𝑬𝒄𝒍𝒊𝒑𝒔𝒆 | 𝑴𝑨𝑹𝑪𝑶𝑺 𝑹𝑶𝑱𝑶 |

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Manchester | Inglaterra
15 de agosto de 2020

Agustina | Capitulo: Wife

-Bueno ma, me estoy quedando sin batería - dije, tratando de darle fin a la llamada telefónica. - Nos hablamos mañana.

- Bueno hija, cuidate. Sabes que si necesitas plata o cualquier cosa te mandamos. - recordó. Y me hace pensar en cuánto la voy a extrañar, aunque se va a poner bastante cargosa llamando todos los días.

- Si ma, quédate tranquila - respondí, a la vez que cargué algunas camperas con la intención de colgarlas en el guardarropa. - Me voy con una de las chicas a pasear un rato. - mentí para despedirme. Cuando mamá lo hizo, dejé el celular sobre la cama y seguí con la ropa.

Mi familia piensa que estoy en Inglaterra llevando adelante un intercambio cultural, el cual tuve la oportunidad de hacer hace dos años. En su momento lo rechacé porque recién empezaba a cursar en la facultad y no quería perderme nada, pero ahora fue la excusa perfecta para venirme sin que nadie pregunte demasiado.

Obvio, era mentira y estoy en Manchester conviviendo con Marcos desde ayer. No fue una decisión muy difícil de tomar, si no soy feliz ahora con él ¿cuando lo voy a ser?

Marcos ingresó por la puerta de la habitación y se abrazó a mi cintura, impidiendo que siga con la tarea de guardar la ropa.

- Ya fui a buscar el auto y compré algunas cosas para abastecernos. - habló a la vez que dejó besos en mi cuello. - Desde el aeropuerto te estoy asesorando con los papeles, te hice las compras, ahora podríamos ponernos al día con lo nuestro - reí.

Marcos se encargó de hacerme girar sobre mis pies y llevó sus manos a mis muslos sonriendo antes de besarme. En segundos estábamos en la cama que antes estaba repleta de ropa, que terminó en el piso.

- Pasamos de estar cogiendo en un telo de La Plata, a estar en un departamento súper lujoso en pleno Manchester. - jodí cuando levantó su cuerpo para deshacerse de su remera.

- Y la magia de Marquitos sigue intacta acá y en La Plata. - contestó riendo, llevando sus besos a mi pecho a la vez que acariciaba mis piernas. Era imposible suspirar ante cualquier tacto de su piel con la mía.

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Terminé de maquillarme y volví a guardar los cosméticos en el neceser. Salí del baño, para buscar ropa en el placard al mismo tiempo que sentí un chiflido desde atrás mío.

- ¿Todo eso me como yo? - dijo Marcos llegando al lado mío, secándose el cuerpo lleno de gotas debido a que recién salía de bañarse. - No me tientes porque nos quedamos acá y te quedas sin comer - continuó con su joda mirando mi cuerpo.

- ¿Estás seguro de que salgamos juntos? - pregunté eligiendo la ropa para ponerme.

- ¿Ah no querés salir conmigo? - se hizo el preocupado y luego sonrió. - Si seguro, no va a pasar nada. - aseguró. - La gente de acá no te reconoce tanto en la calle como en Argentina, y si te reconocen no te andan atrás, mucho menos se van a meter en la vida personal de uno, a no ser que te mandes una cagada muy grosa.

Ante sus dichos, procedí a elegir un jean color negro, un top del mismo color y un blazer blanco que combinaba con los zapatos.

Volví al living y Marcos se apresuró para agarrar todo lo necesario y apurarme a salir recordando que tenemos reserva para las nueve y media, siendo las y diez.

Llegamos al restaurante unos minutos antes de lo que decía la reserva y entramos enseguida, tomados de la mano, acto impulsado por mi compañero.

- ¡Hi Marcos! - habló un hombre al llegar a la mesa donde nos indicaron. Marcos me miró, nervioso y le prestó atención mientras dibujó una sonrisa en su cara. - Carlos, i'm the owner, is a pleasure. I couldn't believe it when I saw your name between reservations, I had to come personally to greet you.

Prosiguió el hombre, presentándose como el dueño y contando que se emocionó al ver las reservas y vio la necesidad de venir a saludarlo en persona.

-The pleasure is mine to come here - apretaron sus manos en un saludo, cruzando sonrisas y Marcos se decidió a señalarme cordialmente con su mano, Carlos, dirigió su atención a mí. - She is Agustina.

- Good night Miss - acercó su mano a mí y le estiré la mía, siendo tomada por él. Correspondí al saludo tan solo con una sonrisa, me consumían los nervios en este momento. - His wife?

Mi sonrisa de a poco se iba apagando, porque no es un tema que pensábamos responder, y miré a Marcos que sonrió y asintió con su cabeza.

- Yes, yes, my beautiful wife. - sacó la duda del dueño del restaurant presentándome como su esposa.

Siguieron hablando pero mi atención estaba totalmente en Marcos y las palabras que salieron de su boca hace unos segundos. Sé que lo dice de puro compromiso, pero me podría haber presentado como una prima, amiga o lo que sea.

- Well, I leave you, enjoy the evening. - se despidió por fin Carlos, luego de tomarse una selfie con mi acompañante, de la cual por obvias razones, me aparté.

A continuación, Marcos pidió al mesero un vino blanco y pastas, como ya habíamos acordado.

— Menos mal que nunca la traje a la otra acá — dijo Marcos en un susurro y sirvió en mi copa el vino que recientemente habían traído.

No respondí, solo me aferré a mi copa para beber de esta bajo su mirada profunda. No sé si con su comentario quiere hacerme sentir mejor o qué fines tiene, pero no lo logra, todo lo contrario.