Capítulo 14.- Funciones y disputas domésticas

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Al principio, le resultó extraño que la puerta no abriera cuando él introdujo su llave en el picaporte, pero tomando en cuenta la humedad de las últimas noches, consideró posible que las trancas se hubiesen oxidado un poco.

"Tendré que reemplazarlas", pensó con un suspiro, dejando las dos enormes maletas a un lado y dándose impulso para patear la puerta.

Desgraciadamente, había usado demasiada fuerza, de manera que escuchó que algo saltaba de sus bisnes y la puerta se abrió de par en par. Gruñó al darse cuenta de que había roto el pestillo extra de seguridad, pero la molestia fue interrumpida súbitamente por un golpe en el estómago.

La última vez que alguien había logrado doblarlo de esa manera hacia adelante, había estado en una pelea a puño limpio con Erwin Smith.

Pero esta persona que tenía en frente no era un hombre adulto de metro ochenta, sino una niña de cabello negro que ni siquiera debía tener la altura para mirar por el ojo de la puerta.

Antes de que pudiera recuperarse, Levi escuchó un coro de gritos a su lado, y un segundo golpe por la espalda casi lo lanzó al suelo.

— ¿QUÉ MIERDA? —Gritó, furioso, echándose a un lado para enfrentar a sus agresores.

Henji y Eren se estremecieron al encontrarse con el rostro del detective, oscurecido por sus más primitivos instintos asesinos. Sin duda, no era buena idea atacar desprevenido a un hombre como ese.

— ¡L-Levi! —Exclamó Hanji, sonriendo con la intención de lucir inocente pero sin poder disimular sus nervios.— ¡Creímos que se trataba de un intruso!

— ¡Cómo puedo ser un intruso en mi propia casa! —Rugió él, recomponiéndose para poder gritar a gusto.— ¡No se les ocurrió nada mejor que taclearme como si fuera un borracho cagando en un bar de mala muerte!

— ¿Esta es tu casa? —No pudo evitar preguntar la doctora, pero Eren se le adelantó al detective, claramente arrepentido.

— ¡En serio disculpe por los golpes, señor Ackerman! —Le rogó, desesperado.— Sólo queríamos proteger a la doctora.

— ¿Tú diste el primer golpe? —Le preguntó Levi a Mikasa, pero ella sólo lo miró sin expresión. No daba la impresión de querer disculparse.— Tsk... mocosos de mierda...

Hanji se apresuró al lado de la niña, tomando sus hombros para susurrarle que no había hecho nada malo, sólo por si las toscas maneras del detective herían sus sentimientos. Sin embargo, ella no parecía afectada en absoluto.

— Eren, mueve tu culo y ayúdame con las maletas que dejé afuera. —Levi le gritó al chico, yendo al pasillo de afuera para tomar una de aquellas maletas. El chico asintió y lo alcanzó en tres zancadas, haciendo que el detective chasqueara la lengua.— Le dije a la esposa de Mike que sólo hacía falta que empacara un poco de ropa, pero creo que metió la mitad de los libros de tu casa aquí dentro.

Hanji abrió una de las maletas, encontrando una gran variedad de libros. Su rostro se iluminó al reconocer uno de sus primeros volúmenes sobre medicina forense.

— ¡Nana es un ángel! —Exclamó, mostrándole el libro a Mikasa cuando ella se acercó a mirar.— Mira, este libro habla sobre el procedimiento para realizar una autopsia. Es como un manual de bolsillo para los forenses como yo.

— No le muestres esa porquería a los niños. —Se quejó Levi, viendo con desagrado que Mikasa, más que asqueada, parecía muy curiosa con los dibujos del libro.— Maldita sea...

Levi se acercó a la puerta para examinar el daño. Por fortuna las bisagras estaban intactas, pero el pestillo de seguridad yacía inútil en el suelo, pues lo había arrancado desde la raíz de sus pernos. Supuso que podría haber sido muchísimo peor.

Jack el destripadorWhere stories live. Discover now