Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
CAPÍTULO TRES MOTIVOS ━━━━━━━━┓ ＊ ┏━━━━━━━━
Fue durante la tarde, dos días después del repentino cambio de planes que Erwin lo llamó a su oficina.
Félix alzó una ceja cuando se encontró con el resto de los capitanes dentro, Mike arrugando levemente su nariz al verlo llegar. El azabache rodó levemente los ojos y se acercó hacia la mesa, frunciendo levemente el ceño cuando notó que el único que faltaba era Levi.
—¿Qué no falta...?
—Ah, Shorty no podrá venir —respondió Hange con una leve sonrisa, sus anteojos reflejando la luz del sol que se filtraba a través de la ventana—. Pero descuida, tu y yo iremos más tarde a encontrarnos con él. Probablemente.
Félix asintió, girándose finalmente hacia Erwin mientras el rubio se ocupaba de trazar un par de cosas en el papel extendido frente a él. Inclinándose un poco hacia el frente, examinó lo poco que veía desde su posición y sus cejas se fruncieron, ese mal presentimiento del día anterior creciendo en su pecho como si fuera un nudo.
Los trazos de Erwin eran horrendos. Admiración que le tenía al hombre sí, pero incluso Félix podía aceptar que los extraños jeroglíficos de Marlene eran muchísimo más fáciles de comprender que varios de los dibujos que Erwin hacía durante las planeaciones de nuevas estrategias.
El azabache se deslizó con sutileza hacia un lado y después detrás del Comandante, recargándose contra el muro junto a la ventana y acomodando su postura para poder mirar hacia afuera. Aún había más de sus compañeros en el patio, algunos de ellos entrenando o simplemente pasando el rato.
—Bien. Es obvio para qué los llamé aquí —empezó diciendo Erwin, llamando de inmediato la atención de los tres presentes—. La ceremonia de reclutamiento será mañana por la noche. Mike, Hange ustedes irán conmigo. Félix, Petra vendrá para acompañarnos y tú irás con Levi y su escuadrón.
Los tres asintieron, compartiendo miradas entre sí. Mike se giró hacia el rubio, su nariz arrugándose un poco.
—¿Nos hablarás finalmente de tu plan o…?
Félix no podía ver el rostro del Comandante, pero había una pequeña parte suya que le decía que el hombre estaba sonriendo.
Las manos de Erwin se apoyaron sobre el escritorio y comenzaron a trazar delicadamente cada punto marcado en el papel frente a él.
—Mikasa Ackerman se acercó a mí antes de partir de vuelta aquí, queriendo saber sobre el estado de Eren —una de las cejas de Mike se alzó levemente—. Ella me dijo algo interesante. Aparentemente Grisha Jaeger guardaba algo especial en el sótano de su casa, algo que ella cree podría ayudar en la lucha contra los titanes.
—¡Ah! ¡Eso suena tan interesante! —Hange se echó hacía adelante, sus manos apoyándose duramente contra la superficie del escritorio. El brillo en sus ojos era igual de terrorífico que el de Erwin cuando ponía un plan en marcha—. ¿Te dijo qué había? ¡Oh, quisiera saberlo ya!
