Capítulo 28.- Demasiado rápido pero en el camino correcto

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5 de Noviembre de 1886

Habían organizado ir a St Bartholomew al día siguiente, pero ya que Marlo había solicitado la tarde para ir a visitar a su novia, se verían en la obligación de llevar a los niños con ellos. 

Eren estaba muy emocionado, pues según él deseaba conocer al valiente Comandante Erwin; sin embargo, Hanji estaba segura de que cualquier cosa habría servido para levantar el ánimo del muchacho con tal de salir de esas cuatro paredes. 

El viaje les serviría de excusa además para pasar a Tyburnia a recoger algunas de sus cosas, entre ellas el viejo reloj de su padre y la colección de bordados de su madre. 

Parecía una excursión divertida, hasta que comenzó a nevar un día antes. 

El frío había arreciado bastante en pocos días, como si los espíritus del invierno se sintieran impacientes por hacer su aparición. 

Al departamento en Whitehall Street no le faltaba fuego en la chimenea, pero mientras arreglaba todo para la salida del sábado, Hanji se percató de algo por primera vez. 

Vaya que era tonta. 

— Tenemos que ir a algún almacén de ropa. —Le dijo a Levi apenas lo vio llegar de la oficina.

Él continuaba trabajando en Scotland Yard como de costumbre, salvo que ahora hacia sus investigaciones de campo siempre en compañía de Erd Gin, por orden del mismísimo Comandante. 

— ¿Ah sí? —Levi observó a la doctora con curiosidad mientras dejaba su abrigo en el perchero de la entrada.— ¿Te hace falta algo? 

— A mí no. —Hanji sacudió la mano con impaciencia.— A Mikasa. Nana le dejó un par de vestidos de cuando era niña, pero esa fue sólo una medida temporal. Necesita un abrigo decente, guantes y medias nuevas. Y un vestido que le quede por debajo de los tobillos. Ella y Eren están creciendo bastante rápido. 

— Hanji... 

— Escucha. —Hanji lo llevó de la mano a la habitación de ambos cuando el detective quiso replicar. Su expresión era una mezcla de seriedad y súplica.— Ya sé que no quieres que me involucre demasiado, pero... Levi, estos niños no tienen a nadie más. Por mucho que Eren haga el trabajo de un mozo y Mikasa el de una dama de compañía, el hecho es que nosotros somos los únicos que pueden cuidar de ellos. 

— Entiendo que te preocupes por ellos. —Le aseguró Levi mientras fruncía el ceño.— Pero darles falsas esperanzas de formar una familia puede ser aún más cruel que dejarlos a su suerte, Hanji. Créeme que lo sé. 

Hanji abrió los ojos con sorpresa. 

Antes no se había detenido a pensar cómo podía afectar a Levi tener a dos huérfanos en su casa, pues creía que el asunto le molestaba únicamente por su mala relación con los niños. Sin embargo, ahora lo veía de otra forma, conociendo su pasado. 

Él había sido acogido por unos años, pero apenas se hizo lo bastante mayor para cuidarse solo, fue abandonado por su propia sangre. Era imposible que la experiencia no lo hubiese marcado de algún modo... y por lo visto, no deseaba que ocurriera lo mismo con Eren y Mikasa. 

— No tiene que ser así. —Dijo la forense con suavidad.— No tiene por qué ser una falsa esperanza. 

Levi la miró sin comprender al principio, pero luego se movió un poco inquieto. 

— Hablas de... ¿adoptarlos legalmente? —Cuando Hanji asintió, el detective suspiró y se llevó las manos a la cabeza.— Estas cosas no se deciden de un día para otro, Hanji. 

Jack el destripadorWhere stories live. Discover now