CAP 33

6K 434 60
                                    

Mis redes sociales se llenaron de mensajes, algunos despectivos, otros deseandonos buena suerte. Sin saber, lo que realmente estaba pasando. La prensa empezó a decir cosas que no venían al caso.

Ante los ojos de muchos era una puta.

La noche que Dominik me "pidió" matrimonio, subí el vídeo, gracias a su insistencia. Mi celular se llenó de mensajes, muchos de ellos de Matthew, pidiendo una explicación.

Una que yo no podía darle.

¿Que iba a decirle? ¿Que es por culpa de mi abuela? ¿Que lo hice para evitar que su vida se arruinara?

Estoy segura que se iría contra ella y la verdad es que estaba cansada de tanto drama en mi vida.

Ya hace una semana que eso pasó, me he dedicado a prepararme mentalmente con lo que pasará. Dominik y yo llegamos a un acuerdo, este consistía en que íbamos a vivir una vida de "pareja" pero dándonos espacio a la vez. Delante de los demás seríamos una pareja común y corriente, solos seríamos solo amigos. Una vez se cumplieran unos meses, romperíamos nuestra relación. Así sea después del matrimonio.

Porqué sus padres y mi abuela insisten en que adelantemos la fecha de matrimonio.

Al menos, Dominik y yo nos entendemos, en algunas cosas.

Papá me llamó hace dos días, pero mi orgullo y decepción no me dejó contestarle. Es mejor que entienda desde ahora, que me a perdido por su terquedad.

Dominik está de cumpleaños mañana, por lo que he venido a con Riley a la plaza. Aunque más bien fue una excusa para estar lejos de mi tía, me tiene mal con tantas preguntas sobre la boda. Quiere que las cosas sean a su manera y no, será a mi manera y a la de Dominik. Ambos decidimos que nadie se metería en nuestras decisiones y así no les guste a los demás, tendrían que aceptar.

- ¿Que tal una camisa? -sugiere Riley.

- No creo que él sea de camisas -rasco mi cabeza con un dedo- ¿Que se le puede regalar a un hombre que lo tiene todo?

- ¿Sexo?

Ambas nos miramos y terminamos riendo.

Riley a insistido estos días que me entregué a él, como dice ella "si van a fingir, hazlo bien". Es un hombre soltero, hasta donde ambas sabemos, y yo también. Pero la verdad es que no tengo ganas de eso.

¿Por el embarazo? No creo. ¿Por Matthew? Tal vez. Y digo que por el embarazo no, porque estos días he tenido tantas ganas de tener sexo que me es imposible aguantar las ganas y termino siempre encerrada en el baño acariciándome.

Tengo claro que Matthew y yo aún tenemos una conversación pendiente, pero soy una cobarde. No puedo darle la cara ahora.

- No se que regalarle y se que todos estarán pendiente a que lo haga -suspiro.

- Es Dominik, de igual forma no creo que le importe -se encoge de hombros- he visto que se han hecho buenos amigos.

- Si, la verdad es que no es tan hijo de puta como aparenta -le digo mientras curioseo en la tienda de ropa para hombres.

Me detengo al ver una chaqueta de cuero negra. Recuerdo la primera noche que nos vimos, se veía bastante guapo con una.

- ¿Le gustan mucho las chaquetas? -pregunto mientras me acerco a verla.

La tomó para mirarla más de cerca y verificar el size de esta. Riley se acerca a mí y asiente dandome su aprobación.

- Estoy segura de que le gustará.

- Me la llevo -sonrío.

Una vez termino de pagar, vamos camino a un puesto de comida rápida. Hace rato vengo fantaseando con una hamburguesa grasosa y unas papas fritas a su lado.

Papá me devolvió el dinero tal como le exigió la abuela. Antes me cohibia de gastar mucho dinero, ahora lo gastó sin contemplaciones. Esta vez me importaba muy poco lo que diga papá. También me estaba encargando de pasar poco a poco el dinero a otra cuenta, sin llamar tanto la atención. No sabía con que cosas podía venirme papá, era mejor prevenir.

Ahora debía pensar en mi hijo, no solo en mi.

Me detengo en una joyería, tomo la mano de Riley llevándola conmigo. Miro los relojes de hombres.

- ¿Enserio piensas comprarle algo más? -me mira abriendo los ojos.

- ¿Por qué no? Es mi futuro esposo -finjo una sonrisa. Levanto mi mano izquierda, dónde uno de mis dedos está adornado por un anillo con un gran diamante- Se lo merece.

Obviamente no me importa si se lo merece o no, solo quiero darle un presente por su cumpleaños y listo.

- estás loca -se ríe.

- Tal vez -le señalo un reloj al hombre. Es de oro.


 Es de oro

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.


- ¿Haz pensado en lo que te dije? -lleva el vaso plástico a sus labios.

- He pensado en muchas cosas en estos días. Comenzando por escaparme y que nadie me encuentre, pero dime tú de que exactamente hablas -tomo una papa y la llevo a mi boca.

- Irte a vivir con Dominik.

- No, eso no pasará -niego con la cabeza- Apenas nos estamos conociendo, Riley. Por más que estemos comprometidos, no lo creo correcto. Aún vomito en las mañanas, tengo miles de antojos y algunas veces insomnio o duermo de más. No creo que él aguante eso y tampoco estoy dispuesta a darle ese cargo.

- Sé como es mi madre, se que te tiene hostigada con tantas preguntas -se acerca- esas fueron una de las razones por qué prácticamente le rogué a Román que me llevara vivir con él antes de la boda. Es mi madre, pero estoy conciente de como puede ser. Se parece mucho a la abuela, su prioridad siempre es el estatus y quedar bien delante de todos.

- No puedo hacerlo -suspiro- he pensado incluso alquilar alguna casa.

- Dominik tiene dos propiedades. Se está quedando en una de sus casas, tiene una hermosísima junto a un lago. Podrías pedirle que te deje quedar allí un tiempo hasta que sepan que harán.

- Ya veremos -le digo, pensando en ello- ¿Está lejos?

- a Cuarenta minutos caminando, a veinte o menos en auto. Estaremos cerca si es lo que te preocupa -sonríe- Tampoco te dejaría sola.

Definitivamente Riley no es la chica caprichosa de antes. Se a convertido en una mujer echa y derecha, me alegro que haya cambiando para bien. Creo que se debe a su matrimonio, Román es un amor de persona.

Según me contó Riley, los padres de Román murieron cuando una avioneta en la que viajaban perdió el control y cayó en el mar. Nunca se encontraron sus restos, fue muy duro para él y su familia. Los Marshall se quedaron con él y le brindaron todo el amor que se merecía. Lo trataron como hijo, aún lo hacen.

Mi celular suena, lo saco de mi bolso.

Número desconocido.

- ¿No vas a contestar? -pregunta al notar que me he quedando mirando mi celular.

- No lo sé, la última vez que conteste una llamada de número desconocido terminé llorando.

- Solo contesta.

Lo hago, lo pongo en altavoz y lo dejo sobre la mesa.

- Aló.

- ¿Jessica, como es eso que te vas a casar?

¿¡Que coño hace Charlie llamándome!?

PROHIBIDO; Eres el mejor amigo de papá. ✓Where stories live. Discover now