1⒈ Bebiendo Solo

186 35 1
                                    

Cogió la silla de oficina de su lado y se sentó, dejando la bandolera sobre la mesa. Entonces sacó de dentro botellas de agua frescas, sopa de resaca instantánea, barritas de cereales y triángulos de arroz de Gimbap. Todo ello, cosas improvisadas que había encontrado en los armarios de la cocina de su casa.

Taeyong se rió secamente viendo a Jungwoo.

— ¿Para qué es todo esto?

— Para la resaca.

Los dos se quedaron en silencio hasta que sus respiraciones se acompasaron. Jungwoo se quedó mirando a Taeyong, que tenía la vista clavada en la comida que había llevado para él. Parecía el chico más infeliz de la Tierra, amargado por la eternidad de la noche. Aquello le hizo replantearse algunas cosas e intentar comprender por qué Taeyong se comportaba en la manera en que lo hacía, aunque era una difícil tarea.

Jungwoo se sintió incómodo por el silencio y entonces lo rompió.

— ¿Hay alguna razón por la que estés bebiendo solo?

— ¿Es que quieres unirte?

— No me refiero a eso.

— Entonces no, no hay ninguna razón.

Pudo ver que las mejillas de Taeyong estaban rojas bajo la tenue luz de la habitación, casi a oscuras de no ser por un pequeño foco. Sus brillantes y grandes ojos lo miraron sin compasión. Sabía que le estaba mintiendo, pero no se lo rebatió.

Jungwoo sintió unas repentinas ganas de colocar su mano sobre su mejilla, tan caliente que parecía que iba a explotar de un momento a otro, al igual que sus orejas, pero se resistió al ver que el chico no se encontraba por la labor de ser tratado. Así que solo le paso una de las botellas de agua frescas.

— No tengo sed de agua.

— Póntela en las mejillas, así la temperatura bajará si te sientes acalorado.

Taeyong se acercó de repente al borde de la silla, reclinándose, y se llevó dos manos a la parte baja de la camiseta, que pasó sobre su cabeza, quitándosela.

Jungwoo se sorprendió de lo que acababa de hacer y apartó los ojos rápidamente, sin esperarlo.

— ¿Qué se supone que estás haciendo? ¿Po- por qué te quitas la camiseta?

— Hace calor aquí dentro y no quiero tus estúpidas botellas de agua ni tus tonterías para la resaca.

Entonces dejó de mirar al suelo y apartar la mirada para mirarle a los ojos, harto de él. Ya había tenido suficiente, encima que había ido a ayudarle.

— Muy bien, pues me voy.

Recogió las cosas y las metió en la bandolera una por una, dejándolas caer dentro sin cuidado, con los labios fruncidos. Fue a irse cuando sintió que algo tiraba de la parte trasera de su camiseta con fuerza, sentándolo de nuevo.

Taeyong le había cogido por la camiseta y lo sentó de un tirón.

— No te vayas. Ahora ya has venido.

— Dime entonces por qué te has emborrachado y has llegado hasta mi compañía. Si tu CEO llega a enterarse de esto, no sé lo qué podría llegar a pasar.

— ¿Qué quieres de mí, Jungi?

Taeyong le preguntó de repente, apartando las botellas de alcohol vacías de la mesa para apoyar la cabeza sobre ésta y dejar que su pelo se esparciese suavemente sobre ella. Algunas de las puntas de sus mechones de color rozaron el brazo de Jungwoo, que inmediatamente apartó.

— ¿Yo? N— nada. Supongo que solo quiero saber por qué pareces tan triste.

<< Y entender por qué me odias>>, quiso decirle también.

— Yo... le hecho de menos.

— ¿A... a quién? ¿A alguna ex?

— A mi mejor amigo, ¿vale? Echo de menos a mi amigo.

— ¿Tu mejor amigo?

Taeyong parecía confuso del por qué le estaba revelando eso y pareció murmurar algo después, enfadado consigo mismo. Jungwoo suspiró, cerrando los ojos, de alguna manera aliviado por al menos saber algo más de él con lo que poder hablar.

— Yo también.

— Ni siquiera lo conoces.

— No, yo también echo de menos a mi grupo de amigos. Esos que tenía en cuando estaba en el instituto. No les he vuelto a ver desde que me cogieron aquí como trainee.

Taeyong giró su cabeza hacia él, relajando la expresión de su rostro, mirándolo a los ojos por primera vez desde que entró. Había conseguido llamar su atención contándole una pequeña verdad sobre él. Era extraño pero, en aquel sentido, le entendía más de lo que cabía esperar.

— Yo llegué aquí con trece años y no conocía a nadie. Así que me concentré en practicar y practicar duramente en la sala de ensayo. Pasé años entrenando solo, quiero decir, sola. Y no he entablado relación con nadie desde entonces. Excepto con el señor Lee, mi manager, pero ahora se ha ido.

La estancia se volvió a quedar en silencio de nuevo. Taeyong cogió la bandolera y la deslizó por la mesa, acercándosela para sacar una botella de agua y un triángulo de arroz. Bebió un largo trago y desenvolvió el triángulo para comérselo lentamente, sentado de hombros caídos.

— Mi manager me tiene demasiado miedo como para irse.

Jungwoo le observó alimentarse y le recordó a un niño, que comía poco a poco, masticando bien. Aquello le resultó gracioso y le miró satisfecho por haber conseguido mucho más de lo que esperaba al ir allí. Se quedaron en silencio hasta que se lo acabó.

— Has hecho eso a lo que has venido.— No sonaba agradecido, sino cansado y echo polvo.— Creo que ya puedes volver a casa.

— ¿Estarás...?

— Llamaré a que vengan a recogerme. Vete.— Dijo más calmado, tirando el papel de plástico del arroz a la basura y cerrando los ojos.

No Longer 「Jungwoo • Taeyong • Jaehyun」Where stories live. Discover now