Ciudad de La Plata | Argentina 02 de febrero de 2021
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Marcos Rojo | Capitulo: Boca Juniors
Felicidad es la única y la mejor palabra para describir como me siento. Despertarme y recordar que en una horas firmo contrato con Boca es lo mejor que me puede estar pasando. Me prometieron jugar, siempre y cuando rinda y esté apto físicamente, y es el único requisito que tengo.
- ¡Arribaaaa! - habló Agustina entrando a la habitación con una bandeja de desayuno.
Pasamos la noche juntos, como hace una semana hacemos. O en su casa, o en la mía, pero lo único que nos importa es la compañía del otro.
Reconozco haber cambiado mi actitud repentinamente para con ella y me gustaría poder darle una razón, pero no la hay. Es simple, caí en la cantidad de errores que tuve con ella y lo mal que le hice durante todo el tiempo que estuvimos; no se lo mereció. Agustina siempre estuvo ahí para mí a pesar de mis malos tratos y mi indiferencia.
Lamentablemente no puedo ofrecerle una relación. Lo mío con Eugenia fue algo de muchos años y no siento que ya sea el momento de entrar en otra. No quiero que me ame, ni yo amarla a ella, repito, es algo que por el momento no puedo darle, pero me encanta la atención e importancia que me da. Además, el buen trato que tiene con mis hijas es lo que más me llega, son lo más importante para mí.
- ¿Que me traes ahí? - pregunté. Se sentó a mi lado y dejó la bandeja sobre sus piernas, para dejar un beso en mis labios.
- Desayuno para el futuro seis de Boca. - sonreí y agarré la tostada con queso para morderla. - Son ocho y media, dentro de dos horas tenés que estar allá.
- Y tengo que ir a buscar a las nenas. - recordé. Asintió y comió al igual que yo.
- Cuando salgas entonces déjame en casa. - pidió.
- Vos vas conmigo, y no es pregunta. - propuesta que estuve pensando hace algunos días y no me animaba a decirle o no sabía la manera.
- Estás loco vos. - negó con la cabeza. - Va a estar toda tu familia, las nenas, gente que no conozco. - enumeró, negándose por completo a acompañarme. - Más vale después venís a casa y festejamos.
Comenzó a reír, esperando que yo haga lo mismo. Pero, al mirarme, dejó de hacerlo.
-Quiero que vayas a acompañarme a mi. ¿Que te importa la gente que va? - dije con seriedad.
- Pero... - comenzó a decir pero se interrumpió a sí misma con un suspiro. - Está bien, pero inventame un papel sin mencionar que cagabas a Eugenia conmigo. - reí mordiendo mi labio y a ella no le causó mucha gracia. Eso queda en mis manos.