Jessica tenía claro que él estaba prohibido. Que nunca podría mirarlo con otros ojos, por muchas razones. Era mucho mayor que ella, es el mejor amigo de su padre y el padre de su mejor amiga.
¿Complicado no?
Pero el destino tenía otros planes para e...
La noche de nuestra discusión lo escuché discutir con mamá, gritaba a los cuatro vientos lo decepcionado que está de mi. Esa noche no pude dormir. Mamá al día siguiente me hizo saber que estaba decepcionada por mi decisión, pero que aún así no se iba a interponer.
Claro que después me dijo que estaba arruinando mi vida y mi carrera.
Hoy pienso empezar los trámites para anular mi inscripción en la universidad y darle ese cupo a alguien más que lo necesite. Bajo las escaleras con mi bolso, ya no valía de nada estar llevando mi mochila si no pensaba seguir yendo.
- ¿A donde vas tan temprano? -pregunta mamá saliendo de la cocina con una taza de café en la mano.
- Voy a la universidad. Hoy pienso anular mi inscripción -le hago saber, me cruzo de brazos a la vez que bajo la mirada.
- Hija... -suspira- ¿Estás segura de esto? Mira que...
- Mamá, estoy segura -asiento mirándola- no quiero esto, quiero seguir mi propio camino. No viviré toda la vida con esto, con ustedes viendo si lo que hago esta bien o no. Quiero equivocarme, quiero tomar mis propias decisiones. Así como tú tomaste las tuyas -me mira con tristeza, se que quiere lo mejor para mí. Pero esto es lo que quiero- siento decepcionarlos.
- Tú padre ya entrará en razón -acaricia mi brazo- Dale tiempo.
- También... -carraspeo la garganta- empezaré a buscar empleo, pues pienso buscar un piso para vivir.
- ¿Te haz vuelto loca? -abre los ojos asombrada, me preparo para otro regaño- ¿Buscar trabajo donde? ¿De mesera? Si tú nunca has trabajado. Además, bastante trabajamos tu padre y yo para darte todo lo que necesites, para eso tienes dinero suficiente en tu tarjeta de crédito.
- Mamá eso se escuchó feo -le digo, pero ambas sonreímos. Pues al menos esta vez su regaño no fue para minimizar mis decisiones- Veremos más adelante ¿Si?
- ¿Cuando creciste tanto? Pensé que tardarías unos diez años más en madurar -me abraza con cuidado de no tirar el café encima de ambas.
- ¿Estás diciendo que era una inmadura? -me hago la ofendida. Abrazar a mi madre es lo mejor del mundo.
- Si -ambas reímos. Beso su mejilla y me alejo- no te quito más tiempo, debo ir hacer algunas cosas. Por cierto... ¿Ya le contaste a Cassandra?
Niego con la cabeza.
- Ya le contaré cuando llegue a la universidad. Supongo que tendrá que aceptarlo -me encojo de hombros.
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Término de firmar los papeles. Me pongo de pie y tomo algunos que me entrega. He dejado mis documentos archivados por si en algún momento decido volver a retomar las clases, pero me llevo un papel firmado por el director y por mí, donde daba de baja mis estudios.
