• 15 •

4.1K 198 78
                                    

Manchester | Inglaterra
Septiembre de 2020

Manchester | Inglaterra Septiembre de 2020

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.


Marcos | Capítulo: Favor

Agus preparó la merienda nutritiva, luego de que hayamos tenido tarde de gimnasio los dos, que constaba de jugos de fruta y mucha fruta. Además, algunas nueces y almendras para completar.

Hoy en el club hubo nada más entrenamiento matutino, por lo cual quise completar lo futbolístico de la mañana con un poco de físico en el gimnasio del edificio y qué mejor que acompañado de Agustina, que siempre se quejaba de que tenía que ir sola.

- Nunca más quiero entrenar con vos. - se quejó cuando tomó asiento y comenzó a beber de su jugo de naranja. - Me va a doler todo durante cinco días por tu culpa.

- Daaaa, sos más maricona. - respondí sonriendo y agarré el tenedor para llevar a mi boca dos trozos de naranja. - Viste, tanto que jodes con el gimnasio hoy viste lo que es bueno.

Negó con su cabeza y agarró su celular, para tipear algo y luego enviar un audio que tenía como destinataria su mamá. Le contaba que estaba muy bien y que disfrutaba mucho los días de calorcito para pasear.

- ¿Me acompañas a comprar algo de ropa? - pidió haciendo que desvíe la atención de mi celular hacía ella.

- ¿Más ropa? - pregunté. - No te alcanzan los días de vida para usar todo lo que compraste. - mordió su labio y desaprobó lo dicho.

- No seas tan exagerado, además mi papi dijo que no había problema. - reí, porque siempre la jodo por ser la nena de papá y ahora lo confirma con sus actitudes.

Acepté su pedido ya que no tengo nada que hacer y me bañé luego de que ella lo haga, para salir caminando en dirección al centro, por suerte estábamos acá nomás.

Agustina entraba a todas las tiendas habidas y por haber emocionada como si no las hubiera visto nunca, cabe destacar que 3 veces por semana se pasea por las mismas calles buscando ropa.

Mientras ella insistía a qué ingrese y yo me negaba, mi celular comenzó a sonar salvándome. Lo señalé riendo y ella, quejándose, entró sola. Leí la pantalla que mostraba el nombre de mi mujer y atendí.

- Hola gordo. - dijo Eugenia. Me tomó por sorpresa, ya que no me dice así hace más de un mes y mucho menos me llama. - Estoy afuera de casa, ¿Dónde estás vos? - sentí la voz de Martina atrás pero no reaccioné.

 𝑬𝒄𝒍𝒊𝒑𝒔𝒆 | 𝑴𝑨𝑹𝑪𝑶𝑺 𝑹𝑶𝑱𝑶 |Where stories live. Discover now