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Agustina || Capítulo: Una más

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Agustina || Capítulo: Una más

- Deja de hablar boludeces, Nicolás. - giré sobre mis pies y abrí las cortinas de la habitación.

Caminé al rededor de la cama y le alcancé la ropa al anteriormente nombrado.

- No te quedes con mi campera, por favor. - reclamó al verme doblarla y dejarla sobre los pies de la cama.

- Cámbiate que hago mates y hablamos. - pedí.

- Pensé que no hacían falta las palabras después de esto. - ignoré su comentario y caminé hasta la cocina de mi casa.

No sé que me pasaba por la cabeza para acostarme con mi ex luego de todo lo que había pasado. Tres meses de duelo me sirvieron para perdonar lo que pasó, para superarlo y poder tenerlo en frente sin llorarme la vida, pero eso no quiere decir que todo vuelva a ser igual.

Puse la pava a calentar y serví ¾ de yerba en mi mate, sacándole el polvo y dejándola reposar. Mi celular marcaba las 18:32 de este viernes. Aburrido, como todos los demás desde que estamos en aislamiento social.

La pava llegó a su temperatura justa y pasé el agua al termo para que dure más su calor. Puse agua tibia en el mate y la dejé reposar unos segundos para luego completar con agua caliente y colocar la bombilla. Sí, montañita perfecta por fin.

Cuando terminaba el primer mate, sentí el sonido de mi celular que estaba sobre la barra. Leí la pantalla y me quería morir, no me podía hacer esto.

- Hola hermosa. - saludó Marcos. - ¿Podés bajar? Estoy en el estacionamiento.

- Ahí bajo. - fue lo único que contesté. Corté y guardé mi celular en el bolsillo trasero del jean. Agarré las llaves del departamento y avise que iba a bajar, seguro Nicolás estaba en el baño. - Bajo cinco y vuelvo. - grité.

Bajé por las escaleras, ya que el ascensor tardaba, y creo que tengo que volver al gimnasio. Llegué a la planta baja y caminé hasta la puerta de vidrio que daba al estacionamiento, pudiendo divisar desde mi posición el auto de Marcos.

Caminé de forma rápida hasta allá y corroboré que nadie conocido esté deambulando por el estacionamiento. Subí y él dejó el celular sobre el tablero para acercarse a mí.

- ¿Acá me vas a atender? - cuestionó a centímetros de mis labios. Puse mi mano en su pecho, pidiendo distancia.

 𝑬𝒄𝒍𝒊𝒑𝒔𝒆 | 𝑴𝑨𝑹𝑪𝑶𝑺 𝑹𝑶𝑱𝑶 |Where stories live. Discover now