Sentimientos. 2.37

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—¿Te mudarás de tu apartamento?—el coreano asintió—el casero no admite mascotas y Rooster necesita espacio—explicó.

—Por eso quería pedirte ayuda con la mudanza—Jiang Cheng asintió, sólo era llevar cajas.

<<—Está vez, quédate con JiHoo—>>

¿Debía hacer caso a las palabras de su hermano o debía seguir con sus sentimientos?

Ambos caminaron hasta la parada de autobús y se despidieron ahí, Jiang Cheng debía ir a la librería por unas cuantas guías de estudio y Jang Dong Chul debía arreglar las cosas de su mudanza.

Entró a la librería y comenzó a buscar, observó entre los huecos del librero donde buscaba y ahí estaba Lan Xichen, parecía buscar algún libro entre la sección de nuevos.

Oh, era un manhua.

Sintió que el Lan mayor podría voltear así que se dio la vuelta.

—Esa guía de estudio es de hace un año—señaló el Lan—¿en serio?—Jiang Cheng no le dirigió la mirada, siguió observando la portada de la guía.

Ciertamente, era del año anterior.

—Las más actuales siempre están arriba—tomó uno y se lo dio al menor, quien sólo agradeció, con la mirada baja—hasta luego—salió de la librería.

Jiang Cheng lo observó irse, cuando Lan Xichen arrancó su auto, entonces, sólo entonces, Jiang Cheng simuló puñaladas con tal de callar a su corazón que latía como un loco.

Después de eso, se dirigió a la caja y pagó la guía, después fue a los dormitorios.

Wen Ning estaba leyendo un libro de nutrición, y tomando unas notas en su escritorio. Subió levemente la mirada al observar a su compañero subir a su cama y gritar en la almohada.

Wen Ning se puso audífonos, puso música porque no había algo que debiera escuchar.

—¡Estúpido cebollín!, ¡Estúpido, estúpido!—lloriqueó—¿acaso no nota lo que siento?—se dedicó a observar el techo, esperando que ese montón de vigas y cemento le diera una respuesta.

Nada, no había nada.

Observó a Wen Ning, estaba ignorando su mini ataque.

Luego observó la hora en su reloj y se alistó para ir a clases.

. . .

El profesor de marketing parecía no parar de hablar, pero no de marketing, hablaba de su divorcio.

—Imagínense, dan lo mejor de ustedes durante tantos años para que al final se vaya con su contador, por eso, no salgan jamás con una ingeniera—Jiang Cheng rodó los ojos.

La clase, afortunadamente terminó, y él podía ser libre.

Salió del salón en cuanto el profesor concedió el permiso de salida, junto al montón de alumnos, se dirigió al salón donde tomarían la clase de recursos humanos.

Observó a Xue Yang, parecía estar durmiéndose.

—¿No te agrada ir a la clase de tu papá?—Xue Yang sonrió y bostezó—al contrario, me agrada, pero no dormí nada gracias a la tarea de contabilidad—ah, la tarea de contabilidad.

¡Que difícil es ser hermano mayor!Where stories live. Discover now