78. Secuelas

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CAPÍTULO SETENTA Y OCHOSECUELAS━━━━━━━━┓ * ┏━━━━━━━━

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CAPÍTULO SETENTA Y OCHO
SECUELAS
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Meses antes, día de la batalla de Shiganshina.

El corazón le estaba latiendo salvajemente contra el pecho.

Kenny estaba distantemente consciente del hecho de que la herida que se había ganado meses atrás (y que nunca había dejado sanar propiamente) había sido reabierta, y que la sangre que emanaba de ella le manchaba la camisa negra y le formaba una costra a su alrededor. Era una molestia, un pinchazo ahí en donde en ciertas ocasiones solo sentía uno que otro tirón de dolor, nada lo suficiente alarmante como para requerir más que un par de vendajes y una visita rápida a que lo revisara un doctor. Suponía que le faltaba suerte en esos momentos, del mismo modo en el que parecía faltarle aire también, aunque ese le llevaba faltando desde el momento en el que el imbécil de Félix abrió su bocota.

Ah, ese era un dolor de cabeza con el que no podía lidiar ahora mismo. Con el que no estaba seguro que quería lidiar, cuando el chico probablemente desaparecería por el resto de sus vidas allá en ese condenado lugar al que quería ir con tanta ansia.

Kenny resopló, cansado y con un leve punzón tras sus párpados, la cabeza ligeramente ladeada hacia un costado para tratar de ver en dónde mierda aterrizó luego del fiasco contra el mono.

Un parpadeo bastó para disipar la neblina amontonándose en su mirada que le impedía ver propiamente qué carajos ocurría a su alrededor. Había árboles ahí en su línea de visión que topaban con un cielo azul manchado de gris y de negro, humo y hollín de quién sabe dónde, y la imponente e intimidante figura de un montón de carne y huesos ardiendo en la distancia, soltando un vapor que parecía incendiar los árboles más cercanos.

Kenny comenzaba a odiar a esos malditos titanes.

El vapor que seguía rodeándolo le impedía ver mucho más allá de las limitaciones a su alrededor, pero alcanzó a distinguir otro bulto en el suelo a poco metros de él. La cabellera oscura era reconocible incluso entre aquel desastre.

—¡Félix! ¡Oi, niño idiota! —aguardó unos segundos en silencio, esperando una respuesta, pero el bulto humano no se movió—. ¡Félix!

Un pequeño pinchazo de duda creció en él; ¿y si estaba herido? ¿Y si estaba muerto? Kenny había estado demasiado lejos para ver cómo le había afectado la explosión, pero si él estaba vivo entonces Félix también debía estarlo, a menos… A menos que simplemente estuviera inconsciente. El chico había mencionado sus extraños sueños antes ¿verdad? Sus visiones, lo que sea que fueran, tendían a engullirlo cada vez que cerraba los ojos ¿cierto? Félix se lo había dicho, entonces era posible que solo estuviera inconsciente, ¿cierto?

Tenía qué, maldición. Tenía que ser así o Kenny no podría vivir consigo mismo en caso de haberle ocurrido algo más. Algo peor.

—¡Félix! ¡Hey, maldita sea chico, despierta! ¡Félix! ¡Félix!

Friend of the Devil ━shingeki no kyojinWhere stories live. Discover now