34, sus labios

108 18 1
                                    

Rodearon la manzana bajo las luces de neón de los locales todavía abiertos, como bares o discotecas privadas. Jungwoo seguía a Taeyong, que se guiaba por el mapa de su móvil.

No sabía el destino, a dónde iban a terminar.

Hasta que vio un edificio gris con muchas ventanas. Taeyong guardó su móvil y le indicó que entrara. Juntos subieron en silencio por las escaleras hasta el quinto piso. Ni siquiera encendieron las luces de los pasillos para no llamar la atención, guiandose solo por la poca luz que entraba en el descansillo.

— ¿Cuántos pisos tienes?

— Si vamos a un hotel registrarán nuestros nombres. Esto es lo único que podemos hacer con discrección, dormir aquí.

— ¿Es tu piso?

— No, es de un amigo, pero no vive aquí. Lo utilizábamos cuando salíamos de fiesta hace un año.

— ¿Un picadero?

— Pero en mejores condiciones.

— Venga ya. Si alguien me ve...

— Ponte mis gafas.

Se puso las gafas de sol que le prestó con cuidado de no abrir demasiado las patillas, ya que parecían muy caras. Por suerte no fueron reconocidos porque no se encontraron con ninguna persona, al ser tan tarde.

Taeyong paró de caminar cuando dio con la puerta que buscaba del pasillo y pulsó una clave para abrirla.

Pasaron a un piso pequeño, pero moderno. Aunque ni de lejos igual al de él. Estaba en buenas condiciones y parecía limpio, nada igual a lo que Jungwoo se esperaba ni de lejos.

— Voy a darme una ducha.— Le avisó Taeyong, encendiendo las luces detrás de él.

— ¿Cómo puedes estar tan tranquilo?

— ¿Quieres ducharte tú primero o qué?

— No, yo no me quito mi ropa. ¿Has mirado que no haya cámaras?

— Lo hago si te quedas más tranquila.

— Hazlo por los dos. Si nuestros cuerpos salen a la luz, despídete de ser cantante.

— Jungi, es mi piso, no voy a poner cámaras. Y mi amigo es de fiar.

— Como quieras.

Jungwoo entrecerró los ojos, sin acabar de fiarse del lugar. Sí lo hacía de Taeyong, pero no de su amigo desconocido. El chico al verle incómodo se rindió e inspeccionó un poco, dejándole ver que no había nada raro.

Jungwoo se quitó el abrigo, dejándolo encima del sofá cuando el otro se fue a ducharse.

Le esperó durante un cuarto de hora aproximadamente, hasta que salió del baño con unos pantalones de chandal anchos puestos y una sudadera gris.

— Es la primera vez que paso la noche fuera de mi casa.

— Te costará creerlo, pero es la primera vez que la paso yo contigo.— Taeyong soltó una risa, pero Jungwoo tragó saliva, poniéndose algo nervioso.

— Idiota.

Se puso de pie, porque no dejaba de jugar con sus manos nerviosamente, para ocultar sus nervios. Taeyong se acercó en silencio pero Jungwoo no le dejó, entrando en pánico, se retiró hacia atrás. Y luego pegó un falso bostezo, estirando los brazos.

— ¿En qué habitación duermo?

— Solo hay una cama. Pero... sé que vas a querer dormir sola, así que me conformaré con el sofá, aunque sea incómodo.

No esperaba que el chico fuera tan respetuoso con él, e incluso le dio algo de pena verle preparar los cojines para tumbarse en el sofá. No quería que tuviera que dormir ahí obligatoriamente por ser educado con él.

— En realidad, si vas a comportarte, podemos dormir los dos en la misma cama.

Los ojos del chico se iluminaron, aceptando la propuesta sin poner ni una pega, y se levantó del sofá de un salto, con una agilidad increíble.

Después le condujo hasta el cuarto donde dormirían, uno muy pequeño, que solo daba para un armario caja, una cama de matrimonio y una mesa de noche. Las condiciones no eran tan lujosas como su piso, o la casa de Jungi, pero funcionaría para ambos al ser una sola noche.

Jungwoo se preparó para tumbarse en su lado de la cama, y Taeyong apagó las luces.

Una vez estuvieron los dos colocados, cada uno a un extremo, Jungwoo cerró los ojos, pero de nada sirvió, al verse interrumpido.

— ¿Crees que le pido a todo el mundo tener sexo?

— A ver. ¿Con cuántas chicas lo has hecho?

— No llevo una cuenta,— flexionó los brazos para apoyar la cabeza Taeyong— pero sobre cinco, ¿y tú?

— ¿Cinco?

Se quedaron en un breve silencio. Jungwoo se preguntó quiénes habrían sido. Seguramente de la industria del entretenimiento o la moda, como modelos, idols, bailarinas... Jungwoo era un hombre y pensaba que no podía competir contra ellas. Pero se preguntaba qué era exactamente lo que el chico veía en él, para querer acostarse.

Aprovechó el momento de silencio para sincerarse, mirando a su regazo y jugando con sus dedos en la mano.

— Esta mañana, cuando no me respondías, me sentí muy mal. Pensaba que te había pasado algo grave o te iba a pasar.

— Solo te estaba evitando.

— Ya.

— No quería verte por si cometía una locura.

Jungwoo se giró hacia él, pero vio el rostro de Taeyong muy cerca, tanto que en la casi oscuridad completa, pudo ver sus ojos relucientes rasgados de forma atractiva con atención, mirándole los labios.

— Taeyong, hay algo que tienes que saber sobre mí. Algo importante.

— Que ya te he dicho que no me importa, deja de intentar apartarme, eso me pone más.

— ¿Qué?

Escuchó a su lado un suspiro. Jungwoo estaba confuso sobre hacia dónde estaba yendo la conversación y tener su cara tan cerca de la suya no ayudaba nada.

— A la mierda con todo.

Antes de que pudiera reaccionar, dejándose llevar por la mano de Taeyong, que sujetó su rostro, notando su cálido tacto en la mejilla, le arrastró por el cómodo almohadón hasta que sus narices se rozaron.

A duras penas Jungwoo sabía lo que estaba pasando, como si estuviera en un sueño.

Cuando se dio cuenta, demasiado rápido, la nariz de Taeyong resbaló hacia un lado, pasando la punta por su mejilla izquierda, y notó sus labios en los suyos.

No Longer 「Jungwoo • Taeyong • Jaehyun」Where stories live. Discover now