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Ciudad de la Plata, Buenos Aires | Argentina
20 de noviembre de 2021

Ciudad de la Plata, Buenos Aires | Argentina 20 de noviembre de 2021

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Marcos Rojo | Capítulo: Una buena y una mala.

    Perdí la cuenta de las horas que llevo sin dormir en días. Nuestra pelea, los días sin hablarnos, el accidente, los días de internación en terapia intensiva entre otras cosas que me están matando de a poco.

     Recién hoy van a pasarla a sala común, luego de un intensivo y continuo control tanto a ella como a nuestro bebé.  Y están estables, los dos y por fin hoy puedo verla despierta. La sedación que tuvo durante estos días fue pura y exclusivamente para permitir desinflamar todo lo anormal de su cuerpo.

     Ya bañado y cambiado, salgo de mi habitación para tratar de desayunar algo e ir lo más pronto posible al Sanatorio, dónde el horario de visita comienza a las 10 a.m.

     Envío un mensaje al grupo de Boca deseándoles éxitos a mis compañeros en el partido del día frente a Sarmiento, y agradeciendo una vez más por bancarme en ésta, ya que por decisión de los dirigentes no me concentraron el día de hoy para poder estar al tanto de mis problemas personales, de los cuales ya todo el club y la mayoría de periodistas sabe, debido a la intriga que generó mi ausencia en algunos entrenamientos.

      Al cabo de unos minutos y luego de tomarme un café con una tostada, emprendo rumbo al centro médico, poniéndome al tanto de que también mis suegros se van a acercar.

     Encuentro lugar en el estacionamiento para dejar mi vehículo y agradezco internamente, ya que los días anteriores tuve que dar mil vueltas para poder conseguir uno.

     El sanatorio está repleto, como casi todos los días, por lo que saludo rápidamente a la mesa de entrada y entro al ascensor más próximo, para pulsar el tercer piso y llegar enseguida.

     En la sala de espera encuentro a mis suegros, que al parecer compraron un ramo de rosas para entregarle a su hija, algo en lo que yo ni pensé. Me da muchas ansias verla despierta, que hablemos, que sepa lo tan feliz y emocionado que estoy con su embarazo.

Hola Marcos. ¿Cómo estás? — dice Alejandra, dejando un beso en mi mejilla y al tiempo que saludo con un apretón de manos a  Hugo.

Bien, no dormí mucho pero bien. — digo, recibiendo un asentimiento de parte de ellos, lo que asumo como que tampoco ellos durmieron. — ¿Alguna novedad?

— Por ahora nada, entró el Doctor con un obstetra por control de rutina ya que recién la bajaron, pero todavía no nos dicen nada. — cuenta Hugo.

    Asiento con mi cabeza y trato de juntar toda la calma posible para no desesperar y aguantar estos minutos.

     Tomamos asiento hablando de alguna que otra cosa sin importancia, como algunas anécdotas de Agus, que cabe destacar, sus papás recuerdan que odia estar en un sanatorio.

 𝑬𝒄𝒍𝒊𝒑𝒔𝒆 | 𝑴𝑨𝑹𝑪𝑶𝑺 𝑹𝑶𝑱𝑶 |Where stories live. Discover now