48, un favor

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Estaba bebiendo un café americano a las 10 de la mañana, mientras su nuevo compañero conducía, patrullando en el coche de policía. Las calles estaban llenas de barullo y de gente que iba a comprar o a trabajar, pero ningún aviso sonaba en la radio.

Una mañana muy tranquila.

Jaehyun se dejó caer en su asiento, mirando por la ventana en busca de una distracción. Se mordió una piel del dedo gordo, algo nervioso por la cafeína.

Le habían admitido rápidamente de nuevo en su antigua comisaría, ya que necesitaban policías en el cuerpo y sabían de sobra que él era muy competente. Estuvieron contentos de tenerle de vuelta, pero él no lo estaba tanto.

Además, cuando se paseó por las celdas con la esperanza de encontrar y agradecer al hombre la oportunidad que le dio, ya no estaba. 

Su compañero estaba tatareando una canción que sonaba en la radio, golpeando el volante levemente al ritmo de la música.

— Qué buena mañana hace, Jaehyun. El sol brilla mucho hoy.

— Sí... tienes razón.

— ¡Ah, me encanta esta canción! ¿La conoces?

El hombre subió el volumen de la canción que sonaba en la radio, cantándola a viva voz y desafinando. Jaehyun puso los ojos en blanco, pero se enfocó en escucharla ya que no tenía otra cosa que hacer.

En seguida la reconoció y, instintivamente, le tapó la boca con fuerza para que se callara mientras ponía la oreja, concentrado.

Era la voz de Jungwoo.

Estuvo ensimismado, escuchando la letra. Ya la había escuchado antes. Su compañero se calló, con los ojos muy abiertos, y él, al darse cuenta, le apartó la mano disculpándose. Su compañero se rió de Jaehyun.

— Vaya... parece que no soy el único fan de Jungi.

— No soy su fan.— Dijo muy serio, apartando la mirada de vuelta a la ventana.

Su compañero alzó las cejas y bajó el volumen de la música.

<< Soy su persona especial>>, pensó el chico, echándose el pelo hacia atrás y evitando ponerse triste.

****

Cuando llegó la noche, la ciudad seguía igual de tranquila. Excepto por una llamada de urgencia que había requerido a los otros dos policías que quedaban en la comisaría, Jaehyun estaba solo con un jefe y otro compañero.

Le tocó pasar el turno nocturno ya que había vuelto a ser el novato y no tenía otra opción que pringar como el nuevo.

Volvió a beberse el sexto café del día, aburrido en la comisaría después de ordenar papeleo, intentando no dormirse.

De pronto, el teléfono sonó por quinta vez esa noche. Su compañero lo cogió de inmediato, recibiendo un aviso.

Jaehyun le escuchó atentamente, preparándose para salir. Necesitaba un poco de emoción para aquella larga y pesada noche.

Al colgar, avisando que estarían ahí lo más pronto posible, les comunicó la urgencia de un importante edificio que estaba dentro de su distrito. Jaehyun ya estaba casi en la puerta principal, a la espera de coger las llaves del coche patrulla.

****

Jungwoo había estado toda la tarde ensayando sus canciones antiguas en la sala de prácticas. Había terminado con el pelo sudado y agotado, sin darse cuenta de lo tarde que era.

La charla con su CEO no había terminado muy bien, que dijera.

Había sido intensa, Jungwoo le había culpado de ser un jefe superficial, egoísta y avaro. Le había acusado de extorsionar a Jaehyun y a él con las fotos en su coche, besándose, de obligarle a hacer cosas que no quería para su carrera, como entrevistas interesadas meramente en su vida personal, actuaciones privadas de inversores pervertidos...

Su jefe, al escucharlo todo, no se quedó de brazos cruzados, y sobretodo, no le gustó nada que Jungwoo explotara así.

Así que le dio dos opciones.

O seguir haciéndole caso y continuar como hasta ahora, con todos los "privilegios" de ser una idol famosa, o llevar a la ruina toda su carrera musical, destapándolo como un farsante que se hacía pasar por mujer.

Pero, por supuesto, este ultimatum no le bastó. Ya que ambos sabían que la segunda opción le llevaría a la ruina y las acciones de la empresa bajarían en picado, dejando de ser una de las mejores si se destapaba todo el engaño.

Haechan llamó a la puerta dos veces antes de entrar. Luego se acercó a Jungwoo con una sonrisa amistosa.

— ¿Cómo estás?— Le colocó una mano en el hombro.

— Hecho un asco, como puedes ver.

— Sabes que puedes hablar conmigo, para lo que necesites.

— Lo sé, gracias.

— Y no te pediría esto, sabiendo lo que estás pasando, pero créeme que he intentado todo y no me queda otra opción.

Haechan parecía abatido y sentía pena por su amigo, por tener que acudir a él en medio de toda la tormenta a su alrededor.

— ¿Qué pasa?

Jungwoo se preocupó, pero no supo si sería capaz de soportar más sorpresas o giros en su vida.

— Necesito un favor.

En cuanto se lo dijo, ya se imaginó por donde quería ir a parar, pero aun así tuvo que preguntar.

— ¿Uno de esos favores? ¿Como aquella vez?

— Sí. Se ha vuelto a colar en un estudio de grabación y no sabemos cómo. Está... ebrio. Y tiene a uno de nuestros productores, Terry, encerrado con él y no podemos entrar. Lo peor es que una mujer del staff se ha asustado y ha llamado a la policía, qué inútil. Hemos intentado que no vengan, pero no me cogen el teléfono y todo es un lío ahora.

Jungwoo echó un paso hacia atrás, asustado. Recordó la última vez, los cristales de las botellas de alcohol golpeando contra la pared en mil pedazos y su rostro, colorado y turbulento.

— Oh, no. Pero, Haechan, creo que es mucho mejor que yo no le vea ahora mismo. De hecho, creo que detestará verme a mí. No puedo hacerlo.

— Escúchame, Jungwoo.— Le colocó ambas manos en los hombros, para que le mirara.— Sí puedes hacerlo, no sé qué os ha pasado pero sois amigos, ¿no?

— Sí, pero...

— No te lo pediría si no estuviera mandándonos una señal para hablar contigo. Es un chico... muy listo. Más de lo que creemos.

— ¿Qué? ¿Cómo?

Haechan le soltó y, pensando en ello, se le escapó una risa que no pudo evitar, ni en medio de aquella situación tan tensa.

— Está grabando una canción. Una canción sobre Jungwoo.

No Longer 「Jungwoo • Taeyong • Jaehyun」Where stories live. Discover now