Primer Beso Accidental.

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Como saben, tanto Wen Qing como Lan Xichen son primos políticos, gracias a la unión de Lan Qiren y Wen RuoHan, quien cuidaba de Wen Qing y Wen Ning, en ese entonces.

En ese entonces...si, viajaremos al pasado, a sus épocas de preparatoria, para rememorar lo que ambos llaman "Recuerdos de Vietnam."

Para Wen Qing no había sido su primer beso, pero para Lan Xichen si, así que se asustó.

Cuando seguían siendo estudiantes de preparatoria cada quien tenía su reputación, Wen Qing podía calificar como una muchacha ruda y distante, de excelentes calificaciones pero una actitud fuerte; Lan Xichen era el presidente del consejo estudiantil, alguien sumamente amable y diligente, siempre preparado para cualquier cosa; Nie MingJue era de los pocos casos de una promesa del deporte que siempre sacaba excelentes calificaciones, incluso iba detrás de Xichen en las listas de promedios, ocupando el segundo lugar; Jiang YanLi calificaba como una muchacha muy linda y muy inteligente, también estaba en el consejo estudiantil, era la vicepresidenta del mismo, y siempre manejaba los problemas que requerían más uso del carácter que heredó de su madre.

Los cuatro asistían a clases diferentes, YanLi estaba en la misma clase que MingJue, y Qing estaba en la misma clase que Xichen.

Se reunían en una mesa bajo un árbol para almorzar, sin embargo, YanLi tuvo que retirarse antes, pues Jiang Cheng se había peleado con un niño y sus padres no podían ir por él y por Wei Ying, quien había sido la causa de la pelea, inconscientemente.

MingJue tenía que ir de urgencia al hospital, al parecer, su crush, en ese entonces, había sufrido una lesión menor mientras bailaba para una audición, y como no quería que su medio hermano y su padre se enterasen de la lesión, llamó a MingJue.

Así que MingJue tomó un permiso.

Sólo quedaban Qing y Xichen, quienes sólo juntaron sus moneditas para comprar su almuerzo, pues YanLi era la que siempre les llevaba a los cuatro para comer.

—No nos alcanza ni para un tazón de arroz—mencionó Wen Qing viendo como Lan Xichen seguía pensando—¿Si pedimos fiado?—le sonrió a su prima política.

—No, que vergüenza—Xichen se le quedó viendo—¿Desde cuando sientes vergüenza?—se rió, ganándose una mirada seria por parte de la chica.

—¿Desde cuando haces bromas?, creía que no te gustaban—Wen Qing le preguntó—No es una broma, es lo que pienso—habló contando nuevamente sus miserias.

—Según mis cuentas, nos alcanza para un dulce pequeño—Wen Qing lo observó—Un mísero dulce no me quitará el hambre, no desayune porque A Li me dijo que traería almuerzo—habló cansada.

—Por dos—Xichen bajó la mirada.

Ni modo, tenían que aguantar el hambre.

Por pobres, si, los dos olvidaron su dinero en casa, sólo porque se confiaron de que su amiga los alimentaría como siempre.

. . .

Durante las clases restantes ambos seguían con hambre, Wen Qing estaba malhumorada, y Lan Xichen parecía querer llorar.

Lo peor es que se sentaban uno al lado del otro.

La clase de ética era agobiante para ambos, aún sabiendo que tenían el estómago vacío.

El profesor hablaba de planificación familiar, métodos anticonceptivos y coito.

El profesor había puesto una actividad con límite de tiempo, además de que los estaba cronometrando.

. . .

Wen Qing regresaba de haber entregado su actividad, tenía tanta hambre que no se dió cuenta cuando alguien la había empujado.

Xichen volteó sin querer al oír un golpe.

Sin querer, sus labios se tocaron por unos segundos.

El Aura amenazante de Wen Qing creció y Lan Xichen entró en crisis.

¡Ese había sido su primer beso!, de la nada Xichen comenzó a llorar, haciendo que Wen Qing se ganara las miradas de sus compañeros.

—¡¿Qué miran?!, ¡¿No tienen otra cosa que hacer?!—exclamó con un tono intimidante.

Xichen había guardado ese beso para Wang Zhuo Cheng.

. . .

Ese día su tío político había ido a recogerlos, cuando se enteró de dicha escena, no dudó en burlarse de ambos adolescentes.

—No te preocupes Xichen, tú beso con A Qing no cuenta—notó la sonrisa de sus sobrinos al estar más relajados, sin embargo una pequeña amenaza salió de los labios de su sobrina.

—Una palabra de esto, y les juro que me voy a vengar—viró a través de la ventana.

. . .

El Xichen de dieciséis años era incluso más abierto que el Xichen actual, el Xichen de ahora era más cerrado, pero eso no quitaba que seguía siendo el mismo.

Y Wen Qing, bueno, ella sigue siendo la misma mujer intimidante y fuerte de siempre, sólo que recargada.

Aunque ambos parecían querer olvidar aquel primer beso accidental.

Sus recuerdos de Vietnam tenían que quedarse ahí, en el pasado.

¡Que difícil es ser hermano mayor!Where stories live. Discover now