41. Cuando se pone el sol

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CAPÍTULO CUARENTA Y UNOCUANDO SE PONE EL SOL━━━━━━━━┓ * ┏━━━━━━━━

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CAPÍTULO CUARENTA Y UNO
CUANDO SE PONE EL SOL
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De alguna manera, Eren sabía que no era la gran cosa.

Pero ahora que la veía bien, que la escuchaba hablar, una parte suya simpatizaba con ella más de lo que habría pensado en un principio.

Era... extraño, también. Christa siempre había sido algo peculiar, y Eren nunca había encontrado qué era tan genial acerca de una chica como ella. Cómo era que a veces incluso Armin se sonrojara con lo más mínimo que Christa hacía; bastaba a veces con una simple sonrisa, o un aletear de sus pestañas para que Armin, o Jean o incluso Marco cayeran en un charquito de su propia saliva como si fueran perros frente a un filete.

—¿...Mhm?

El ligero sonido venía de su derecha. Eren se enderezó un poco y miró a la chica con el ceño levemente fruncido, estudiando su forma con la mirada ligeramente entrecerrada.

—¿Qué ocurre?

—Nada... Solo estaba durmiendo...

La luz del atardecer entraba con suavidad por la ventana, y las cortinas corridas hacia un costado creaban sombras dentro de la habitación, sombras que caían como un velo encima de Historia.

—Uh, no, espera un momento... —murmuró, estirándose sobre la mesa y alzando un poco la cabeza. Eren la miró de reojo—. Siento como si hubiera tenido un sueño importante, pero...

—¿No puedes recordar nada sobre el? —ella se volvió en su dirección, con la boca ligeramente abierta. Eren se encogió de hombros—. Me ha pasado antes.

—Oh.

Historia aún era extraña. Era un poco más extraña de lo que Christa lo había sido durante todo su tiempo como cadetes.

Estaba inclinada sobre la mesa, recostada en la superficie con la mirada fija en la pared de frente a ella. Las sombras aún le caían encima y la luz del atardecer realzaba lo rubio de su cabello, convirtiéndolo en oro líquido que se esparcía por su espalda como una cascada.

(Desde que era pequeña, no recuerdo que nadie nunca me haya amado.

La habitación había estado en silencio, y ni siquiera Sasha se atrevió a terminarse su último bocado. Historia estaba muy quieta en su sitio, con la espalda erguida pero los hombros curveados hacia el frente.

—Mis abuelos hablaban conmigo cuando me enseñaban a leer o a escribir, pero nunca hablé con mi madre.)

—Escucha... Historia —comenzó a decir mientras se acomodaba sobre la cama, recostado encima de ella pero con la mirada fija en el techo—. Lamento haber fallado como, uh, como titán, supongo. Si no hubiera sido por mi, si yo... Quizás Ymir...

Friend of the Devil ━shingeki no kyojinWhere stories live. Discover now