45, desgarrador y peligroso mundo

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Al día siguiente, Jungwoo probó unos macaroons para desayunar. Eran de fresa y de chocolate, le recordaron a los helados que tomó la noche anterior.

Se vistió con ropa cómoda, de chandal, y salió afuera, donde hacia un sol abrasador y se puso una gorra. Allí le esperaba el señor Lee, que le abrió la puerta trasera del coche para ir a trabajar.

Hablaron sobre el calor, la finalización de las promociones de su comeback, a punto de terminar, y el nuevo café con sabor a chocolate de la cafetería de la empresa.

Pero Jungwoo miraba por la ventana todo el trayecto, sin estar del todo presente en la conversación, de la que no hablaron ni por un momento de su manager. El señor Lee quiso no mencionarlo, porque vio algo en Jungwoo que estaba ausente.

Cuando llegaron, todos le dieron la bienvenida de nuevo, ya que el señor Lee era muy querido por todo el staff y el equipo. Jungwoo no se separó de su lado hasta que el equipo se desplazó para terminar la promoción de su canción Silver Love en un famoso programa de televisión, donde los idols competían por el premio a la canción más escuchada.

Todos estaban emocionados y ansiosos mientras le peinaban y le maquillaban detrás de las cámaras, dejando a Jungi perfecta para salir al escenario a actuar.

Todo pasó demasiado deprisa y Jungwoo no tuvo tiempo de disfrutar su última actuación de la temporada, ya que en un minuto estaba arriba del escenario, brillando con un traje negro y plateado, bailando y cantando, y al siguiente estaba rodeado de otros idols, metido en un montón de personas mientras los dos presentadores anunciaban al ganador.

Competía contra otra chica solista, más pequeña que él, que tenía los ojos cerrados y las manos juntas.

Pero él ni siquiera estaba centrado en ganar, que era lo que se suponía que debía hacer, su trabajo.

Y de pronto, los presentadores anunciaron su nombre como ganadora, junto con un felicidades, y la coronaron con flores y un premio.

Miles de confetti saltaron por los aires en una explosión y su canción volvía a sonar, mientras sus compañeros le saludaban con una reverencia, bajándose del escenario.

Vio a la chiquilla con la que competía, con lágrimas en los ojos, despidiéndose del público. 

Miró al premio y se preguntó si aquello siquiera era justo.

Fue hacia la chica con decisión y le dio un fuerte abrazo, rodeándola para protegerla del desgarrador y peligroso mundo al que se estaba adentrando.

No la conocía, pero le recordaba a él cuando empezó en su carrera, y no quería que sufriera, aunque no podía decírselo.

La chica le devolvió el abrazo, aunque no le conocía de nada, pensando que era por amabilidad.

Jungwoo le deseó suerte y se bajó del escenario después de que acabara la canción.

Luego corrió hasta su camerino, agradeció al staff y su equipo por el premio, y se cambió lo más rápido que pudo.

Pasaron unos minutos hasta que apareció el señor Lee para darle la enhorabuena y llevarle de nuevo al edificio principal de la empresa para dejar el trofeo y descansar.

Jungwoo le pidió al señor Lee que fuera él y le dejase solo durante un tiempo ahí, que quería pensar sobre sus cosas. El señor Lee se preocupó, pero al estar en el edificio supo que estaría a salvo y supuso que solo estaría exhausto de las promociones.

Jungwoo se dirigió a la cafetería cabizbajo, donde parecía no haber nadie, más que un trabajador detrás de la barra.

Cogió una bandeja y se puso algo de sopa en un cuenco, una botella de agua y un poco de pasta, ya que no tenía mucha hambre.

Se colocó en la primera mesa que vio, donde él se solía poner en verano en la zona más cerca del aire, y comenzó a comer.

Cuando acabó, dejó los palillos en la bandeja y la tiró hacia adelante para apoyar la cabeza en la mesa y cerrar los ojos, cansado.

— Estás en mi asiento.

Alguien le medio despertó.

Alzó la cabeza para ver a un chico con gafas de sol, pelo ligeramente despeinado y una ceja partida. En seguida supo quien era, así que no se movió ni un milímetro y volvió a descansar la cabeza.

El chico chasqueó su lengua, negando con la cabeza al verle así, se sentó en el asiento frente a él y comenzó a comer.

— ¿Tienes puntos para pagar la comida?

— No me quedan...

— Ay, eres tonta.

Taeyong se levantó para pagar su comida en el mostrador y luego volvió para seguir comiendo.

— Ya van dos veces que te la pago. Me debes dos.

Jungwoo no respondió nada, pero mantuvo sus ojos abiertos, ya que no tenía más sueño.

— Oye, Jungi, enhorabuena, has ganado.

Jungwoo soltó un suspiro y se arregló el pelo, poniéndose recto para mirarle a los ojos.

— No estoy de humor.

— Lo digo en serio.— Dijo mientras masticaba arroz.— Te lo mereces.

— Gracias. Viniendo de ti, significa mucho.

— Y más cuando competíamos.

— No te he visto en el escenario.— Se extrañó.

— Eso me hiere. Pero tranquila, mi canción ya tiene bastante tiempo, ha quedado en tercer lugar. En fin, ¿te apetece soju?

El chico se iba a levantar para pedir una botellita, pero Jungwoo abrió sus ojos, alerta y se despejó para pararle.

— Taeyong, no.

— ¿Qué? Es broma.

— Tú y yo una conversación pendiente, ahora que me acuerdo.

Taeyong alzó una ceja, poniéndole toda su atención, y dejó salir una media sonrisa. Jungwoo le pegó en el hombro para sacársela del rostro. El chico se llevó una mano a la zona del golpe quejándose dramáticamente.

— Lo que pasó en el piso de tu amigo... no debió haber pasado. Y siento haberme ido sin dar mucha explicación.

Él bajó su mano hasta el corazón, con una expresión amarga.

— Ouch. Eso... ha dolido más que un golpe.

Jungwoo bajó la vista al suelo, incapaz de mirarle a los ojos. Taeyong dejó caer su mano a un lado y se esforzó por cambiar su expresión para que Jungwoo no viera su lamento.

— No tienes por qué explicarte, Jungi. Eres una mujer adulta. Haz lo que quieras.

— Eres una persona importante para mí, en quien confío.

— Ya lo sé. Pero tú te has ido con el perro.

— No le insultes. Me importáis los dos.

Jungwoo fue a alcanzar su mano para cogerla y consolarle de alguna manera, pero Taeyong la apartó, poniéndola en su regazo y apartando la mirada. Soltó una falsa sonrisa, con dolor en sus ojos, fingiendo que no le importaba.

— Pues qué pena. Porque no quiero rendirme contigo.

No Longer 「Jungwoo • Taeyong • Jaehyun」Where stories live. Discover now