Universidad Nacional de La Plata 08 de julio de 2021
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Agustina | Capitulo: Felicidades
Los nervios y malestares desaparecieron cuando escuché desde los labios del profesor mi nota, siendo la máxima y la que me daba por fin el título. Por fin pude rendir la última materia que me quedaba para terminar la carrera, la cual tendría que haber rendido en la mesa de marzo para la que no me presenté sintiéndome superada por los nervios y temores.
Fue un golazo y un empujoncito saber que ésta vez podía ser presencial y no habría computadora ni redes inestables de wifi de por medio, quitando un pánico.
Me despedí de los profesores que presenciaron la mesa para salir del aula con mi libreta firmada y la nota que me garantizaba el final de la carrera en manos, luego de avisar vía WhatsApp el resultado positivo.
Me acompaña Maru en este recorrido, compañera que al igual que yo se está recibiendo luego de rendir ambas con la misma nota numérica: un hermoso nueve.
Pocas personas sabían que iba a estar rindiendo de manera presencial en la Universidad, por lo cual no pretendo ni espero un recibimiento.
Crucé en el camino hasta la vereda a incontables porteras, administrativos, las chicas de biblioteca, entre otras personas más que les había llegado el comentario de mi nota y me felicitaban, tanto a mi como a mí amiga.
Mis ojos se llenaron de lágrimas automáticamente cuando en mi ángulo de visión me encontré con mis papás repletos de carteles y rodeados de las personas que mejor compañía me pueden dar: mis amigas, mi abuela Nely y Matías.
— ¡Felicitaciones hija! — el grito al unisono de mis papás vino acompañado de harina y papeles que aterrizaron en mi pelo. Muy lindo todo por suerte, je.
Aproveché a abrazar a cada uno y ensuciarlos con mi propia suciedad. Hasta que Matías fue el encargado de abrazarme sin la necesidad de ser yo quien se acerque. No le interesaba llenarse de harina y papelitos.
— ¡Felicitaciones mi amor! — exclamó en mi oído sin romper el contacto cuerpo con cuerpo. — Te dije que vos podías, siempre podés con todo. — dejó un corto beso en mis labios.
Me provoca tantas cosas lindas. Es verdad eso de que tenemos que dejar ir lo que no funciona porque siempre llega algo mejor.
Las cosas con Matías están tomando una formalidad que a los dos nos hace sentir muy cómodos. Tenemos muchas similitudes y coincidimos en tantas cosas, que es casi imposible llevarnos mal o discutir.
