Disfraces.

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¡Agradecimiento especial a Okami-Tsukiyomi !

Los disfraces, son demasiado costosos, o bueno, al menos los de buena calidad.

Lan Xichen estaba totalmente bajo presión, aún más con las súplicas silenciosas de su hermano menor. Cuando veía el trailer del nuevo DongHua de Bili bili, Heavens Official Blessing, fue en ese momento que le llegó la invitación al cumpleaños del pequeño Wei Ying.

Una fiesta de disfraces, inmediatamente en su cabeza, pasó la idea de disfrazar a su hermano pequeño, de San Lang.

Sin embargo, WangJi se negó, prácticamente con un rotundo "no", parecía haberle dicho que ni se le ocurriera disfrazarlo de un personaje de DongHua.

Pensó en el poderoso Hanguang-Jun, pero también se negaría, y con lo bien que le quedaría.

—¿De qué quieres disfrazarte WangJi?—su hermanito pareció pensarlo un poco antes de irse a su habitación, tomar uno de los cuentos que su tío Wen le leía, -los explícitos-, y le mostró una de las ilustraciones que le habían gustado—Este—mencionó con su voz infantil.

Le entregó el libro y Xichen lo cerró sin perder la página de la ilustración.

"La Bella durmiente."

O eso entendió del poco francés que hablaba, ¿Por qué su tío político compró eso?

Para acabarla era la versión original, escrita por Charles Perrault. Dicha versión incluía el hecho de que la bella durmiente tuvo papapa involuntariamente con un rey que la encontró, y después despertó con un par de gemelos.

¿Cómo podía permitir su tío que su pareja le leyera eso a WangJi?

Olvídenlo, ya sabe como, y de sólo pensarlo le dieron escalofríos.

—B..bien—tragó saliva y observó la ilustración, el traje era simple, cambiaría un poco el diseño y listo, aunque eso no podría conseguirlo en una tienda, pero, ¿Y si intentaba hacerlo?

Dudaba mucho que WangJi lo escogiera por la historia, y tenía razón, sólo lo escogió porque pensó que no se vería tan ridículo con eso puesto, es más, se vería hasta importante.

. . .

Madame Yu estaba molesta, ningún empleado de la maldita tienda de disfraces accedió a venderle el disfraz que tanto quería Wei Ying.

Jiang Cheng también estaba molesto, y ni hablamos de Jiang YanLi.

Según los encargados, no podían venderle a un niño un disfraz de niña, según ellos, no era lo políticamente correcto.

Madame Yu se enfureció y perdió el control, y aunque amenazara con hundir el lugar, siguieron negándose, diciendo que "no es lo correcto."

Jiang Cheng sólo pensaba que lo decían porque creían que un vestido no le quedaría bien a su hermano, pero para él, su hermano se veía muy bien con todo, así que no le vio ningún sentido que se negaran a vendérselo a su mamá.

Además él también se quedó sin disfraz, pero eso no importaba ahora, su hermano había llorado, y él odiaba eso.

Su hermano era la persona más fuerte y amable que conoció, y no le gustaba verle llorar, era su guerrero favorito, y si lloraba lo haría sentir mal por no poder ayudarlo.

Jiang YanLi estaba muy molesta, sus dos hermanos no habían podido conseguir sus disfraces, Wei Ying se vestiría de princesa y Jiang Cheng de guardia real, según él, para evitar que alguien indigno de su hermano se acerque.

Entre el enojo y la desesperación por calmar la tristeza de Wei Ying, se le ocurrió una idea, ¿Y si ella les hacía los disfraces?

No era tan buena costurera, al menos no como su madre, pero podía contar con su ayuda, después de todo, juntas hicieron el disfraz de grillito de Jiang Cheng, ¿Qué tan difícil sería hacer un vestido?

—A Niang, ¿Y si hacemos los disfraces nosotras?—Madame Yu se calmó ante la sugerencia de su hija—No es mala idea, además quedaría mejor que los asquerosos disfraces de mala calidad de esa horrible tienda—soltó.

Ambas mujeres calmaron a los niños, antes de ir a una tienda de telas y de más para hacer los disfraces.

Además, sería un lindo momento madre e hija.

. . .

—¿Qué te quieres vestir de qué?—Nie MinJue no terminaba de entender lo que quería su hermano—¡Quiero ser un mafioso como los de la tele!—GuangYao soltó una risita.

—Hay mejores disfraces, por ejemplo, un criminalista, un espía, un policía—Meng Yao observó a su novio y le sonrió—Da Ge, si él quiere vestirse así está bien—le tomó la mano.

—¡Yao Yao apoya a A Sang!, ¡Vamos Da Ge!—insistió, sabiendo que si su cuñado lo apoyaba, su hermano mayor no podría negarse.

—Vamos, ¿si?—le sonrió el Jin—Agh, bien—afirmó cansado, finalmente cediendo.

—Te lo compensaré después—le susurró su pareja comiendo nuevamente.

—A Yao—casi se muere de lo sexy que sonó eso.

HuaiSang se retiró de la mesa y se puso a jugar con su periquito, le daba miedo el repentino cambio de la atmósfera.

. . .

—¡Sácalas, sácalas!—aterrorizada, Wen Qing gritó, viendo como dos mariquitas eran alzadas por la mano de su hermanito y exiliadas fuera del departamento.

—Jie, está bien—sonrió calmando a su hermana mayor.

Wen Ning abrazó, -como pudo-, a su hermana mayor, quien le correspondió después.

—Ya pasó Jie, ya no hay mariquitas—aunque pensándolo bien, si no fuera porque esas mariquitas estaban en su rostro, ella no se hubiera levantado de la cama.

Oh, ahora ya sabía de que disfrazarse.

Desde la mañana, la abuela Wen le comentó que podía hacerle un disfraz en esas fechas con las telas que tenía en su tienda.

Era una fortuna tener a un familiar cerca, aún si su hermana quería una independencia casi totalitaria.

Pensándolo bien, si se vestía de mariquita su hermana pegaría el grito en el cielo.

O peor, se moriría ahí mismo de una desviación de Qi.

Ay no que feo caso, tal vez se vestiría de un fantasma o cadáver viviente.

. . .

—¿Fuiste invitado a una fiesta?—Song Lan le preguntó a su hijo mayor, Song ChengMei.

—Si—respondió—¿tú?—Xue Yang asintió.

—También me sorprendió—Song Lan estaba impresionado—Nuestro Yang Yang es tan amigable, ¿Verdad Qing Qing?—la pequeña bebé balbuceó un poco, y Xiao XingChen acarició la cabeza de su hijo, aún con la niña en brazos.

—¿Verdad cielo?—un poco atontado por la belleza de su esposo, Song Lan asintió.

—A pesar de ser un diablillo, puede llevarse bien con otros—Xue Yang hizo un puchero ante las palabras de su papá—¡Oye!, a WuXian no lo molesto—se jactó, y era cierto, le tenía cierto respeto al niño.

Y claro, le gustaba Wen Ning, que era amigo de WuXian.

—Bueno, luego hablamos de esto, la cena ya está lista y la pequeña Qing ya tiene hambre—dijo su otro papá antes de retirarse al comedor—Vamos ChengMei—fue a regañadientes con su padre, ya quería ver lo que su papá había cocinado.

Diablos, ¿Verduras asadas otra vez?, ¿Por qué siempre comían lo que le gustaba a su padre?

Después iban los dulces, así que era acabarse todo o quedarse si sus postres.

¡Que difícil es ser hermano mayor!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora