mismo.

Fue hasta el cuarto de su hermana y tomó unos guantes de látex, un cubre bocas y un sanitizante, por suerte su hermana estaba de guardia, y no tendría que explicarle lo sucedido.

Limpiaría todo el cuarto de una vez.

Para las seis de la mañana, el cuarto estaba más que limpio, las sábanas sucias ya estaban hechas ceniza, porque las quemó, y las cambió por otras, se alegraba de dormir boca arriba, hubiera sido un problema si quemaba el colchón también.

Al final, se dio una ducha y se cambió.

No durmió nada, pero su cuarto parecía brillar.

. . .

Nie HuaiSang, por su parte...

—Da Ge—susurró, quería levantar a su hermano, no sabía que hacer—¿Yao Ge?—llamó a su cuñado.

Ninguno de los dos se levantó, así que se fue a su cuarto, se bañó y cambió, bajó a la cocina y tomó una bolsa negra.

De nuevo en su cuarto, quitó las sábanas y las metió en la bolsa, tomó unas monedas y se fue directo a la lavandería.

—Buenos días, ¿en qué lo—HuaiSang puso la bolsa y le dio las monedas—Oh, tuvo un accidente—rió la señora.

HuaiSang estaba muriéndose de la vergüenza y sólo asintió.

—Venga por ellas después de sus clases—sonrió.

—Gracias—la señora rió.

. . .

Lan Zhan se bañó y cambió, bajó sigilosamente las sábanas, debía lavarlas y cambiarlas.

Oyó un ruido en la cocina, pero lo ignoró, así que bajó al sótano y metió su pijama, la sábana de cajón, la sábana con la que se tapó y su ropa interior. Luego le echó suavizante y detergente.

Subió a esperar, y oyó otro ruido en la cocina.

Se acercó, y para su sorpresa era su tío político.

—¿Qué hace?—susurró.

—¿No es obvio? Estoy comiendo—susurró de vuelta.

Ambos escucharon un ruido.

Observaron una sombra acercarse de a poco.

Wen RuoHan sabía que debió haber aceptado tramitar ese seguro, mientras que Lan Zhan pensaba que moriría sin siquiera haber visto a Wei Ying.

Ambos gritaron.

Se encendió la luz, mostrando a Lan Qiren, con un par de mascarillas de colágeno debajo de los ojos.

—¿Se puede saber porqué están despiertos todavía?—eran las cuatro con quince de la mañana.

—Tuve una pesadilla—habló WangJi—y el tío RuoHan me dio pastillas para dormir—Lan Qiren no podía creer que su propio sobrino estaba mintiendo, tampoco podía creer que su esposo era el cómplice.

Suspiró y volvió a subir a su habitación.

—Ordenen todo antes de volver a dormir—ambos asintieron como si aún pudiese verlos.

. . .

—¿Soñaste que te lo dabas? Órale, que padre, a ver cuando te pones las pilas y lo buscas en tu Insta—mencionó Luis, mientras guardaba su cuaderno—lo encontré—le mostró el perfil en el teléfono.

—Uff, de que está bueno, está bueno—Lan Zhan se le quedó viendo—no más decía, a mi me gustan las morras—se señaló.

El profesor de literatura no llegó, era hora libre.

—¿Ya lo seguiste?—Lan Zhan negó—¿Y qué esperas?, ¿Aplausos?—el Lan bajó la mirada—listo, ya lo sigues—los ojos de Lan WangJi se abrieron como platos.

—No te preocupes, ni de pedo se va a poner a pendejear con el insta, mira, sus publicaciones tienen intervalos largos, de aquí a que vea que lo sigues, va a ser un chingo—sonó el teléfono de WangJi—¿Es tu tío?—Lan Zhan negó.

—¿Es él? Déjame ver—tomó el teléfono de Lan WangJi y leyó el mensaje.

. . .

@yiling_demoniac_emperor:
¿Lan Zhan?, ¡Cuánto tiempo!
Hablemos más tarde, ¿si?
☺️✨
. . .

—Acabo de recordar que no sé leer chino—rió.

—Me envió un mensaje—Luis observó a su amigo—Si, si, ya a la chingada, ¿Qué dice?—Lan Zhan le tradujo el mensaje y su amigo le dió una palmadita en la espalda.

—Felicidades Lanchas, ya lo amarraste—sonrió.

Lan WangJi estaba contento.

Por fin podría disculparse y mantenerse en contacto con su Wei Ying.

¡Que difícil es ser hermano mayor!Where stories live. Discover now