• 48 •

2.8K 243 50
                                    

Marcos Rojo | Capítulo: Desazón 

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Marcos Rojo | Capítulo: Desazón 

Hoy vine al predio un poco más temprano de lo normal, ya que no dormí casi nada y desde las 6a.m. no pude pegar más un ojo. Claramente volví a mi departamento porque estar solo en nuestra casa me rompe al medio y me atormenta.

Me cuesta mucho asimilar lo que Agustina me confesó, sinceramente. No estaba entre mis planes ser padre otra vez y es dificil pensarme nuevamente así. Además, siempre estuvimos confiados con su método anticonceptivo por lo que nunca empleamos otro.

Me encantaría sentirme desbordado de felicidad pero no puedo, menos en este momento en que las cosas estaban mal entre nosotros. También que me lo haya ocultado, porque aunque lo sabe hace pocos días, creo que las sospechas deberían venir desde hace semanas y ni siquiera tuvo esa confianza de decírmelo.

Tampoco voy a decir que es la peor noticia de mi vida, me da remordimiento conmigo mismo saber que ella está tan ilusionada como expresó ayer y que tiene que ocultarlo tan solo para satisfacerme a mí.

Los mensajes que leí claramente quedan en segundo plano en este momento, ahora comprendo por qué Agustina estaba tan rara en éstas últimas semanas, no era Matías su motivo, si no que era enterarse que estaba embarazada de mí, cuando nunca lo habíamos hablado, cuando jamás había sido tema de conversación entre nosotros.

- Marquinhos. - siento atrás mío la voz de Pol, que ingresa al vestuario y me distrae de mis pensamientos, gracias a Dios y a todos los santos, porque mi cabeza me va a matar. - ¿y los demás?

- Es temprano todavía amigo. - aviso cuando me saluda con un beso en la mejilla y un apretón de manos. - Yo me caí de la cama. - sonrío con los labios apretados y él ríe ampliamente.

Pol desaparece a los minutos por lo que quedo solo con mi cabeza otra vez, pero me doy cuenta que la hora de llegada de los demás se aproxima ya que son las 9:20 y en 40 minutos entrenamos.

Entro a su chat, pensando en si debería escribirle o no, o mejor dicho pensando en qué decir. Tengo una mezcla de sentimientos difícil de descifrar y para decir cosas sin claridad prefiero dejar todo como está, saliendo de su conversación luego de ver la última conexión: hace 40 minutos.

Siento una angustia en el pecho que es difícil de borrar, está ahí hace días pero desde hace rato es como si fuera un mal presentimiento o algo difícil de explicar.

Al vestuario comienzan a entrar la mayoría de los jugadores e intercambiamos saludos y algunos chistes, los cuales los sigo sin muchos ánimos a decir verdad. No basta con estar rodeado de mi gente si mi cabeza va a mil por hora con lo que internamente me pasa.

Mi celular suena llamando la atención de todos los presentes, por lo que dejo de reír con las boludeces que los chicos dicen y presto atención a la pantalla, la cual muestra el nombre de mi suegro.

 𝑬𝒄𝒍𝒊𝒑𝒔𝒆 | 𝑴𝑨𝑹𝑪𝑶𝑺 𝑹𝑶𝑱𝑶 |Where stories live. Discover now