15, el mismo pijama

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Jungwoo se levantó como cada mañana solo en su espaciosa cama y junto a su peluche con forma de osito entre sus brazos. Porque, aunque tuviera veintiún años, eso no quería decir que no le gustase dormir con algo de compañía, aunque fuera de un objeto inanimado. Él le tenía cariño desde que era pequeño y era también fácilmente una de las pocas cosas que le recordaban a su casa y a su pueblo natal, le hacía estar más cerca de su familia.

El chico bostezó y fue a prepararse un café con leche y mucho azúcar a la cocina. Mientras se lo bebía de pie, apoyad con la espalda en la encimera, llamaron al timbre.

Medio dormido todavía, fue a abrir con la taza en la mano. Miró por el telefonillo y abrió al ver el coche de la compañía aparcado frente a las puertas.

Pasaron unos segundos y alguien del staff llamó al timbre de la puerta principal. Jungwoo echó un ojo por la mirilla, rascándose la cabeza. No veía quién era porque el hombre estaba demasiado echado hacia la izquierda, así que preguntó con su voz algo ronca mañanera:

— ¿Quién es? ¿Haechan?

— ¿Quién eres?— Se asomó de pronto la cabeza de Jaehyun muy cerca de la mirilla con el ceño fruncido— ¿Jungi? ¿Estás con alguien?

Jungwoo se asustó tanto que casi se le cayó la taza al suelo, pegando un bote hacia atrás tras ver los enormes ojos de Jaehyun mirándole fijamente, alargados por el efecto ojo de pez. Después se recompuso y carraspeó tratando de ocultar su voz lo mejor posible.

— ¡Soy yo! Ahora te abro, ¡un segundo!

Entonces miró su aspecto y se dio cuenta de que, a parte de llevar los pantalones del pijama, no llevaba camiseta. Con su cuerpo semi desnudo, fue corriendo hasta su cuarto a ponerse un falso sujetador de pequeña talla, la camiseta de su pijama y la peluca rubia de su armario atada en una coleta porque no tenía tiempo de peinarla.

Tras abrirle la puerta, vio a Jaehyun al otro lado vestido con un abrigo gris largo y, a diferencia de él, el pelo peinado. El chico se le quedó mirando de lo más extrañado y pasó adentro sin que le dijera nada.

— Oye... ¿te pasa algo en la voz?

— No, no. Es que tengo la garganta algo fastidiada del frío.

— Deberías ponerte una bufanda o algo así. Y, oye, si vas a dormir a escondidas con tu novio deberías avisarme solo para que no venga tan pronto a recogerte.

— ¡¿Qué?! ¿Por qué dices eso? No tengo novio.

— No quiero entrometerme en tu vida personal pero... mira cómo vas vestida.

— ¿A qué te refieres?— Jungwoo se miró esperando que no hubiese nada raro en su atundo hasta que se dio cuenta de que se refería a que el pijama azul oscuro le venía unas tallas más grande de lo normal.— ¿De qué hablas? ¡Este es mi pijama! ¡Me gusta que sea así de ancho y cómodo!

— Jungi, usamos el mismo pijama.

Jaehyun intentó aguantar la risa, pero no pudo y se le escapó un poco, que disimuló tosiendo mientras sonreía tapándose con la mano. Jungwoo fue corriendo a cambiarse para que no le dijera nada más ni tuviera que dar explicaciones pero, cuando salieron de su casa, no pudo aguantarse más y explotó.

— De verdad que me compré este pijama adrede porque me gusta usar pijamas cómodos, aunque sean de hombre.

Jaehyun le abrió la puerta trasera de su coche para que subiera y después se metió en el asiento del conductor, suspirando con una media sonrisa en los labios mientras ponía las llaves en la clavija del volante.

— ¿Sabes, Jungi? No te conozco mucho, pero no eres para nada como esperaba...

Jungwoo quiso replicarle y saber más acerca de lo que él esperaba que fuera, pero se mordió los labios y se calló, hundiéndose en el fondo de su asiento tras ponerse el cinturón y pasar todo el camino hasta la empresa en silencio.

Se moría de la vergüenza y su cara ardía de rojez cada vez que, sin quererlo, sus ojos se encontraban a través del espejo retrovisor, cuando Jaehyun quería mirar al coche de atrás y, sin pretenderlo, su mirada acababa encontrándose con la suya, a lo que Jungwoo la apartaba rápidamente, fingiendo mirar su teléfono apagado.

Cuando llegaron a la agencia, Jungwoo desató el cinturón que lo sujetaba y salió del coche con prisas sin esperar a que Jaehyun le abriera la puerta.

Al pasar por el pasillo principal un miembro de su staff le avisó que debía reunirse con el CEO de la empresa lo más pronto que pudiera porque le estaba esperando. Jungwoo se quedó horrorizado en mitad del pasillo porque sabía que aquello solo podía significar que algo malo estaba a punto de pasar.

Tragó saliva y se dirigió hacia la oficina con nervios en su estómago y las manos sudorosas. No podía recordar nada que hubiera hecho especialmente mal, a parte de la desastrosa entrevista que intentó salvar, la cual no fue su culpa. Pero aun así su jefe era muy propicio a señalarle y regañarle sin tener pruebas suficiente que le inculparan.

Cuando estuvo a punto de poner la mano para llamar, se dio cuenta de que alguien la había estado siguiendo como su sombra todo el tiempo, y se giró hacia él con las manos juntas y la mirada preocupada.

— No puedes entrar aquí dentro, es la oficina de mi jefe.

— Ah, perdona.— Se rascó el cuello el chico, incómodo.— No lo sabía, esperaré aquí fuera.

— De acuerdo.

Jungwoo respiró hondo, tocó a la puerta tres veces y entró con una falsa y practicada sonrisa en el rostro. Allí dentro solo habían dos hombres. Estaba su jefe sentado en la silla al otro lado del escritorio, el cual le invitó a sentarse respondiendo con un saludo. No le pareció que estuviera de especial mal humor ni demasiado serio, así que se forzó a sentarse y tranquilizarse un poco, aunque le era imposible. También había otro hombre trajeado de la misma edad que su jefe sentado a su lado. Iba trajeado y parecía un señor importante, aunque no reconocía su rostro.

— Jungwoo, supongo que conocerás al CEO de JYZ Entertainment.

— Un placer conocerle.— Le estrechó la mano al hombre, que le saludó agradablemente.

— Lo mismo digo, Jungwoo. No te preocupes porque tu jefe me haya revelado tu secreto, no lo diré a nadie. Debe resultarte muy complicado llevar una doble vida.

Jungwoo no supo cómo responder a aquello, mirando a su CEO de reojo para aceptar su aprobación para hablarle. No quería meterse en problemas ni resultar parecerle alguien maleducado al no contestar.

En ese momento alguien abrió la puerta y entró sin llamar, irrumpiendo la conversación. Después se sentó en la silla de al lado de Jungwoo y colocó la placa de jefe, en la que ponía grabado YM Entertainment CEO, que había tirado al suelo al sentarse. Jungwoo pensó que aquellos modales solo podía tenerlos un chico que conocía y, aterrorizado, giró su cabeza en su dirección para comprobar que, efectivamente, se trataba de Taeyong.

No Longer 「Jungwoo • Taeyong • Jaehyun」Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum