⒉ Taeyong

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Lee Taeyong llevaba una vida lo suficientemente cómoda para dejar de preocuparse por temas mundanos.

Había olvidado lo que era sentir cosas tan esencialmente humanas como la empatía, el amor o el dolor. Se podía considerar que se había vuelto intratable a lo largo de los años. Nadie ni nada le importaba, ya había conseguido todo lo que quería. Excepto él mismo, claro estaba.

Y hubiese continuado de esa manera si su ambición no hubiese regresado para advertirle de que todo lo que tenía en sus manos podía serle arrebatado por alguien que estaba escalando peligrosamente los escalones de la fama. El riesgo que corría parecía no ser muy importante en ese momento, pero en el futuro sí lo sería, y como su identidad de hombre de negocios admitía, debía estar preparado de antemano para que eso no ocurriera. No dejaría que nadie le arrebatara todo.

Por esa razón acudió aquella tarde a la séptima planta de su compañía, donde se encontraba el despacho de su CEO, que no esperaba su visita.

Taeyong entró por la puerta como si fuera su propia casa y tiró la chaqueta que llevaba en uno de los sofás, donde se dejó caer esperando que su jefe acudiese a su indirecta llamada.

Por supuesto, el CEO lo hizo, pero quejándose por los modales de Taeyong, dejando su chaqueta en el perchero correspondiente que había en la entrada.

— Te he dicho mil veces que no tires la chaqueta encima del sofá.— Suspiró su jefe, impacientado.

— No entiendo cómo es tan popular, tampoco tiene nada en especial.

— Taeyong, los celos te consumen. ¡Y no subas los pies, mancharás el cuero con los zapatos!

— Por supuesto que no, el país me ama. Gracias a los shows de variedades donde puedo mostrar mi "lado tierno" el público me aclama y se siente más cerca de mí. Aunque soy intocable, ellos lo perciben de diferente manera, me ven cercano y eso les gusta. Una chiquilla que acaba de debutar no me quitará la fama por un puesto que llevo luchando y manteniendo por años.

Sonaba apático, el mal humor recorría todo su cuerpo aunque lo tratara de ocultar, no muy bien ante los ojos de una de las personas que mejor lo conocía, para bien o para mal.

— Cuidado, Taeyong, suenas amenazado y eso es peligroso. Te contradices diciendo que no estás celoso pero es evidente que sí lo estás.

Ni siquiera se dignó a probar el café caliente que le sirvió un hombre mayor que el CEO le pidió y no volvió a hablar antes de que éste se volviera a ir del despacho.

— Veamos, esta tal Jungi, aparte de su cara de niña inocente, su rap y baile son mediocres. Entonces, ¿por qué se ha vuelto tan popular?¿Será por su personalidad? No tengo la menor idea, ¿le ha oído hablar alguna vez? Además, no sé si es que soy el único que lo ha notado pero, ¿se da cuenta de que a veces se comporta como un tío?

— ¡Taeyong! Si sigues hablando de esa manera...

— Lo siento.— Se inclinó hacia delante, señalando la cabellera del señor.— ¿Le he dicho ya lo bien que tiene le pelo hoy?

Una sonrisa satisfactoria creció en su cara, haciendo que el mayor escuchara justo lo que quería oír, cosa que Taeyong sabía de sobra. Siempre había sabido cómo salir bien parado de sus problemas, además de ser favorecido por su CEO. De hecho, de toda su compañía, él era el artista al que más promoción se le hacía y el mejor pagado.

— Ah, sí, estoy usando un nuevo sérum. Espera, ¡Taeyong!

— ¿Sí?— Dijo desinteresado, mirándose las uñas, bien limadas.

— Mi pelo... ¡está tapado por la gorra! ¡Ni siquiera puedes verlo!

— ¿Y qué es eso blanco que sobresale de ese lado? Ah, es la etiqueta.

— ¿PENSABAS QUE TENGO CANAS?

— Las canas son el reflejo de la sabiduría... y de la edad.

— ¡Largo de mi despacho!— Dijo el jefe, ofendido por las ocurrencias del más joven.— Estoy más que harto de tus estúpidas ideas. Recuerda que es solo una chica de veintiún años y, aunque ahora esté en la cima, estoy preparando un nuevo grupo de chicas para debutar este año que viene. ¡Así que deja de preocuparte porque ni siquiera es de tu competencia!

— ¿Ah, sí? ¿Por qué no le molesta? No es nada propio de usted. ¿Y si no es de mi competencia cómo es que ahora todo el mundo busca su nombre en vez del mío, todo el mundo habla de ella en vez de mí?— El tono de su voz se alteró a medida que continuaba hablando.— Quiero mi cabeza de vuelta en todos los anuncios, los programas. En todas partes.

— Vais a hacer las promociones juntos.

— ¿Qué?

— Sacaremos tu nueva canción mañana. La verás en los programas, las galas de premios y eventos que hagan. Así que déjala en paz y céntrate en hacer dinero, que es lo que importa.

Taeyong se levantó con el ceño fruncido, cogió su chaqueta de la percha, sabiendo cuando era el momento de marcharse.

Su canción todavía no estaba preparada, le faltaban los últimos retoques y ensayar mejor la coreografía, pero sabía que de nada iba a servir refutárselo cuando las galas de premios estaban a la vuelta de la esquina y tenían que apremiarse si querían ganar.

— No prometo nada...— Susurró para sí mismo antes de irse por la puerta.

No Longer 「Jungwoo • Taeyong • Jaehyun」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora